CAPÍTULO 13 Recuperar Las Calles
Enviado por RNVIZA28 • 8 de Octubre de 2014 • 349 Palabras (2 Páginas) • 628 Visitas
CAPÍTULO
13
Recuperar las calles
Las calles de hoy se han convertido en espacios de la cultura publicitaria en la que las personas manifiestan sus talentos o habilidades. Estas manifestaciones empezaron en Inglaterra entre principios y mediados de la década de 1990, donde los legisladores británicos legalizaron los conciertos improvisados por medio de la Ley de Justicia Criminal de 1994. El instrumento daba amplios poderes a la policía para apoderarse de los equipos de música y para tratar con dureza a los asistentes en caso de enfrentamiento. Para combatir la Ley de Justicia Criminal, el mundillo musical, se alió con subculturas más politizadas a quienes también alarmaban los nuevos poderes de la policía. Entre estas subculturas opositoras comenzó a surgir un tema común: el derecho a disponer de espacios no colonizados para sus viviendas, para los árboles, para reunirse y para bailar. Lo que difundió esta lucha cultural podría muy bien constituir el movimiento político más vibrante y de crecimiento más veloz desde París 1968: el movimiento Recuperar las Calles (RLC).
Aunque algunos años antes existió otro grupo del mismo nombre, la encarnación actual del movimiento internacional “Recuperar las Calles surgió en mayo de 1995”. Éste asalta las calles más concurridas y las esquinas más importantes, y llega hasta las carreteras, donde organiza fiestas espontáneas, exigiendo espacios no comercializados en las ciudades y una naturaleza intacta. En muchas ciudades, las fiestas callejeras se han sincronizado con otro movimiento internacional explosivo: los paseos en bicicleta llamados Critical Mass.
Las confrontaciones deliberadas de las fiestas callejeras reúnen la sinceridad previsible de la política con la ironía divertida del pop. El RLC no da la espalda ni a las ciudades ni al presente, sino que orienta el deseo de entretenimiento y de fiesta (y el de alucinar y sublevarse, su lado más oscuro) y lo canaliza, convirtiéndolo en un acto de desobediencia civil que también es un festival. Sin embargo, como sucede con otros movimientos radicales de éxito, puede que el atractivo masivo del RLC lo haya puesto demasiado de moda, y el propio movimiento se vea anulado por el ritmo arrollador y la psicología de rebaño.
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