CARACTERIZACIÓN NIÑOS
Enviado por SANDYISHELL • 26 de Octubre de 2014 • Ensayo • 7.358 Palabras (30 Páginas) • 331 Visitas
CARACTERIZACIÓN
NIÑOS
El grupo 2º “B” está conformado por 26 alumnos, 13 niños y 13 niñas quienes tienen la edad de aproximadamente 4 años. Solo 7 niños son de reingreso, 19 niños ya tuvieron una experiencia previa en la escuela, cursando el 1er año de en la misma institución.
El niño pequeño que ingresa a preescolar crece y aprende a una gran velocidad; se ve entusiasmado e incentivado por el mundo que está descubriendo. Junto con los cambios físicos, también cambian las formas de pensar y de interactuar del niño pequeño. El niño preescolar tiene mucho para decir: habla mucho y su curiosidad lo incita a formular preguntas. Durante el cuarto y el quinto año, el niño se vuelve más independiente, más seguro de sí mismo, más experimentado socialmente y es consciente de sí mismo como parte de un círculo social que se expande entre parientes, amigos y pares en el nivel preescolar.
Sin embargo, estas capacidades todavía están en proceso de desarrollo, y el niño en esta edad aparenta ser más estable de lo que realmente es, por lo que su comportamiento puede dar paso a reacciones emocionales impredecibles. A medida que experimenta diferentes roles y formas de amoldarse al mundo y aprende que las reglas de conducta varían según la situación, en ocasiones podrá poner a prueba los límites y reaccionar negativamente. Hacia el final de esta etapa del desarrollo tendrá mejor control de sus emociones y de su conducta.
Los niños de 2º “B” se desarrollan de la siguiente manera en los 4 campos de desarrollo:
DESARROLLO COGNITIVO
Algunos niños aún no logran adaptarse a la escuela, como Erandy y Darah ellas entran llorando al salón por lo mismo de que quieren a su mamá; sin embargo otros niños les cuesta adaptarse porque no les gusta convivir con sus demás compañeros, por esto es que la mayor parte del día se la pasan pelando, no compartiendo el material, etc., como Alonso, Renata, Alexa, Karla, Karol, Fernanda y Kevin.
El iniciar un jardín maternal o jardín de infantes es algo muy importante para el niño, ya que es el comienzo de su socialización fuera del círculo familiar. Y es fundamental que los padres acompañen durante toda esta etapa con mucha paciencia y amor.
Durante la adaptación del niño al jardín o guardería nos encontraremos con muchos sentimientos, tanto del lado de los padres como de los niños: miedos, ansiedades, dudas, y también alegrías y sonrisas.
El principal temor de los niños es separarse de su familia y que no lo vuelvan a buscar y por consiguiente no volverlos a ver.
Por eso es muy importante estar seguros de lo que estamos haciendo, para poder transmitir esa seguridad al niño.1
Cuando un niño entra al jardín infantil, éste se convierte en una especie de segundo hogar, que le permitirá sociabilizar con otros niños y adultos que no son de su familia, por lo que se hace muy importante mantener una buena relación entre padres y educadores, sobre todo cuando el niño asiste por primera vez a estos establecimientos.
Este “mundo nuevo” que se les abre a los niños genera algunas inseguridades, debido a que dejaron de ser el centro de atención y comienzan a interactuar con personas que, hasta ahora, le eran desconocidas.
Es por este motivo que es fundamental mantener esta cordialidad y buena comunicación entre padres y educadoras, ya que si los niños ven a sus papás contentos y seguros les facilitará la inserción en esta nueva etapa de sus vidas.
Otro punto importante es la atención de los niños, ésta es de aproximadamente de 10 a 15 minutos en una actividad, su capacidad de memoria es buena pues demuestran recordar las cosas que vieron minutos antes o días anteriores.
Las hipótesis que plantean los niños respecto a las actividades que se les presentan son sencillas y pueden comprobarlas a través de la manipulación y experimentación con diversos materiales. Su capacidad de observación es un tanto limitada pensando en que hay muchos distractores para ellos tanto dentro del aula y mucha más fuera de ella. Los distractores más relevantes son entre ellos mismos o algún material dentro del salón. A Renata, Kimberly, Kevin, Samuel, Arturo, Karla y Karol, les gusta estar saliéndose del salón y colocarse en el barandal que hay fuera de éste. Al grupo le gustan cosas que llamen su atención, como muñecos o con diferentes materiales ya sea de construcción, pintura, algo que ellos estén manipulando. Lo más importante no siguen instrucciones o reglas ya sea dentro y fuera del salón ya que les cuesta poner mucha atención.
¿Qué significa “prestar atención”?
Prestar atención es la capacidad del niño de enfocarse en una persona u objeto e ignorar otras cosas interesantes del ambiente que compiten por su atención. La atención está relacionada con la capacidad del niño de aprender y recordar. Para poder recodar algo primero el niño tiene que aprender acerca de eso, y para poder aprender acerca del mundo, el niño tiene que detenerse y prestar atención. El desarrollo de la capacidad del niño para prestar atención es muy importante para que en el futuro tenga éxito en la escuela y es parte de la destreza de poder auto-regularse. Auto-regularse, significa que el niño de forma activa, se comporta de manera tal que le permite alcanzar un objetivo, sin recibir instrucciones o motivación de otra persona como un padre o un maestro; por ejemplo, cuando el niño se aleja de sus amiguitos que se están burlando y molestando durante la hora de lectura de una historia, y decide sentarse en el círculo porque realmente quiere escuchar la historia.2
Los niños naturalmente tienen poca capacidad de atención. Entre más joven sea el niño, menor es su concentración.
Desde los primeros momentos de vida, un niño debe empezar a prestar atención a todo lo que le rodea: oyendo, viendo, tocando y sin distraerse. Es decir, su vida será un constante ejercicio de atención que deberá ser mediada por los adultos (en especial sus padres) que lo rodean para que esta capacidad se potencie con la práctica.
Pero pasa que a veces, con el afán de querer “estimular” a los en este tema lo llenamos de estímulos que, lejos de estimularlo lo que generamos es distracción, aburrimiento y rechazo por parte de ellos y enojo y frustración por parte de los adultos porque él no quiere hacer caso a indicaciones, entonces se comienza a perder la paciencia y se le termina gritando, poniendo mala cara y haciendo de ese momento algo desagradable para ambos.
Para ayudar a un niño en sus tareas o para aprender cierta destreza, hay que tener paciencia, es decir
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