CAZADORES DE MICROBIOS
Enviado por 1989vic • 5 de Junio de 2013 • 1.205 Palabras (5 Páginas) • 324 Visitas
INTROUCCION
En este libro se habla acerca de los microorganismos, la evolución de los descubrimientos efectuados por varios científicos que fueron la base principal para continuar con las investigaciones, que ahora en día han ayudado a los investigadores a descubrir la cura de tantas y tantas enfermedades existentes en la actualidad.
Desde el primer descubrimiento hecho por Leewenhoek que fue el primero en asomarse a un mundo nuevo, poblado de millares de especies de seres pequeñísimos. Cuando nació Leewenhoek no existían microscopios sino simples lupas o cristales de aumento que él mismo invento y a través de los cuales se reveló más tarde como preparación para aquel día imprevisto en que observó a través de su lente de juguete y descubrió la existencia de pequeñísimos microorganismos. Años después el joven Spallanzazani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la naturaleza como lo estuvo Leeuwenhoek. Spallanzazani se lanzó con ardor a la tarea de recoger los conocimientos más diversos, Spallanzazani tenía ya la certeza de que todos los animales, aun los más pequeños proceden de otros que, a su vez, han tenido existencia anteriormente. Pasteur se aprestaba a hacer su primer descubrimiento en el dominio de la química, después de mucho examinar montones de diminutos cristales, descubrió que había cuatro clases de ácidos tartáricos y no solamente dos, y que en la Naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales, que unos son como las imágenes de otros; así que nos iremos encontrando con los descubrimientos de los otros científicos y nos seguiremos asombrando con todo lo que ellos descubrieron.
EL AFICIONADO DE LAS LENTES
Antón Van Leeuwenhoek nació en Delf, Holanda. A los 21 años fue nombrado conserje de la casa Consistorial de Delft, fue el primero en observar un mundo poblado de especies de seres pequeñísimos y desconocidos; época en la cual Europa se sacudía de las supersticiones obscuras.
Debido a su afición por tallar lentes, había oído decir que al fabricarlos de un trozo de cristal transparente se podían ver las cosas de mucho mayor tamaño. Visitó tiendas de óptica y aprendió las rudimentarias técnicas para tallar lentes; frecuentó el taller de alquimistas y boticarios, aprendió métodos secretos para obtener metales de los minerales, y se inició en el arte de los orfebres. Montó lentes en cuadriláteros de oro, plata o cobre, que el mismo había extraído de los minerales.
Entre sus observaciones Leeuwenhoek examinó con sus lentes diversos objetos, tales como fibras musculares de ballena y las escamas de su propia piel, lana de oveja, pelos de castor de y liebre; así como también disecó la cabeza de una mosca.
Al paso de los años Leeuwenhoek provocaba la burla de los habitantes de Delft; sin embargo, había en Delf un hombre que no se burlaba de Leeuwenhoek, llamado Regnier de Graaf, a quien una sociedad de intelectuales de la época, llamada “La Real Sociedad”; había llamado miembro correspondiente por haberle dado cuenta de sus estudios sobre el ovario humano.
Graaf se maravilló de las lentes de Leeuwenhoek.
Uno de los más grandes descubrimientos llevado a cabo por Leeuwenhoek se dio cuando manipulaba un tubo de cristal e intentaba darle la forma de un cabello; lo calentaba en rojo y los estiraba, por accidente lo rompe en pedacitos, decepcionado sale al jardín y se inclina sobre una vasija de barro con una cantidad de lluvia caída; al volver al laboratorio, enfila el tubito de cristal en la aguja del microscopio...
Leeuwenhoek quedó sorprendido de lo que se mostró frente a él, bichos pequeños, pequeñísimos, mil veces más pequeños que los bichos que
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