CREATIVIDAD

Mientras el primero parte del mito de la rápida difusión de internet y atribuye estos discursos a la necesidad de promover los objetivos ideológicos de los intereses tecnológicos y así contribuir con el ciclo productivo de las industrias informáticas, el segundo hace un repaso de ciertas ideas que hoy parecieran afirmarse con las nuevas tecnologías, como la libertad y la igualdad, y que él considera utópicas.

Scolari dice que hay una dimensión mítica religiosa en todos los discursos que giran en torno a las nuevas tecnologías, desde los que le asignan un rol salvador (integrados), hasta los que ven en ellas un infierno (apocalípticos).

Wolton cuestiona cuáles son las razones que hoy generan tanta fascinación ante los nuevos medios, en contraposición a la desconfianza que generaban los medios de masas y concluye que Internet hoy es exitosa porque promueve utopías como libertad, igualdad en el acceso, borramiento de las diferencias socioculturales. El autor termina desmenuzando una a una cada utopía, llegando a la conclusión de que hay límites, por ejemplo en la competencia, ya que el acceso no suprime la jerarquía del saber y el conocimiento para navegar con libertad en la red.

También echa por tierra la idea de igualdad, al afirmar que todos accedemos pero difiere el nivel de la demanda (esto es la forma en que buscamos y filtramos la información en las redes y la presentamos), lo que hace que vuelvan a remarcarse las diferencias socio culturales.

Neo apocalípticos y Neo integrados

Es Scolari quien dice que hoy, con las nuevas tecnologías, vuelve a reeditarse el conflicto planteado por Umberto Eco entre finales de los años ’50 y mediados de los ’60 respecto de la cultura de masas. Mientras los apocalípticos veían en ella la anticultura por excelencia y el signo de la decadencia de la sociedad industrial (herencia de la Escuela de Franckfurt), los integrados eran optimistas e incluso veían un proceso de democratización en el consumo gracias a la producción industrial de bienes culturales (encolumnados bajo la figura de Mc Luhan).

Hoy, dice Scolari, estas posturas entre los teóricos de la comunicación se reflotan con los continuistas críticos y los discontinuistas acríticos. Mientras los primeros sostienen que nada ha cambiado con las nuevas tecnologías, los últimos se encuentran obnubilados por los nuevos medios y sugieren que nos dirigimos hacia una especie de “paraíso digital”. En esta última corriente encontramos, como uno de sus máximos referentes, a Nicholas Negroponte.

Otro de los temas abordados en la clase teórica y también en la práctica del martes 11 de noviembre fue el de las posturas que generan entre los teóricos de la comunicación el análisis sobre el vínculo que existe entre los cambios sociales y las innovaciones tecnológicas.

Vimos tres posturas claras:

- Determinismo tecnológico: Es la tecnología la que determina el cambio social. Atribuye una causalidad lineal a la sociedad y la tecnología, sosteniendo que esta última es la causa única de los cambios en las ideas y las prácticas sociales y la cultura de la sociedad.

- Enfoque cultural o Culturalismo: Son los cambios sociales o en la cultura y las costumbres de una sociedad, los que promueven innovaciones técnicas. Rechaza la idea de progreso social a partir de la tecnología.

- Posición integrista: es el equilibrio e integra ambas posturas. Un cambio social demanda un cambio tecnológico y esa innovación técnica produce un nuevo cambio social, en un ciclo que se repite y retroalimenta.

Scolari nos dice que existe una tendencia a suponer que con cada invención tecnológica entramos en una nueva fase histórica (ya pasó con la máquina a vapor, los trenes, la bomba atómica), pero busca erradicar esta idea al sostener (basándose en Raymond Williams, de los estudios culturales) que es necesario hacer un análisis que vincule tecnología, sociedad y cultura para evitar caer en estos dos excesos: el determinismo y el enfoque sintomático (como él llama a la posición culturalista).

Wolton se ubica plenamente en el culturalismo. Dice que una nueva tecnología no es suficiente para generar un cambio en el sistema de comunicación y en la cultura de una sociedad. Asegura que si esa innovación tiene un rol esencial en la sociedad es porque, en realidad, viene a simbolizar o catalizar un cambio que se da en la cultura de esa sociedad. Recuerden el ejemplo de la Imprenta y la Reforma y los medios masivos y las sociedades de masas. Hay que desarrollar el conocimiento para relativizar esos discursos tecnológicos, esa racionalidad técnica, dice.

Su mirada es totalmente contrapuesta

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