CUENTOS Y POEMAS
Enviado por jimojime • 13 de Septiembre de 2014 • 2.821 Palabras (12 Páginas) • 377 Visitas
En éste documento encontrarás 6 cuentos infantiles y 2 poemas
La Ardilla
La ardilla corre, la ardilla vuela, la ardilla salta como locuela.
-Mamá, ¿la ardilla no va a la escuela?
Ven ardillita:
tengo una jaula
que es muy bonita.
mi tronco de árbol y mi agujero.
Autor: Amado Nervo
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i le das una galleta a un ratón,
pedirá una servilleta, después querrá mirarse en un espejo para asegurarse GH TXH QR WLHQH OHFKH HQ HO ELJRWH DO mirarse en el espejo se dará cuenta de que necesita cortarse el pelo.
Así que posiblemente te pedirá unas WLMHUDV FXDQGR VH KD\D FRUWDGR HO pelo te pedirá una escoba para barrer el piso.
Comenzará a barrer, se entusiasmará tanto que terminará barriendo todas ODV KDELWDFLRQHV GH OD FDVD KDVWD ODYDUi ORV SLVRV 8QD YH] TXH KD\D terminado posiblemente querrá dormir la siesta, tendrás que prepararle una DOPRKDGD \ FROFKDV VH DFRPRGDUi HQ OD FDPD \ VDFXGLUi OD DOPRKDGD varias veces.
Posiblemente te pedirá que le leas un cuento, le leerás un cuento de tus libros y te pedirá que le enseñes los dibujos, al ver los dibujos le degustaran tanto que él también querrá dibujar, te pedirá papel, lápiz y colores. Hará un dibujo.
&XDQGR KD\D WHUPLQDGR HO GLEXMR TXHUUi ¿UPDUOR FRQ XQD SOXPD \ entonces querrá pegar el dibujo en la puerta del refrigerador, pasa eso QHFHVLWD FLQWD DGKHVLYD SDUD HO GLEXMR
\ GDUi XQRV SDVRV KDFLD DWUiV SDUD verlo mejor, al mirar el refrigerador se acordará de que tiene sed, así que te SHGLUi XQ YDVR GH OHFKH \ XQD JDOOHWD
Autora: Laura Joffe Numeroff
El papalote
Adiós, adiós” le dijo, a la lagartija, “adiós” le dijo a las ÀRUHV ³PH YR\ D FRQRFHU HO mundo”.
Subió agitando su cola en señal de despedida, “adiós” le gritó a un gorrión mientras seguía volando, PLUy KDFLD DEDMR \ YLR WRGR WDQ SHTXHxR ODV SODQWDV \ ODV ÀRUHV VH KDEtDQ FRQYHUWLGR HQ PDQFKRQHV verdes, a veces salpicados de pun- tos de colores como confeti.
El diminuto sonido de la campá- nulas, el aleteo de las mariposas todo se perdió allá lejos mientras el papalote se elevaba.
Un zumbido enorme cortó el aire, alarmado el papalote busco la causa.
Un águila pasó rozando cerca muy cerca de él; su ala tocó su cauda y estuvo a punto de arañarla “De la TXH PH KH VDOYDGR´ GLMR HO SDSDORWH HO iJXLOD QR VROR PH KDEUtD GHMDGR VLQ PL FROD VLQR TXH WDPELpQ KDEUtD UDVJDGR PL KHUPRVR FXHUSR
Cada vez más alto, suspiró -quiero OOHJDU KDVWD ODV QXEHV KDVWD GyQGH HO iJXLOD QR SXHGD KDFHUOR HQWRQFHV seré mas fuerte- abajo ya no se distinguían los puntos de colores HQWUH ODV PDQFKDV YHUGHV
'HVGH HVD DOWXUD MDPiV KDEUtD FUHtGR TXH H[LVWLUtDQ PDULSRVDV R ÀRUHV R lagartijas ansiosas que esperaban los rayos de sol.
Siguió volando y el cielo se asomaba HQ WURFLWRV SRU KXHFRV FRPR ventanas, entre la blanca espuma de las nubes el papalote empezó a temblar de gusto estaba a punto de OOHJDU $O ¿Q VH DFHUFy D XQD QXEH \ se metió en ella , de pronto sucedió DOJR PX\ UDUR SDUHFtD TXH VH KXELHUD olvidado de volar-“¿qué me sucede?”
- se preguntó asustadísimo- “me estoy cayendo.
El papalote, empapado con las gotas GH QXEH VH KLVR WDQ SHVDGR TXH VH desplomaba.
Caía… caía… caía… sin remedio VREUH XQD JUDQ PDQFKD GH FRORU café, alcanzó a ver a un pájaro que le pareció conocido no vio a nadie mas
\ SRU ¿Q DFDER SRU GHUUXPEDUVH
Autor: Aline Pettersson
£4XH DOJXLHQ PXHYD HVD VDQGtD
n la Gran Bañera del Bosque vivían cientos de pequeños LQVHFWRV \ ELFKLWRV
Era una simple bañera abandonada, pero resultaba un lugar perfecto para YLYLU GRQGH VROR KDEtD TXH WHQHU cuidado con el desagüe de la bañera para que no quedara obstruido y una OOXYLD LQRSRUWXQD ORV KLFLHUD PRULU DKRJDGRV
3RU HVR ORV IRUWDFKRQHV GH ORV escarabajos eran los encargados de vigilar el desagüe.
Pero una mañana, el desagüe amaneció taponado por una enorme sandía ¡Qué tragedia! Era una fruta tan grande que ni el escarabajo más grande, ni los cinco escarabajos más grandes, ni siquiera todos los escarabajos juntos, pudieron apartarla de allí.
Los insectos más fuertes pusieron toda su energía en la tarea, pero no consiguieron nada. Los más listos aplicaron su inteligencia a encontrar soluciones, y tampoco tuvieron éxito. Finalmente, los más sabios FRPHQ]DURQ D RUJDQL]DU OD KXLGD
Y en medio de tantas penas, una ULGtFXOD KRUPLJD H[WUDQMHUD VH DWUHYLy a decir que si le dejaban llevarse la sandía ¡Qué graciosilla!
+LFLHURQ IDOWD PXFKRV LQVHFWRV para calmar a los escarabajos e LPSHGLU TXH DSODVWDUDQ D OD FKLVWRVD KRUPLJXLWD 3HUR UHVXOWy TXH OD KRUPLJD QR HVWDED EURPHDQGR SRUTXH DO ¿QDO GHO GtD DSDUHFLy acompañada por miles y miles de compañeras. Y en perfecto orden, cada una se acercó a la sandía, mordió su trocito, y se lo llevó por GRQGH KDEtD YHQLGR
- ¡Pero si así no avanzáis nada! - le GLMR XQ VDOWDPRQWHV D XQD KRUPLJD que paró un segundo a descansar -.
/D VDQGtD HVWi LJXDO DKRUD TXH DQWHV
de tomaras tu trocito.
- ¿Segurooo? Humm...- respondió con un extraño acento, como si QXQFD OR KXELHUD SHQVDGR < VLQ darle más importancia, retomó su PDUFKD
3HUR DOJR GHELy KDFHU DTXHO WURFLWR porque solo unos días después no quedaba ni rastro de la gran sandía.
< GHVGH HQWRQFHV PXFKDV GH ODV tareas más pesadas en la Gran Bañera se convirtieron en pequeñas, GLPLQXWDV WDUHDV TXH VH KDFtDQ mejor poquito a poco.
Autor: Pedro Pablo Sacristán
La mala suerte de Pescafrito
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