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Calidad De Tiempo


Enviado por   •  16 de Octubre de 2013  •  5.596 Palabras (23 Páginas)  •  242 Visitas

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Ser bondadosos: ¡la mejor forma de ser felices!

Para sorpresa de muchos, los hallazgos del trabajo realizado por un grupo de científicos que lideran la llamada Psicología positiva fueron que una felicidad perdurable tiene poco que ver con los éxitos académicos o profesionales, la riqueza, la juventud o la belleza física. Sus investigaciones revelaron que los seres humanos más felices son quienes tienen un gran corazón que se evidencia en la calidad de sus vínculos afectivos con los demás, así como en su compromiso de servir al prójimo.

Esto significa que cultivar la bondad es la forma más sencilla de lograr que los hijos sean felices. Y que todos los padres podemos hacer la contribución más significativa a que ellos gocen de la verdadera felicidad inculcándoles un espíritu de servicio para que crezcan con el compromiso de hacer la diferencia en el mundo en que viven.

Inculcar la bondad en los hijos no es tarea fácil en un mundo en que cuenta más tener que ser y la conveniencia individual está por encima del bien común, por lo que ser bueno a menudo se entiende como "no hacerle mal a nadie". Los que no hacen el mal pero tampoco el bien no son buenos sino inútiles, otra forma de ser dañinos. Tampoco es dar para quedar bien ante los demás o ayudar a un infeliz para "ganarse el cielo", porque la bondad no es cuestión de trueque sino de amor.

Muy buena parte de los problemas resultantes de la pobreza de muchos de nuestros semejantes podrán aliviarse el día que haya más gente buena que haga el bien y menos gente inútil concentrada solo en lo suyo. Así que es hora de dejar de preocuparnos por educar hijos capaces de "triunfar en la vida" (léase ganar mucho dinero), para dedicarnos a formarlos para que se dediquen a hacer el bien por el gusto de hacerlo. Es gracias a la bondad de unos con otros como todos prosperamos y como se abona el terreno para que reine la paz entre nosotros.

Ángela Marulanda

Autora y Educadora Familiar

Acompañamiento a los hijos: ¿calidad o cantidad de tiempo?

Margarita María Echeverry

Psicóloga y educadora

Grupo de Puericultura de la Universidad de Antioquia

Hoy en día se debate mucho el tema de si es importante pasar mucho o poco tiempo con los hijos en el hogar: hay quienes afirman que basta solo con calidad de tiempo, pero en cambio hay otros que debaten sobre la cantidad.

Este debate permanente se debe a que hay tantas dudas acerca de si los vacíos de la personalidad, los traumas y hasta las incursiones en el mundo de las drogas pudieron haberse incubado mientras los niños o los adolescentes no tenían a ninguno de los padres a su lado para plantearles una inquietud en el momento preciso en que necesitaban formularla.

Al entrar a evaluar la teoría de que en la crianza de los hijos es suficiente dedicarles poco tiempo siempre y cuando este sea de muy buena calidad, se encuentra que ya no parece tan segura dicha teoría, pues la mayoría de los muchachos que han experimentado y vivido la ausencia de sus padres presentan un balance que no es satisfactorio en relación con su felicidad y desarrollo.

Es así como los padres suelen sentirse inseguros ante la necesidad de permanecer más tiempo con los hijos. Inseguros, porque entran a cuestionarse sobre las necesidades económicas, el desarrollo personal y familiar, en fin, se esgrimen una variedad de excusas para justificar así su ausencia en el hogar.

En el plano social, llegándose a resolver dichas situaciones se plantearía la posibilidad de que uno de los dos miembros de la pareja se quedara en el hogar. La mujer, que con frecuencia suele ser la señalada para este regreso, volvería de pronto a perder el terreno ganado en el campo laboral. Además, se correría el riesgo de volver a caer en el machismo tan marcado que se vivió hasta hace algunos años y que persiste, aunque con menos intensidad.

Para evitar la inseguridad de los padres y la insatisfacción de los hijos lo más aconsejable es acompañar a los hijos más tiempo e iniciar una lista de compromisos, dando prioridad al tiempo de permanencia con ellos, teniendo el mejor cuidado de que sea un tiempo no solo de permanencia física, sino de acompañamiento psicológico disponible lleno de estímulos, de compartir, de orientación, firmeza, paciencia y del diálogo constante para crecer correctamente, pues es claro y evidente que los niños, niñas y adolescentes que pasan la mayor parte con su madre son seres humanos que muestran un mayor desarrollo afectivo y emocional.

¿Por qué acompañar por más tiempo a los hijos?

Los problemas más frecuentes que se detectan en los niños, niñas y adolescentes por falta de la presencia permanente del padre o de la madre son:

Mayor agresividad

Bajo rendimiento escolar

Aburrimiento en los jardines infantiles

Sentimiento de soledad

Sentirse rechazados

Dificultad para tomar alimentos

Afición a la calle

Sentimiento de carencia afectiva

Dificultad para dar o recibir afecto

Los niños que pasan mayor tiempo con sus padres gozan de muchos beneficios:

Mayor grado de confianza, alta autoestima y mirada del futuro con mayor confianza, es decir, mejor posibilidad de tejer resiliencia

Mayor reconocimiento en su hogar y por ende menos posibilidades de buscarlo en comportamientos desadaptativos

Menor propensión de las hijas a ser madres solteras

Favorecimiento con la presencia del padre de la formación de actitudes de respeto, disciplina y aceptación de la autoridad y de los límites que se imponen

Acompañamiento en la crianza de un modelo que nadie más podría darle: un modelo de vida amoroso y estable

Fortalecimiento de los vínculos afectivos protectores y de la comunicación

Mejor aprendizaje de habilidades para la vida

Cuando los padres trabajan demasiado fuera del hogar

En estos casos, con frecuencia tienden a volverse ausentes y a intervenir poco en la vida de los hijos y van perdiendo el interés por verlos y disfrutarlos.

El trabajo exagerado, justificado en el sentido de la responsabilidad, termina siendo una excusa para no vivir asuntos importantes de la vida de los hijos, y aunque tanto el padre como la madre expresan permanentemente cuanto los quieren, los niños, niñas y adolescentes sienten el vacío dejado por la falta de presencia activa.

De igual manera, para utilizar eficientemente el tiempo y poder desempeñar a cabalidad sus múltiples roles, los padres se ven abocados a manejar su tiempo en casa con una programación estricta que no admite cambiar rutinas y que obliga a

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