Columna De Opinion

Columna de opinión

El pasado 18 de septiembre, el monseñor Ricardo Ezzati, nos entregó el reconocido Te Deum que es ofrecido al pueblo chileno, como es ya habitual, todos los 18 de Septiembre. Como ya sabemos se habló sobre una crisis de desconfianza, la desconfianza entre los hombres, la desconfianza política, social, la desconfianza de los creyentes hacia Dios y la Iglesia, todos estos factores son responsables del momento por el que atraviesa nuestro país, como lo nombró el monseñor Ezzati… Crisis de desconfianza se le llamó. Me parece correcto que haya nombrado la desigualdad social, que tan grande es en Chile, también me parece correcto su haya hecho un llamado a dejar los intereses individualistas de los empresarios por el bien del país, pero por favor, no digamos que las marchas por la educación solo entorpecen el diálogo, si todos aquí estamos muy conscientes de que es la única forma de presión para un gobierno que no cedería con nada más que tomas y paros, no llamemos a buscar un mercado con igualdad de oportunidades, si todos sabemos que el de más arriba, el señor que pone las “lucas”, se generará más oportunidades que el de más abajo, que el empresario independiente que cuenta con bajos recursos, que el de la clase baja, que el del sueldo mínimo. La Iglesia Católica y el monseñor Ezzati, no puede pedir igualdad en un mundo al cual él mismo llamó desigual económicamente, o quizás si estamos en un mundo donde todos somos iguales y tenemos las mismas oportunidades, no tenemos sueldos mínimos mediocres, o también puede que esto último solo pase en la mente del empresario, que el crea que estamos bien como estamos, ya sea en educación y economía. No vivimos en un mundo igualitario, ni en un mundo sin sacerdotes pedófilos, no debemos ni esconder, ni bajarle el perfil, a la palabra de Dios y la supuesta crisis de confianza con él, esa no es la salida, de alguna vez por todas digamos las cosas claras y como son, que es la única manera que las masas entiendan el mensaje que queremos entregar.

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