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Comprensión de lectura N° 8


Enviado por   •  30 de Abril de 2016  •  Resumen  •  1.336 Palabras (6 Páginas)  •  273 Visitas

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Camilo Andrés Aguilar calderón

Comprensión de lectura N° 8

Etkin, J. y Schvarstein, L (1995). Identidad de las organizaciones. Invariancia y Cambio. Buenos Aires. Paidós. Pp 51-86.

Para comprender las organizaciones sociales a partir de la naturaleza de sus elementos constitutivos, la trama de relaciones invariantes que perduran en el tiempo, y los procesos internos de regulación que mantienen dichas relaciones dentro de los límites fijados por los rasgos de identidad organizacional, los autores comienzan por la parte del abordaje sistemático en el que explican el concepto de autoorganización,  la cual es una capacidad que poseen las organizaciones sociales, estas consideradas como sistemas, en la que entre  los componentes básicos está en que se produce por sí sola, se  mantienen  los rasgos de identidad frente a perturbaciones del medio vecino, entre otros, dicha autoorganización según los autores no se relaciona con las políticas de conducción o estrategias de la dirección,  más bien se trata de una visión complementaria de otros modos de explicación. La cual incorpora en el análisis la idea del cierre en los sistemas, el cual según los autores  no se hace de manera absoluta como si fuera un aislamiento, ya que significa que el sistema dispone de capacidades propias para articular nuevos comportamientos en el marco de su identidad y su autonomía en el que las organizaciones sociales no están determinadas desde afuera, sino que su realidad también debe comprenderse desde la óptica de su lógica interna y desde sus propias leyes de funcionamiento. Los autores mencionan que hablar de autoorganización requiere tener en claro los fundamentos de la invariancia y el cambio. Según lo autores dichos cambios en la organización preservan ciertos rasgos que distinguen a cada sistema, esta invariancia permite al observador afirmar que dicho sistema existe y que es diferenciable de otros sistemas. Estos rasgos no son un atributo asignado por el observador, sino que resulta de la presencia de invariancias en el funcionamiento de la organización a lo largo del tiempo. Dicha  invariancia es la permanencia de los rasgos de la identidad a pesar de las modificaciones estructurales a través del tiempo, son las interacciones entre participantes las que construyen las condiciones de autoorganización, las invariancias. Según los autores esta construcción no es deliberada sino emergente. Los autores  mencionan que las crisis internas de la organización se refieren a desajustes y la capacidad de la organización para compensar perturbaciones. Los autores toman como ejemplo el caso de una explotación agropecuaria familiar en el  que explican que el cambio no se refiere a la falta de adaptación, ya que cada organización se explica por sus propias leyes de funcionamiento y no por los cambios ambientales en donde  el concepto de adaptación es el argumento de un observador externo cuando su ubicación le permite analizar la evolución y el acople a través del tiempo entre varios sistemas. Según los autores el enfoque de autoorganización consiste en que la noción de propósitos ya no es necesaria para explicar la racionalidad de las conductas en la organización ya que implica abandonar la visión determinista o finalista de las actividades y procesos internos de la organización. Esto según los autores implica pasar desde la perspectiva externa, hacia el dominio de la lógica interna de la organización. Los autores mencionan tres conceptos utilizados en el análisis organizacional, el primero es la noción del tiempo el cual  puede asociarse con un rasgo de identidad organizacional hablando de ciclos interno, el segundo es el concepto de control el cual no es un dispositivo adicional para lograr una meta externa del sistema según los autores es un sistema interno, al igual que los restantes, que opera frente a las perturbaciones. Dichas perturbaciones activan las acciones llamadas de control y su efecto es compensar directamente la perturbación o bien provocar cambios compensadores en otros sistemas afectados por la fluctuación. La tercera es la idea de cambio organizacional como efecto de las fuerzas que intervienen en su funcionamiento en el que el concepto de fuerzas impulsoras y restrictivas se interpreta utilizando los conceptos de debilidades y capacidades de la organización. Según los autores este enfoque intenta proporcionar nuevos marcos conceptuales para una mejor explicación de la realidad organizacional, disponer de fundamentos teóricos que respalden a las políticas de los administradores y otros operadores organizacionales y disponer de nuevas bases para las técnicas de gestión administrativa y de intervención organizacional para operar sobre la realidad para la que están preparadas y consideran a sus participantes. Los autores mencionan igualmente los valores subyacentes en el enfoque en el cual la idea básica de la autoorganización es ofrecer a todos los niveles del sistema un esquema conceptual y operativo a través del cual puedan desarrollasen las políticas de gestión el cual se  preocupa por los elementos constituyentes, por el sistema sociocultural. Por último los autores mencionan los tipos de organizaciones estudiadas ya que  la autoorganización se refiere a un amplio espectro de agrupamientos sociales, donde es visible la adopción de un proyecto específico en el momento de su creación en el que en su objeto de estudio se incluyen una variedad de sistemas, que se ubican en tres grandes categorías de análisis, la primera es los denominados grupos básicos de operación, con un número relativamente pequeño de participantes, que se comunican entre sí en forma directa. La segunda son las organizaciones más amplias, como hospitales, partidos políticos, con relaciones más formales e indirectas en las cuales aparecen interactuando entre si grupos especializados respectos de múltiples propósitos. Y el tercero son las organizaciones identificadas como metasistémicas, que determinan el conjunto de normas y valores instituidos para las entidades cuyo funcionamiento regulan. Luego los autores hablan de los  paradigmas en el análisis organizacional los cuales dicen que estos son un modo básico que justifica el hacer algo o determina una particular forma de pensar acerca de algo los cuales incluyen valores subyacentes que son utilizados por el observador, el analista o el operador organizacional, y constituyen el marco de referencia para explicar sus conclusiones.

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