Constructivismo

Constructivismo

La enseñanza en las escuelas de nuestro país tienen una gran carga del aspecto conductista, siendo más concretos en el estímulo respuesta que reciben los alumnos por parte del profesor, pero en la actualidad y desde hace muchos años se han tenido presentes nuevas corrientes que favorecen la enseñanza y el aprendizaje a su vez de los alumnos, una de ellas, quizá la más conocida y famosa en la actualidad, vigente en los planes de estudio de la educación básica: el constructivismo.

El constructivismo es entendido como una pedagógica en relación con aspectos psicológicos donde se proponen cambios al proceso de enseñanza, haciendo a éste dinámico, participativo e interactivo, donde el docente no es un proveedor de conocimientos sino un facilitador de los mismos, donde sus principales exponentes son: Piaget, Vygotsky y demás glosadores que toman como base a los antes mencionados.

Para muchos psicólogos el aprendizaje es un proceso constructivo interno en el cual la enseñanza debe de plantearse como el conjunto de actividades dirigidas para favorecer el proceso tanto de enseñanza como aprendizaje donde el profesor presta atención a las concepciones ideológicas de sus alumnos con respecto al tema a trabajar.

Aplicado en el ámbito escolar es importante resaltar la labor docente en el proceso constructivista del aprendizaje, ya que éste debe ser quien propicie conflictos cognitivos entendidos como “Situaciones que favorezcan la comprensión por parte del alumno de que existe un conflicto entre su idea sobre un determinado fenómeno y la concepción científicamente correcta” (Carretero, 1993), sin embargo es importante tener en consideración que la reorganización del aprendizaje de los alumnos lleva un proceso.

Uno de los problemas del constructivismo es la lucha que se tienen contra el conductismo, en donde se basa la enseñanza tradicional, ya que una parte de las actividades escolares y extraescolares funcionan ignorando el conocimiento personal, tal como lo mencionan Porlán (1997) enseñar es favorecer que los alumnos y alumnas, individual y grupalmente, tomen el control y la responsabilidad de su propio conocimiento, de la evolución del mismo y de su relación con la toma de decisiones prácticas en el aula.

En conclusión el constructivismo aporta tanto al docente como al alumno el camino idóneo para lograr un aprendizaje constante a través de la transformación del aprendizaje en cada sesión de clases, tanto como dentro y fuera de la misma.

Carretero, M. (1993). Constructivismo y Educación. Buenos Aires, Aique. Pp. 52-61.

Porlán, R. (1997) Constructivismo y escuela. Hacia un modelo de enseñanza-aprendizaje basado en la investigación. Sevilla, Diada. Pp. 103-117.

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