Contexto, Historia Y Paradigmas Educativos

María Minerva Hernández López

Contexto, historia y paradigmas educativos

ETAC Aliat Universidades Maestrías en Línea

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Resumen: Comprender cómo la educación tiene que ver con el momento histórico que se vive y ante los cambios actuales relacionados con la globalización económica, política, social, tecnológica y cultural, el papel del docente debe cambiar como una figura de facilitador del proceso educativo, dejando atrás las prácticas tradicionalistas que tienen debilidades y sobre todo afecta a las personas en su desarrollo personal y profesional. Nos movemos en un contexto multicultural y para darles a los alumnos herramientas que le sirvan a sus necesidades del entorno, el docente debe ser el promotor de un aprendizaje significativo y saber nuevas técnicas de evaluación como también manejar estrategias de aprendizaje colaborativo.

La historia nos ha enseñado que el tema de la educación siempre ha estado presente en el centro de las discusiones más importantes del pensamiento humano. Paradigmas disciplinarios y humanistas se han enfrentado a lo largo de los siglos. Es importante entender que el concepto de paradigma, proviene del griego paradigma, que significa “ejemplo” o “modelo”. Se utiliza para definir un modelo o patrón en cualquier disciplina científica o contexto epistemológico.

Los investigadores sociales han adoptado la frase de Kuhn, "cambio de paradigma", para remarcar un cambio en la forma en que una determinada sociedad organiza e interpreta la realidad. Esto quiere decir que un paradigma es también la manera en la que es entendido el mundo.

Y para entender cómo la sociedad ha interpretado su realidad, hay que recordar los principales paradigmas educativos existentes hasta nuestros días. Baste enfocarnos en los términos conductista, humanista, cognitivo, constructivista y contextual (socio-cultural). Cada método de enseñanza tiene sus pros y su contras, ya que depende de cómo se concibe la educación en cada momento de la historia y de cómo se conciba al hombre en su contexto histórico. Queda claro que la educación es un producto de cada momento histórico particular, pero a pesar de los avances en la reflexión sobre la educación, son muchos los sectores educativos en los que sigue habiendo prácticas tradicionalistas, donde se observan una serie de desventajas como son: fomentar el aprendizaje pasivo, figuras de asimilador y reproductor de conocimientos; el rol del docente es autoritario y controlador; el método de enseñanza es expositivo, memorístico y evalúa resultados. La vida en el aula se reduce a una suma de objetos, conductas, actividades centradas sobre todo en los contenidos que se aprenderán.

Si se analiza el contexto educativo actual veremos que la globalización y la revolución tecnológica forman parte de nuestra vida cotidiana y la realidad económica, política, social y cultural, afectan a las personas en su desarrollo personal y profesional, causan nuevas expectativas en nuestro medio, lo que significa un desafío que depende del profesionista de la educación.

El desafío está planteado y no es menor; los cambios son profundos e imparables y requieren de una visión analítica y reflexiva para no poner en juego el futuro de la escuela y de nuestra sociedad. Así un educador necesariamente debe tener una formación ética firme para transmitir y formar personas que posean también una buena base moral que les permita desempeñarse adecuadamente en el medio social en que están inmersos, manteniendo una relación de respeto por sí mismo y por los demás. El respeto debe ser el valor primordial para vivir en una sociedad justa y libre. Cuando nos hayamos apropiado de una concepción educativa menos tradicional y más constructivista, más adaptada a las necesidades del entorno y menos rígidas, entonces podemos empezar a ofrecer a nuestros estudiantes un camino menos accidentado para su aprendizaje. El papel del docente actual sobre todo de cara al siglo XXI y a la construcción de una nueva educación, debe de ser de un docente investigador, reflexivo, flexible, conocedor, orientador, facilitador del proceso educativo y promotor del aprendizaje significativo de los alumnos.

Entendiendo que el aprendizaje significativo, se dio a conocer en la década de los sesenta por el psicólogo David Ausubel, quien nos dice que el aprendizaje significativo ocurre sólo si se satisfacen una serie de condiciones como son: que el alumno sea capaz de relacionar de manera no arbitraria y sustancial la nueva información con los conocimientos y experiencias previas y familiares que posee en su estructura cognitiva y que los materiales o contenido de aprendizaje posean significado potencial o lógico. Cabe mencionar que una de las dimensiones más relevantes de la evaluación educativa se refiere a técnicas que se utilizan en el aprendizaje significativo como son:

Técnicas no formales: de práctica común en el aula, suelen confundirse con acciones didácticas, pues no requieren de mayor preparación. Por ejemplo: observaciones espontáneas, conversaciones y diálogos o preguntas de exploración.

Técnicas semiformales: Ejercicios y prácticas que realizan los estudiantes como parte de las actividades de aprendizaje. La aplicación de estas técnicas requiere de mayor tiempo para su preparación. Por ejemplo: ejercicios y prácticas realizadas en clase o las tareas realizadas fuera de ella.

Técnicas formales: se realizan al finalizar una unidad o periodo determinado. Su planificación y elaboración es mucho más sofisticada, pues la información que se recoge deriva en las valoraciones sobre el

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