Criminologia
imortals5 de Noviembre de 2013
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TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS
Muchas han sido las teorías realizadas a lo largo de la historia en el campo de la Criminología que han intentado averiguar el origen y las causas de la delincuencia, desde los más diversos enfoques y corrientes científicas. Así encontramos teorías de carácter endógeno y exógeno cuyo fundamento se basa en aspectos psicológicos, biológicos, sociales, etc. Realizadas sobre diferentes estudios e investigaciones empíricas [estadísticas policiales, judiciales y penitenciarias, Informes de autodenuncia (self-reporter studies), encuestas de victimización, comparaciones de grupos, etc].
Para el mejor entendimiento y comprensión se han clasificado las diversas teorías en tres grandes bloques perfectamente diferenciados. El primero, y más numeroso, engloba las teorías de la criminalidad o teorías etiológicas de la criminalidad, que se corresponde con aquellas teorías que ya sea desde una visión biológica, psicológica o sociológica, integran lo que se conoce como la Criminología clásica. En segundo lugar las teorías de la criminalización que son aquellas realizadas bajo los postulados de la Criminología crítica.
Seguidamente se estudiarán las teorías integradoras que, como su propio nombre indica, intentan integrar o armonizar los postulados de la Criminología clásica con los de la Criminología crítica.
TEORÍAS DE LA CRIMINALIDAD.
LA CRIMINOLOGÍA CLÁSICA
1. Teorías psicobiológicas.
Tratan de explicar el comportamiento criminal en función de anomalías o disfunciones orgánicas, en la creencia de que son factores endógenos o internos del individuo, los que al concurrir en algunas personas les llevan a una predisposición congénita para la comisión de actos antisociales o delictivos. Del estudio de los rasgos biológicos o del estudio psicológico de la personalidad criminal tratan de obtener aquellos factores que predisponen a algunas personas al delito.
La tesis de LOMBROSO. La Escuela positivista italiana (FERRI y GAROFALO).
Cesare LOMBROSO (1835-1909), quien fundamentalmente en su famosísima obra L’Uomo delinquente, desarrolló su teoría sobre el “delincuente nato” o “criminal atávico”.
En base a sus estudios biológicos y antropomórficos, mencionaba que: el delincuente era una especie de ser atávico “que reproduce en su persona los instintos feroces de la humanidad primitiva y los animales inferiores”, degenerado, marcado por una serie de anomalías corporales y cerebrales fácilmente reconocibles.
El delincuente nato se caracterizaba por los siguientes rasgos psicológicos:
- Insensibilidad moral.
- Precocidad antisocial.
- Vanidad.
- Imprevisión.
- Incorregibilidad
La conclusión a la que llegaba no podía ser otra que la existencia de individuos que debían ser considerados delincuentes desde su nacimiento, ya que estaban fuertemente predestinados al delito.
Raffaele Garofalo:
En la misma línea (positivismo), GAROFALO dice que “existe una clase de criminales que tienen anomalías psíquicas, y muy frecuentemente anomalías anatómicas, no patológicas, pero con carácter degenerativo o regresivo, y a veces atípico, que carecen, en fin, de todo sentimiento altruista y obran únicamente bajo el imperio de sus deseos. Estos son los que cometen asesinatos por motivos puramente egoístas, sin influencia alguna de prejuicios, sin la complicidad indirecta del medio social”.
Pero existen ADEMÁS para GAROFALO DOS SUBCLASES de delincuentes, en los que SE OBSERVA LA INFLUENCIA DEL MEDIO SOCIAL en la delincuencia. Al respecto dice:
) que afecta, generalmente, a las formas menos violentas de la criminal“Individualizada la PRIMERA por el escaso sentimiento de piedad. En su virtud pueden perpetrar acciones antisociales y de GRAN TRASCENDENCIA bajo el influjo de estímulos sociales, políticos o religiosos. La SEGUNDA queda integrada por individuos carentes del sentimiento de probidad (sea por atavismo o herencia, potenciados con mensajes del medio socialidad”.
A partir de esta concepción, FERRI estableció su Ley de saturación criminal, según la cual “el nivel de la criminalidad viene determinado cada año por las diferentes condiciones del medio físico y social, combinados con las tendencias congénitas y con los impulsos ocasionales de los individuos”.
La defensa de estas ideas fue lo que originó que los autores de esta escuela fundamentaran sus teorías en el concepto acuñado por GAROFALO de temibilidad o peligrosidad social.
Las tesis psiquiátricas. Tipologías sobre la personalidad criminal
Estas teorías basan gran parte de sus investigaciones en intentar ESTABLECEN una relación entre delincuencia y la forma del cuerpo humano. Los PRECURSORES en este campo fueron Ernst KRETSCHMER y William SHELDON, alcanzando su mayor auge con las investigaciones sobre la personalidad criminal de Hans EYSENCK.
Ernst KRETSCHMER fue el primero en desarrollar una teoría en la que intentaba ESTABLECE una correlación psicosomática entre los tipos constitucionales, identificándolos en cuatro tipos con diferentes características corporales:
leptosomático o asténico,
atlético,
pícnico y
un tipo mixto.
Por otra parte, distingue dos tipos somáticos: el ciclotípico y el esquizotípico. Los esquizotípicos eran personas fuertes y musculadas, y tenían más posibilidades de delinquir que los ciclotípicos, que eran débiles y delgados.
William SHELDON
Desarrollando los trabajos anteriores de Kretschmer, SHELDON distinguió tres tipos somáticos a los que les correspondía un temperamento particular:
El endomorfo (de constitución suave y grueso) que son personas lentas, cómodas, sociables y extrovertidas;
El mesomorfo (de constitución sólida, muscular y atlética) que son agresivos y activos; y
Los ectomorfos (de constitución frágil y delgada) que tienen un carácter moderado e introvertido.
Todas las personas poseen estas características en mayor o menor grado. SHELDON realizó un sistema para medir cada una de estas características en una escala de 1 a 7. El mejor balance individual se correspondía con un resultado de 4-4-4 mientras que, por ejemplo, una persona con un resultado de 4-2-7 sería fuertemente ectomorfo, con una cantidad media de características endomórficas y pocas características mesomórficas.
De estos tres tipos somáticos, señalaba el autor, en base a una investigación realizada sobre 200 delincuentes juveniles con edades comprendidas entre 15 y 24 años, que fueron comparados con 4.000 estudiantes, que cada tipo incluía una personalidad diferente y favorecía una manera diferente de actividad delictiva.
Los endomorfos tenían una inclinación a la delincuencia ocasional, cometiendo fraudes o estafas. El tipo ectomorfo podía en ocasiones perpetrar hurtos o robos. Por último, el tipo mesoformo era propenso a la delincuencia habitual, empleando violencia en sus actos, cometiendo robos, e incluso homicidios. Por tanto, correspondía a las personas (al menos así ocurría en los delincuentes juveniles) del tipo mesomorfo una mayor predisposición a la comisión de delitos que las personas de los otros tipos.
Además, SHELDON después de comparar los “delinquency scores” de los jóvenes examinados, con los de sus padres, concluye afirmando que la tendencia a la criminalidad es hereditaria.
Hans EYSENCK.
La tesis defendida por EYSENCK, quizá más completa que las de los autores anteriormente citados, ya que no solo se limita a analizar las variantes genéticas que influyen en el comportamiento delictivo, sino que reconoce ADEMÁS la decisiva influencia de los factores ambientales (familiares).
condicionamiento (regido por el sistema nervioso autónomo). En sentido contrario, un comportamiento antisocial o una conducta delictiva obedece a un aprendizaje Su Teoría de la condicionabilidad del delincuente, entiende que el comportamiento se adquiere por aprendizaje (donde interviene el sistema nervioso central) y por deficiente de las normas sociales en forma condicionada.
Reconoce en primer lugar, la importancia del sistema nervioso heredado por la persona, distinguiendo varios tipos de personalidad, desde la introversión (personas reservadas, introspectivas, tranquilas, ordenadas, pacientes y fiables) a la extraversión (seres sociables, excitables, impulsivos, despreocupados, optimistas, impacientes y agresivos), y según a la categoría a que se pertenezca será más fácil o más difícil el ser condicionado. Las personas extrovertidas son más difíciles de condicionar que las personas introvertidas.
En segundo término, destaca también la calidad del condicionamiento recibido en su ambiente familiar. La suma de estos dos factores, forma la personalidad al término de la primera infancia, y según el grado de introversión-extraversión en la que se encuentre la persona, quedará determinada la propensión de la misma al delito. La criminalidad es un rasgo del carácter que viene determinado genética o biológicamente, pero que puede ser suavizado (según las reflexiones de la teoría del aprendizaje) mediante un adecuado condicionamiento en el ambiente familiar.
Pese al gran número de estudios empíricos llevados a cabo a partir de las características de la personalidad de los delincuentes, a mi modo de ver, los intentos realizados para encontrar los rasgos o caracteres de una “personalidad criminal” unitaria, válida y diferencial desde una perspectiva global han resultado infructuosos, lo que quizá sea debido tal como mantiene ECHEBURUA, a “el peso específico de las variables situacionales,
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