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Cuento Administración-Fund. Admin


Enviado por   •  29 de Agosto de 2017  •  Trabajo  •  2.388 Palabras (10 Páginas)  •  226 Visitas

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Un joven, llamado Roberto quién se encuentra en desacuerdo con la mala administración por parte del gobierno en México, sentía que no se comprometían con su trabajo, ya que lo único que les importaba era el interés económico, y que en su pensar veía que las grandes instituciones que deberían ayudar a la sociedad no daban este apoyo necesario, y una herramienta que el gobierno empleaba para que las personas no tuvieran ese interés, era la enajenación y manipulación de los medios y la información, y Roberto al darse cuenta de esta problemática que México vivía, no solo en los último tiempos, sino al parecer es un sistema que los gobiernos han utilizado a lo largo de ya bastantes años, se encontraba harto de que la gente no se diera cuenta de todas las injusticias en las que viven, pesando que todo está bien, sin preocupación alguna, pero le daba más tristeza el que la gente que se daba cuenta de  todas las cosas que pasan, no hacían nada, ya que no veían una esperanza de que los problemas pudieran cambiar, ya que era un problema inmenso que se ha venido gestando de tiempo muy remotos.

Un día como cualquiera en una típica plática con sus amigos de la prepa, escuchó un comentario de uno de sus amigos diciendo -Pues yo quiero estudiar administración como mi papá, porque me ha dicho que es una carrera que deja mucho dinero, gracias a los múltiples fraudes que ha hecho en su trabajo- al escuchar esto Carlos exclamó -¡¿Y no se dan cuenta las personas o la misma empresa?!- Iván con una pequeña carcajada respondió -¡Ay amigo mío! Por supuesto que no, ya que uno siendo administrador, lo ven como persona correcta, con integridad y muchos valores, y además dicen que tienen un código de ética, y con eso la gente piensan que son personas muy honestas y con mucha moral, ya que están sujetos a este código- dijo Iván, se le veía feliz, todos pensado que era una gran profesión y exclamando:
-Yo igual quiero estudiar esa carrera, además soy muy bueno con los números-dijo Ramón
-Que gran carrera para engañar a la gente-dijo Alan
-Es una buena opción para ganarse la vida-dijo Carlos
Al acabar todos de decir lo que pensaban, y cuando había un silencio en la conversación, Roberto dijo:
-Pero ¿por qué tu papá le hace eso a la gente?, debería haber personas diferentes que en realidad se interesen en el bienestar de los demás no solamente en el propio, eso es ser una persona sin valores sin todas las cualidades que dijiste que un buen administrador debe tener, no entiendo que hace tu padre ahí- todos voltearon a ver a Roberto con desprecio, e Iván dijo -¡¿Y tú qué piensas estudiar Roberto?!- se le veía con rabia al hacer esta pregunta, Roberto contestó -No lo sé, pero gracias a esta plática he descubierto que yo tengo los valores que dices para poder ser un gran administrador- dicho esto, se dio la vuelta, se retiró, y el resto de las clases se la pasó pensando si en realidad él quería ser administrador, ya que en realidad no tenía conocimiento de esta carrera. Al término de las clases, salió corriendo al transporte para dirigirse directamente a su casa, tomó el metro en la estación Deportivo 18 de Marzo, la estación más cerca de su prepa, afortunadamente para él, el metro pasó rápido, se olvidó completamente de todo, y cada vez, cada hora, cada minuto, cada segundo que pasaba sentado en ese asiento verde, su pregunta era mucho más constante, “¿podría ser un buen administrador”, se quedó pensado tanto esto que no se dio cuenta que estaba muy cerca de llegar a su destino, se preparó para su bajada, cuando esas puertas se abrieron, salió corriendo, subió a toda velocidad esas escaleras del metro que tanto le pesaban, pero esta vez no fue así, con una respiración profunda y ese sudor que escurría todo su rostro, corrió hasta llegar a su casa, abrió la puerta del edificio, otras escaleras que tenía que subir, pero eso no le importó, abrió la puerta de su casa, apenas saludó a su madre que se encontraba viendo la tele con un simple -¡Hola!- prendió rápidamente su computadora, su madre viendo esa cara de felicidad, al escuchar su respiración que cada vez era más profunda, y ese sudor que brotaba desde su frente y escurría en toda su cara por parte de su hijo, le preguntó -¿Ahora que te tiene tan emocionado?, casi nunca llegas con tanta felicidad- Roberto sin hacer mucho caso le contestó a su madre casi sin aliento –Estoy a punto de decidir mi futuro- la madre dejándolo en paz, pero aún con la duda de que le pasaba, porque tanta felicidad.

Roberto pasó mucho tiempo en la computadora, buscando programas, las habilidades que se necesitaban para ser administrador, que instituciones impartían estas carreras, y mucha información más, para poder conocer la carrera y así tomar una de las decisiones más importantes de su vida. A la llegada de su padre del trabajo, saludó a su esposa y al ver a su hijo sentado en la computadora, su padre le preguntó -¡Hola hijo!, ¿qué haces?- esté contestó con una gran sonrisa –Estoy a punto de definir mi futuro- al ver esa gran satisfacción en su hijo, el padre se vio tranquilo, y decidió dejarlo en paz para que siguiera con su ardua investigación. Pasó el tiempo, lo padres se fueron a dormir después de haber terminado su cena, despidiéndose de su hijo y diciendo al unísono –¡Buenas noches hijo, mucha suerte!- Roberto aún se la pasó un buen rato sentado frente a la computadora, cuando vio la hora, 1:30 pm, decidió dejar todo, apagó su computadora y se preparó para dormir, olvidándose completamente de la cena, pero con tanta emoción no lo recordó, se fue a la cama, pero era tanta la felicidad que fluía en su cuerpo, su corazón latía con mucha frecuencia, su sudor que corría por toda la parte de su cuerpo, se la pasó pensando, pero esta vez con una pregunta diferente, “¿Qué podría hacer como administrador para cambiar esta sociedad?”, pero llegó a su cabeza una pregunta mucho más importante “¿Tendré los valores y aptitudes suficientes para lograr ser un buen administrador?”, esa pregunta lo invadió y estuvo reflexionando un gran tiempo, hasta que se quedó dormido.

Al día siguiente despertó, su familia se encontraba lista para el desayuno:
-¡Buen día papá, buen día mamá!- dijo Roberto con una gran sonrisa en su rostro.
-¡Buenos días hijo!- contestaron los dos, esperando que su hijo dijera algo de lo sucedido anoche.
-He decidido que voy a estudiar Administración- dijo Roberto.
-¡¿Ah sí, por qué?!- preguntó su padre que se encontraba admirado al escuchar esa noticia.
-Porque quiero hacer algo para la sociedad, siento tener las capacidades, los elementos, pero mucho más importante creo que tengo los valores para llegar a ser un gran administrador.
-¿Y qué quieres hacer con esa profesión para poder hacer un cambio a la sociedad?- preguntó con mucha curiosidad el padre
-Estudiar, aprender, interesarme e informarme, 4 elementos fundamentales que el gobierno y la mayoría de las instituciones y autoridades le temen; temen a este tipo de personas, al saber esto podré poner mi propia empresa, y así podré ayudar en realidad a los demás, para que aprendan y se informen, para así formar una persona íntegra y con valores, siendo yo una persona con las mismas características, y luego ¿porque no?, trabajar en una empresa pública, mejorando la administración y que en realidad haya un cambio- dijo Roberto con mucha seguridad. El padre con una gran sonrisa afirmó:
-Muy bien, me alegra verte así, con esa seguridad, solo espero que cuando salgas al mundo y veas las grandes barreras que vas a tener que enfrentar, no te desanimes y sigas amando tu profesión, sin arrepentirte de haber elegido esa carrera, puedo asegurarte que será un reto muy complicado, pero sé que eres una persona muy capaz y si vas con esa seguridad, estoy muy convencido que podrás triunfar, pero mucho más importantes sé que serás muy feliz- dijo el padre
-Mucho éxito hijo, y sabes que tienes todo nuestro apoyo- recalcó la madre.

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