Cultura De Masas

1.- ¿Defina qué es la cultura de masas?

Sobre el miedo a lo diferente, limitante y esclavizador sentir en el ser humano, que ha intervenido a lo largo de la historia en las conductas, obligándolo a refugiarse al cobijo de las masas. Un aspecto sociológico importante por el cual se describen algunos fenómenos y comportamientos, atrayendo una gran cantidad de individuos en unificación de comportamientos formando un solo cuerpo, alentado por cualquier beneficio que estas agrupaciones puedan brindar o para conseguir una meta a alcanzar.

Un aspecto psicológico es el temor al rechazo, que desaparece dentro de la masa, y para hacerlo, se tiene que formar parte de ella, y ésta dictara la forma de actuar, de no ser así se está fuera de ella o se es enemigo de la misma. Es entonces cuando se crean distancias entre individuos, que se determinan por diferencias entre personas, por la clase social, por el nivel económico, por las creencias religiosas que se tengan, por una preferencia política, nuestras costumbres, etc., en medida que a mayor densidad, mayor grado de seguridad se transmite dentro de un círculo donde se piensan iguales unos con otros, sumándose poderes.

Las masas tienen como característica principal, el crecimiento desmedido y el mantener la perpetuidad de lo representado. Por aparición casi espontanea, en ocasiones atraen a los futuros participes por curiosidad, contagiando la finalidad a seguir. Es necesaria una clasificación de los distintos tipos de masa y del porqué, entonces se identifican dos tipos, las masas abiertas que son el estado natural o más representativo, y las masas cerradas.

La comunicación de masas se basa sobre todo en el significado de la producción múltiple o de masas y en la gran extensión de la audiencia a la que los medios de comunicación de masas pueden llegar. Además, en uno de los significados originales del término “masa” se halla la idea de una colectividad amorfa cuyos miembros casi no se distinguen entre sí.

En término de “masa” acogió varias características de la nueva audiencia del cine y la radio que, o bien no existían, o bien no respondían en su unión a ninguno de los tres conceptos previos. A menudo era muy amplia, más que la mayoría de los grupos, multitudes o públicos. Era muy dispersa y, en general, sus miembros no se conocían entre sí o no conocían a quien había convocado a la audiencia. Carecía de autoconciencia y de autoidentidad, y era incapaz de actuar de modo unitario y organizado para asegurar tales o cuales objetivos. No actuaba por sí misma, sino que más bien “se le hacía actuar”. Era heterogénea, pues estaba formada por grandes cantidades de elementos, procedentes de todas las capas sociales y todos los grupos demográficos, pero homogénea en su comportamiento, consistente en la lección de un objeto particular de un interés y el acuerdo con la percepción de aquellos que quisieran manipularlo.

Se ha descrito como cultura de masas el contenido típico producido por los medios de comunicación de masas. Termino que se aplica a un espectro mucho más amplio de artefactos. Tiene incluso una connotación ampliamente peyorativa, sus asociaciones con las preferencias culturales de los “incultos” o los que no tienen capacidad de diferenciación.

2.- ¿Cómo se aplica y fundamenta la cultura de masas en los medios de comunicación?

La audiencia de los medios de comunicación de masas no es tan sólo una formación social así caracterizada, la “masa” es esa entidad que corresponde a audiencias y que los medios de comunicación se usa para dirigir o controlar el “comportamiento del consumidor” y la conducta de amplios sectores de la población.

La fuente no es una sola persona, sino una organización formal, y el “emisor” suele ser un comunicador profesional. El mensaje no es único, variable e impredecible, sino, muchas veces, “manufacturado”, estandarizado, siempre multiplicado en cierto sentido. Y además de referencia simbólica con su valor “uso”, también en su producto del trabajo y una mercancía con valor de cambio. La relación entre emisor y receptor es “unidireccional” y “raramente interaccional” necesariamente impersonal y a menudo, quizás, “amoral” y calculadora.

La impersonalidad procede en parte de la distancia física y social entre emisor y receptor, pero también de la impersonalidad del papel del comunicador social, gobernado a menudo por normas de neutralidad y distanciamiento. La distancia social implicada entraña también una relación asimétrica, puesto que el emisor, aun sin poder formal sobre el receptor, suele tener más recursos, prestigio, pericia y autoridad. El receptor es parte de una amplia audiencia, comparte la experiencia con otros y reacciona de modos predecibles y premodelados. La comunicación de masas implica el contacto simultáneo entre emisor y muchos receptores, y permite una respuesta inmediata por parte de muchos individuos al mismo tiempo. Aunque no puede darse por su respuesta la uniformidad del impacto, es probable que la variabilidad de la respuesta sea mucho menor que la que se da con ocasión de la lente y secuencial difusión de la información persona a persona.

Esta versión ideal prototípica ya está algo obsoleta, en relación con los desarrollos de nuevos medios de comunicación. Lo que realmente ocurre tras la denominación de comunicación de masas pone de manifiesto la presencia de tipos alternativos de relaciones de comunicación que coexisten con el complejo total.

La relación de comunicación es en general una forma débil de relación con el poder, pero es posible encontrar analogías entre el ejercicio del poder en las comunicaciones (de masas) y en las relaciones personales. La modalidad de “mando” es el equivalente más próximo al uso de la fuerza, la de “servicio” es párela a la de recompensa material, puesto que implica el ofrecimiento de un servicio o la gratificación a cambio de la atención o el pago del receptor; la modalidad de la “asociación” se basa en vínculos normativos o morales entre el emisor y el receptor. El tipo de relación de servicio es el más común y e más apropiado para la comunicación de masas por una cierta cantidad de razones, pero sobre todo porque la atención es voluntaria y no esta supervisada, y los contenidos corresponden principalmente a la esfera del entretenimiento o la utilidad.

Se ha tenido que ver a la comunicación en términos idealistas, como si estuviera amenazada por los rasgos inherentes a la situación propia de la comunicación de masas o por intereses que tratan de obtener ventajas de las nuevas posibilidades de comunicación. Una actividad central de los medios de comunicación de masas –la comercialización de información y otros servicios de comunicación– ha quedado

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