Cultura y Personalidad (Linton)

Cultura y Personalidad (Linton)

Para estudiar la relación entre cultura y personalidad debemos definir personalidad como la suma total de las facultades racionales, percepciones, ideas, hábitos y reacciones emotivas condicionadas. Las personalidades afectan a la cultura y la cultura afecta a la personalidad. Aquí se estudiará la influencia de la cultura sobre la personalidad.

Toda personalidad presenta dos aspectos: contenido y organización. El contenido está formado por los elementos componentes de la personalidad. La organización se divide en superficial, que son los fines conscientes que el individuo se señala a sí mismo, y la central que le da un carácter distintivo a la personalidad. Según la organización central de la personalidad los psicólogos definieron tipos psicológicos como el introvertido y extravertido, el megalomaníaco y el paranoide.

El proceso de formación de la personalidad parece ser la integración de la experiencia del individuo y sus cualidades constitucionales para formar un todo funcional ajustado mutuamente. El medio domina la experiencia. Se define medio como todo lo que rodea al individuo, tanto las personalidades como los objetos y los fenómenos naturales con los que está en contacto. La cultura, por medio de sus efectos sobre el medio, puede influir en la experiencia y, a través de ésta, en la personalidad. El ambiente físico que rodea al individuo contiene casis siempre todas las cosas que la sociedad fabrica y usa. La cultura controla además todos los aspectos formales de las relaciones del individuo con otros miembros de la sociedad (pautas de conducta), pero no afecta de la misma forma a todos los individuos de la sociedad. Las influencias de la cultura pueden ser generales (experiencia común) y específicas (contribuyen a aumentar la diversidad de la experiencia entre dos individuos criados bajo la misma cultura y sociedad). El medio ambiente ofrece una determinada cultura que será diferente para hombres y mujeres, para miembros de diferentes clases sociales, y hasta para miembros de distintas familias. En las técnicas del cuidado de los niños se da una variación cultural aún mayor. Psicólogos han escrito mucho acerca de los supuestos efectos de la experiencia infantil sobre la personalidad adulta. A medida que el niño va creciendo, las influencias generales que su cultura ejerce sobre él se vuelven cada vez más numerosas y complejas.

Toda cultura ejerce una serie de influencias generales sobre los individuos que crecen a su abrigo. Estas influencias difieren de una cultura a otra, pero ofrecen un denominador común de experiencia a todas las personas que pertenecen a cualquiera sociedad dada. Las unidades sociales o categorías de personas a las que pertenece el individuo son las que determinan principalmente el que esté expuesto a unas y no a otras (la familia).

(1) Las diferencias en status económico y en clase social también son fuentes de influencias específicas. En nuestra sociedad existen profundas diferencias de medio ambiente. En una sociedad, los miembros de diferentes niveles económicos suelen tener hábitos y actitudes distintas. Las diferencias son tan pronunciadas en los grupos que están claramente organizados en un sistema de clases que bien puede decirse que a cada una de estas clases responde una subcultura particular. (2) Otra categoría de influencias específicas son las que derivan de los esfuerzos más o menos conscientes de la sociedad para educar al individuo a fin de que ocupe un puesto determinado en el sistema. La preparación consciente del individuo influye en el contenido de su personalidad, hábitos y actitudes. Se impone al individuo ciertos objetivos concretos y dirigiendo sus energías para que pueda alcanzarlos. Esta preparación no se considera en términos psicológicos por parte de las sociedades. Se trata de hacer es capacitar al individuo para que ocupe ciertos status adscritos, es decir, aquellas posiciones dentro de la estructura social que normalmente ha de ocupar. En consecuencia, es fundamental para el funcionamiento de una sociedad que las personalidades de los miembros estén adaptadas a sus status. Cada sociedad tiene una serie de personalidades ideales que corresponden a diversos status que esa sociedad reconoce. La personalidad de status (fenómeno social) no corresponde a la personalidad total (fenómeno individual).

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