DE CARNICERO A VEGANO

De Carnicero a Vegetariano

Desde el profundo amor por cualquier forma de vida hasta la eficiencia energética. Mis razones.

Hoy escribo esto con el fin de responder de una vez por todas a aquellas personas que me han preguntado por qué abandoné el negocio de mi familia. No creo poder convencer a todo el mundo de pensar igual que yo, pero al menos intentaré hacerles saber que lo mío es una cuestión de integridad y conciencia, y no cobardía o falta de capacidad como algunos piensan.

Mis padres empezaron un pequeño negocio de carne de res hace aproximadamente 23 años en lo que hubiera podido ser la cochera de la casa donde aún vivimos, el barrio era un lugar que acababa de lotificarse y lógicamente la oportunidad comercial excedió las expectativas de ambos. El negocio creció un poco y se tornó la única ocupación de mi papá, tenía algunos trabajadores y yo ayudaba generalmente en mis vacaciones. Así aprendí lo que algunos hipsters de este tiempo categorizan al nivel de arte de la carne.

Llegó aquel fatídico día en que mi papá decidió unirse por cuenta propia con la inmensidad y por ser el único hijo varón capaz de manejar el negocio, yo quedé al frente. No niego que la retribución económica es considerablemente buena en ese trabajo, y hasta ese momento había solventado todos los gastos que mi familia había requerido. Sin embargo no concordaba con la idea de hacerlo toda la vida y menos cuando alguien tiene que morir para que yo obtenga un beneficio.

A mi manera de ver las cosas, la muerte de un animal no es menos que la muerte de un humano, finalmente todos venimos del mismo cuaderno de bocetos. Hay personas que piensan que el único objetivo de los animales que la gran mayoría come, es servir al hombre como alimento y en este caso en particular, mi respuesta es que el propósito de la vida va más allá de cualquier entendimiento. No se debe creer que todos los seres existen para el bienestar del hombre. Al contrario, todos los otros seres también fueron hechos para su beneficio propio y no para el de algo más.

Dejando de lado lo subjetivo, la abstinencia de la carne también cuenta con una razón lógica para aquellos que sólo observan el panorama inmediato a sus narices. Supongamos como ejemplo una planta cualquiera que un día determinado recibe 1000 calorías de energía lumínica del Sol. Los experimentos han demostrado que sólo 100 calorías son utilizadas para producir materia vegetal y las otras 900 son usadas para mantener la propia existencia de la planta y sus procesos metabólicos. Supongamos ahora que una vaca come esa planta, sólo recibirá el 10 % de las calorías originales e igualmente la vaca ha de sustentar su metabolismo y además retener algo de energía para la acción muscular que le permitirá la búsqueda de más hierba. La producción neta de la vaca, es decir, su ganancia utilizable

...