DE ESO NO SE HABLA
DAYNECO9 de Mayo de 2014
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Sinopsis del libro eso no se habla
El conjunto de artículos que reúne esta compilación tiene como propósito la observación de la escuela como un escenario privilegiado de la diversidad sociocultural, en el que conviven las conflictivas realidades de los distintos sectores sociales. El eje está puesto en las problemáticas generadas a partir de las diferencias socioeconómicas, culturales y raciales. A partir de una perspectiva sociológica y antropológica, se analizan los discursos de la exclusión que circulan en relación con la trama urbana e institucional, la representación y construcción social del inmigrante y la experiencia de la diferencia en los grupos escolares.
La diversidad cultural
El problema de la diversidad cultural se muestra como emergente en las prácticas cotidianas en donde la diferencia deja ver su carácter valorativo y exige una toma de decisión con alcances éticos. La presencia de grupos culturales dentro de una misma sociedad genera una serie de conflictos en los que emerge la diferencia cultural como clave.
El uso del término diferencia cultural se ha convertido en un tópico de la mano del denominado multiculturalismo. Con estos términos se pretende describir situaciones en las que conviven grupos diversos dentro de las llamadas sociedades occidentales. En este trabajo nos proponemos presentar algunas de las líneas de pensamiento que ponen bajo sospecha estos términos. Desde una perspectiva que pretende esclarecer el contexto de surgimiento de estos tópicos Pierre Bourdieu, Loïc Wacquant, Clifford Geertz y Slavoj Zizek atacan lo que nosotros llamaremos una versión ontologizada de la diferencia cultural. Denominamos a esta posición ontologizada porque a propósito de una referencia semática del término diferencia se presenta la cultura como una totalidad a analizar de forma estática y sin referencia al contexto cotidiano en el que se vive la conflictividad social.
En los últimos años apareció el término multicultural para dar cuenta de las sociedades en las que conviven grupos considerados culturalmente diferente. En nuestro medio, dicho término se divulgó a fines del siglo XX para abordar la problemática suscitada por la presencia de grupos de inmigrantes extranjeros, generalmente de países limítrofes que llegaron a nuestro país a trabajar mientras el precio del dolar los favorecía para remitir dinero a sus lugares de origen (bolivianos, peruanos, chilenos también coreanos). La presencia masiva de chicos de familias inmigrantes en las escuelas bonaerenses incentivó la apropiación de este término que sirvió para revitalizar el discurso escolar de la integración sin mayor análisis
Si bien en la Argentina la problemática de la diversidad puede rastrearse desde los comienzos de la vida independiente y aún antes, en la actualidad se presenta dentro de la crisis del modelo de acumulación, la desocupación y la precarización del empleo. Según María Rosa Neufeld y Jens Ariel Thisted la diversidad cultural aparece como término que permite atribuir o justificar situaciones de fragilización y exclusión esquivando la formulación económica.
Los autores señalan que visiones estereotipadas, estigmatizantes o ponderativas de los otros que circulan en multiplicidad de ámbitos públicos o privados, utilizando el término multiculturalismo dan sentido a procederes diversos y poco reflexivos. Las representaciones cotidianas articuladas en torno al tópico de la diferencia cultural, legitiman ciertas relaciones sociales y producen estigmas que termina ocultando una realidad social y económica.
Por ejemplo, se relacionan características étnicas con categorías residenciales, ocupacionales etc. Estas representaciones niegan la complejidad social simplificando su comprensión. En la escuela, por ejemplo, la lentitud de algunos alumnos, su dispersión se la tipifica asociándola a nacionalidades, lugares de origen y a partir de ese diagnóstico se actúan (el peruano como todos ellos tienen dificultades para concentrarse). También se estigmatiza por el ritmo de aprendizaje. Se habla del respeto a la diversidad poniéndose énfasis en la existencia de diferencias culturales entre los niños de distintos sectores sociales asignándoles a las mismas atributos naturalizados, casi inmodificables. "Es una cuestión de culturas", así se resuelve o justifican las diferencias de comprensión, dificultades de aprendizaje. Se habla entonces de la presencia "multicultural" en las escuelas sin referencia a los conflictos que ello suscita.
Por otra parte, se suele ocultar bajo la singularización o patologización de quien lo padece, por ejemplo, 'no se integra', generando la indiferencia de los que lo hacen sufrir. Estoes denominado por los autores como 'producción social de la singularidad del sufrimiento" (Sinisi, Liliana; 1998 ). Este sufrimiento se da en mayor o menor medida en los docentes queno saben cómo actuar frente a estas situaciones, para confirmarlo señala el porcentaje de licencias psiquiátrica docentes.
"Lo que está a la vista en un aula es la consecuencia de políticas económicas y educativas no explícitas, que expanden la fragilización de los lazos familiares,
acentúan la profundidad de la segmentación educativa, aumentan las diferencias socieconómicas entre sectores hegemónicos y subalternos ynaturalizan luego las situaciones planteadas, devolviendo la responsabilidad a las mismas víctimas”
En el ejemplo, salta a la vista que lo que puede ser comprendido como diversidad cultural, no se vincula con grupos lejanos en el espacio sino que conviven diariamente. Es por ello que aparece vivenciado angustiosamente en la práctica cotidiana. En este ejemplo se deja ver que la promocionada diferencia cultural conlleva algo más, un plus valorativo que no puede esconderse bajo el ropaje de la indiferencia o el paternalismo
El multiculturalismo se impuso como tema en los ámbitos intelectuales en los años’90 , La problemática de la presencia de grupos cuyas pautas de conducta difieren del resto de la sociedad adquirió relevancia intelectua desde los universitarios estadounidenses que la convirtieron en tópico, pues más que para explicar o comprender la situación social, este término ha circulado naturalizando procesos y conflictos sociales, como señalan Pierre Bourdieu y Loïc Wacquant en su artículo Sobre las astucias de la razón imperial (1999). En él desenmascaran la particularidad del contextoestaodunidense en el que se hipostasia dicho término. De hecho, lo que ha ocurrido es que una forma de abordar conflictos locales ha sido trasladada como problema intelectual al resto del planeta. En Europa ha servido para referirse al pluralismo cultural dentro de la sociedad civil, mientras que en EE UU para fijar la exclusión de los negros ( Bourdieu, Pierre; Wacquant, Loïc)
El ‘ser como somos’ y reconocer que ‘ellos son como son’ no deja se ser un reconocimiento de la diversidad que magnificándola la ignora, o lo que es lo mismo, no reconoce la historia en la que se conformaron tales diferencias. Sobre todo si se tiene en cuenta que de las diferencias culturales de que se trata en la actualidad se producen al interior de lo que llamamos ‘nosotros ;la presencia de grupos de inmigrantes de países limítrofes en la Argentina. El problema como señala acertadamente Geertz consiste en la construcción social de la diferencia, que no es neutral axiológicamente, que no responde simplemente a fronteras geográficas sino a identificación axiológica de grupos con los que interactuamos: “La extranjería no comienza en los márgenes de los ríos, sino en los de la piel” ( Geertz,)
El problema del reconocimiento de la diferencia no tiene pues que ver con otro distante ante el cual podemos permanecer indiferente sino con los que conviven con nosotros pero que consideramos diferentes. Esta consideración arraiga en una comprensión social no siempre esclarecida sino por el contrario amarrada a estereotipos, que sirven para estigmatizar a los que entendemos ‘no son como nosotros’.
Es en la interacción cotidiana en la que la diferencia se vuelve problemática, cuando no podemos coordinar acciones o incluso dialogar sobre aquello que nos distingue. Geertz propone aprender a vivir en nuestras sociedadesentendidas como collage:
“Para vivir en un collage uno debe, en primer lugar, verse a sí mismo como capaz de clasificar sus elementos, de determinar qué son (lo que habitualmente implica determinar de donde proceden y cuál será su valor cuando allí estaban) y cómo se relacionan los unos con los otros en la práctica todo ello sin enturbiarel sentido de la localización e identidad propias en su seno.” ( Geertz)
Esta propuesta del collage conlleva entonces una comprensión de la diferencia de carácter no sólo semántico sino pragmático en la que no se usa la diferencia de manera meramente descriptiva sino atendiendo a las prácticas que ella convalida y fija en los hechos.
Reconstruir el collage implica aprehender y comprender las diferencias no para diluirlas en una naturaleza humana común, ni para ignorar a los otros, ni para encerrarse cómodamente en lo propio, sino para reconocernos ilustradamente y resolver los conflictos cotidianos en los que nos encontramos unos y otros.
De esta manera la posición de C. Geertz nos permite redimensionar la diversidad cultural que habitualmente se presenta de manera estática o contemplativa. Los otros son vistos, analizados, controlados o meramente identificados como tales. Describir las diferencias equivale a una perspectiva en tercera persona que nos coloca en una mirada externa y distante que no hace más que confirmar
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