Desarrollar Competencias En El Aula

Falta de estrategia para desarrollar competencias

El proyecto como estrategia.

Hoy en día existe una pregunta ¿Cómo enseñar a tomar decisiones a los alumnos? Sabemos enseñar métodos para resolver los ejercicios matemáticos, métodos para construir barcos, pero lo que uno como docente, como formador, debe llevar a la clase es enseñar a tomar una decisión en el momento de un problema en la vida cotidiana del alumno. La escuela y la vida tienen un gran abismo entre si pues no existe esa conexión de los conocimientos profesionales y las competencias que se les exige a los prácticos en el terreno de la realidad.

Para desarrollar competencias es preciso trabajar por problemas o proyectos, proponer tareas complejas y desafíos que inciten a los alumnos a movilizar sus conocimientos (Perrenoud 2000)

En la teoría de la Perspectiva Experiencial Deweniana, John Dewey menciona que aprender y hacer son inseparables, puesto que los estudiantes aprenden mediante la práctica de “hacer”. Esto propone que toda educación se efectúa mediante la experiencia, sin embargo no toda experiencia es verdadera o igualmente educativa, de manera que el “aprender”: es la práctica reflexiva la cual está íntimamente ligada con la cognición (para convertirse en profesionales reflexivos requieren enfrentar auténticos en escenarios reales). Mientras que el “hacer”: consta de una rutina metodológica.

Dewey decía que el currículo requiere cambio y reorganización constante con base en las necesidades e intereses de los alumnos, para fomentar en ellos el desarrollo tanto de la inteligencia como de las habilidades sociales para la participación en una sociedad. También al igual que diversas corrientes de corte constructivistas, Dewey menciona que el punto de partida de toda experiencia educativa son las experiencias previas y los conocimientos que todo joven trae consigo.

Depende de dos grandes factores: el grado de relevancia cultural de las actividades en que participa el estudiante; y el tipo y nivel de la actividad social que estas promueven. Lo que nos lleva a hablar sobre las actividades propositivas o también llamadas proyectos, donde el alumno tiene el papel de hacer, reflexionar sobre lo que hace, aprender de los demás y conocer, mientras que el maestro es uno de los instrumentos para llegar al objetivo de dicha actividad propositiva (orientador, promotor y guía de la actividad mental constructivista, y proporcionará ayuda pedagógica ajustada a su competencia). Estableciendo un balance entre el desarrollo intelectual, social y el personal.

Por otra parte el aprendizaje se da en contextos significativos.

Baquero desde la perspectiva situada: el conocimiento es situado, porque es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y utiliza. Es decir que una actividad propositiva debe constar de un contexto basado en la sociedad, cultura y

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