Desarrollo psicosexual.
Enviado por Flavia Venturini • 12 de Julio de 2016 • Resumen • 1.420 Palabras (6 Páginas) • 315 Visitas
Desarrollo psicosexual
Diferentes etapas del desarrollo de la sexualidad en el niño. La noción de etapa está ligada a la concepción del aparato psíquico de Freud. Caracterizadas por un nivel de maduración pulsional, una zona erógena específica y un sistema de relaciones interhumanas determinadas que dan nacimiento a un nivel dado de organización y funcionamiento de aparato psíquico.
El Yo es una diferenciación del Ello, y el Súper Yo una diferenciación del Yo. Se constituyen sucesivamente y determinan así las diferentes etapas del desarrollo.
Esas etapas están caracterizadas por el concepto de zonas erógenas (regiones del cuerpo cuya excitación produce la satisfacción libidinal. Cada etapa tiene su zona erógena dominante y los desplazamientos de esas zonas entrañan la sucesión de las etapas.
Se destacan la importancia de todas las relaciones que el niño tiene con los seres que componen su medio familiar o las primeras personas que se vincula. Lo que es importante es el tipo de relaciones que ha establecido en esa etapa con los objetos que puede vincularse.
Las etapas psicoanalíticas están caracterizadas por un nivel de maduración pulsional y por un tipo de relaciones objetales. El sistema psicoanalítico comprende por 5 etapas: ORAL (desde el nacimiento hasta el 1er año), ANAL (de 1 a 3 años), FÁLICA (de 3 a 5 años), LATENCIA (de 5 a la pubertad), y la GENITAL.
La etapa ORAL comprende de 2 fases que ocupan respectivamente, el 1er y 2do semestre del primer año caracterizadas por 2 actividades libidinales típicas: la succión y el mordisco. La región buco-labial es la zona erógena dominante de la etapa. La succión no tarda en convertirse en actividad libidinal, se insertan las funciones del Ello, por la excitación rítmica de la boca y de los labios una fuente de satisfacción y placer. “El lactante cumple actos de sólo sirven para procurarle placer. Referimos esa sensación de placer a la zona bucolabial como zona erógena y consideramos el placer procurado por el acto de succionar como placer sexual”. En la segunda fase con la aparición de los dientes y el destete, la succión se transforma en morder y aparece entonces un carácter sádico. El Yo se desboza y se diferencia progresivamente del Ello. Los comienzos de su funcionamiento están ligados a la satisfacción. El Principio de Placer comienza a entrar en conflicto con el Principio de Realidad. Las 1eras relaciones objetales se esbozan en el reconocimiento de la ausencia de los objetos dispensales de satisfacción y después para llegar a la identificación de la madre en tanto que objeto total. El contacto con el Ello con el mundo exterior ha permitido la diferenciación del Yo y el establecimiento de ciertas relaciones entre el Yo y el Otro. En esta etapa el Súper Yo todavía no existe. El Yo funciona y se forma según cierto número de procesos. La incorporación o la introyección consiste una absorción del mundo exterior al Yo. La proyección deriva del acto de escupir los alimentos y un rechazo a la realidad exterior.
René Spitz ha tratado de precisar las etapas de las relaciones objetales en el curso del 1er año. El primer momento es alrededor de los 3 meses. Es la edad de la sonrisa (esa sonrisa no implica una relación). El niño sonríe a su madre y a cualquier rostro humano que tenga el mismo esquema que su madre. La sonrisa revela según este autor, la existencia de lo que llama un “organizador psíquico”. La maduración hace que el niño sonría alrededor de los 3 meses. Esto es prueba de que en ese momento el niño está capacitado para entrar en relación con el ambiente. Y relaciona esta existencia de la sonrisa con la presencia de un organizador psíquico. A un comienzo rudimentario del Yo, de la situación Yo- no Yo, de la diferenciación exterior-interior, lo que está afuera y lo que el mismo es. El segundo periodo va desde los 6 a los 8 meses. Parece otro fenómeno que considera fundamental y que llama la “angustia del 8vo mes”. Este se traduce en el profundo malestar del niño cuando se encuentra en presencia de una persona desconocida y también cuando es separado de su madre. El rechazo y la inquietud frente a los extraños, muestra que la madre está en proceso de convertirse en un objeto particularmente importante. Esta angustia manifiesta una diferenciación más marcada del Yo y el Ello.
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