Desintegracion Familiar
Enviado por jaqui1414 • 7 de Mayo de 2015 • 2.704 Palabras (11 Páginas) • 175 Visitas
3.1 “Desintegración Familiar”
la desintegración familiar constituye una modalidad de desintegración la cual es rompimiento de la unidad o la quiebra en los roles de sus integrantes, por su incapacidad de desempeñarlas en forma consiente y obligatoria, una desintegración familiar es el producto del quebrantamiento de la unidad o insatisfacción de las necesidades primarias que requieren sus miembros.
Guatemala ha experimentado un significativo de cambios en esa vida familiar en las formas de vida, tendencias notables incluyen una incidencia creciente de madres solteras y mujeres como jefas de hogar, esto asociado con los niveles decrecientes de matrimonios, el aumento de nacimientos fuera de matrimonios, tasas altas de divorcios, separaciones de común acuerdo, inclusión de la mujer en trabajos que eran exclusivos para hombres y así ganarse el sustento diario de la familia, procesos simulares han sido notados en otras partes del continente americanos formas de desintegración
Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran en los puntos siguientes:
• Abandono: se da cuando alguno de los padres decide dejar el hogar, debido a que no se siente feliz y tiene otras expectativas de la vida o porque el ambiente está muy tenso, predomina la discordia y n hay armonía por lo cual no pueden seguir juntos y tampoco por el supuesto bien de los hijos, y que los daña mucho más.
• Divorcio: se ha definido por el vínculo familiar que se rompe en la pareja, ya sea por decisión de algunos de ellos o decisión común acuerdo; para divorciarse ahí que presentarse frente a las autoridades de Registro civil, encargado de dictaminar en que termino se disolverá la unión y los derechos u obligaciones que cada uno de los padres tendrá con los hijos si hubiese.
• Abandono involuntario: se da cuando alguno de los padres por enfermedad o muerte deja el hogar, es decir no es decido y es inevitable. Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración son diferentes a los de las otras formas; en los hijos varones de seis a nueve años de edad la muerte de sus padres se le crea un aspecto negativo mayor, pero de menor intensidad comparados a los del divorcio o abandono.
• Desintegración Familiar estando la familia junta: estos casos se caracterizan por las relaciones conflictivas que establecen sus miembros, dando origen a recelos, temores y fricciones permanentes. Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y realizar tareas, y resolver los problemas juntos; expresan conflictos extremos que no tienen la habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al niño de un ambiente armonioso y estable, brindándole una atmósfera hostil que obstaculizará su crecimiento psicológico. En la matrimonio infeliz, que solo dañara la autoestima de los esposos y de los hijos.
LA DESINTEGRACION FAMILIAR. Hogar, Pareja y Procreación
Una interesante línea de reflexión para comprender las dinámicas familiares de la actual juventud y, especialmente, la eficacia de la institución familiar durante el tránsito de los jóvenes hacia la vida adulta, la proporciona el tratamiento de aquellos aspectos asociados a la subjetividad, la valoración y, en general, al modo en que se configura la familia en la estructura simbólica de la juventud venezolana. Al respecto, cobra importancia fundamental el juicio que, sobre el presente y el porvenir de la familia, sobre su fortaleza y sus debilidades, han venido elaborando los jóvenes venezolanos. Los resultados de ENJUVE han permitido establecer que, sólo en una exigua minoría de jóvenes (3.9%/156.561) existen imágenes en las que la familia aparece como una institución en proceso de fortalecimiento. De acuerdo con dicha opinión, podría decirse que sólo este pequeño grupo juzga con optimismo la vitalidad de la institución familiar y reconoce, con absoluta claridad, posibilidades reales de proyectar su existencia hacia el futuro.
Aparee otro grupo de jóvenes que, si bien no aprecia en la Familia fortalezas y recursos incrementados en el presente y el porvenir, estiman, sin embargo, que la perdurabilidad de la institución familiar se mantiene semejante entre las generaciones del pasado y las del presente. No obstante, el conjunto de estos jóvenes que juzgan a la institución familiar como ajena a cambios de cualquier signo, y para quienes, por tanto “se mantiene igual”, apenas alcanza una cifra del 16.6% (666.912). Al agregar, entonces, este porcentaje de los jóvenes que creen que la institución familiar no experimenta modificaciones en el tiempo, al conformado por aquellos que reconocen en su seno el incremento de energías y potencialidades, se conforma una cifra que sólo alcanza una quinta parte de los jóvenes, mientras que cerca del 80% restante (78.5% / 3.159.887) considera que la institución familiar, en sus actuales condiciones, tiene seriamente comprometida su perdurabilidad. En efecto, ocho (8) de cada diez (10) jóvenes conciben que la institución familiar se encuentra fuertemente intervenida por procesos de crisis y debilitamiento.
En primer término, al comprender que la inmensa mayoría de los jóvenes perciben a la institución familiar sometida a un proceso de desintegración o de intensa debilidad, es ineludible el grave problema del deterioro global de las condiciones de vida. Dicho deterioro se manifiesta como una fuerza que además de restringir, disuelve aquellos agentes de integración social que tienen su principal asiento en el hogar. El empobrecimiento material de los hogares tanto en Venezuela, como en toda América Latina-ha elevado considerablemente el número de mujeres en la condición de jefes de hogar, quedando, como es sabido, cada vez menos representada la figura del padre en el grupo familiar. Otro fenómeno que se observa es que la población juvenil, por estar en condición de obtener ingresos, deben separarse del hogar para ir al trabajo diariamente. Esto implica una disminución del tiempo compartido en el hogar y poca calidad en los intercambios entre los miembros de la familia. Se debe prestar especial atención al caso de las jóvenes mujeres que ni estudian, ni trabajan, quienes en número de, aproximadamente, 34% del total femenino de jóvenes se hallan prácticamente, “recluidas” en el hogar, estas jóvenes con frecuencia se encargan del cuidado de los niños y/o de los ancianos residentes. Se resalta esta circunstancia puesto que su vínculo con la familia parece ser de carácter forzado, lo cual generaría, más que participación familiar, un definitivo aislamiento.
Puede apreciarse entonces que, la vida en el medio familiar y las correspondientes relaciones entre los miembros del hogar, se encuentran fuertemente contrariada
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