Discurso humanista

¿SER HUMANO O DESHUMANO?

Con éste discurso, no pretendo imponer ideas; mucho menos modificar comportamientos. Solo pretendo crear en mis escuchas, reflexión y conciencia sobre el mundo que los rodea, pero más que nada, sobre la sociedad que ustedes mismos construyen y conforman.  

Compañeros estudiantes, maestro(s) y público que hoy nos acompaña. Buenas tardes tengan todos ustedes. Mi nombre es Julio Alberto Soto, curso el 7mo semestre de la Licenciatura en Humanidades y he querido aprovechar este espacio, para compartir con ustedes un pensamiento que, creo yo, a todos nos atañe.

Hoy he querido reflexionar, acerca de lo que el mundo ha hecho de nosotros, de lo que nos ha formado negativa o positivamente. Recuerdo mí niñez, recuerdo una sociedad que se quejaba de los políticos ladrones y de ir a votar, de los precios altos y de gastar todo en artículos innecesarios, de  la mala educación y de las tareas,  de los malos servicios y de la falta de cordialidad, del tráfico y de no tener automóvil, del jefe y de las horas en oficina, de la gasolina y de andar en bicicleta, de la contaminación y de no tener un depósito de  basura cerca, de la pobreza y del indigente que por hambre pide unas monedas, de enfermarse y de tomar medicamentos.

Hoy, mientras recuerdo esa sociedad, me doy cuenta que mi niñez pasó hace mucho y todas esas quejas las sigo viendo en la actualidad. Personas inconformes pero que no actúan para generar un cambio, que prefieren comodidad antes que ver resultados positivos en sus vidas a partir del esfuerzo y la lucha.

Veo cada día, una sociedad más deshumana e ignorante. Veo medios de comunicación que no informan a la gente, la educan. Veo Gobiernos autoritarios que reprimen al pueblo y hacen negocio de él; veo médicos que no salvan vidas de pobres, pero si retrasan la muerte de los ricos; veo ingenieros preocupados por ganar una fortuna, pero a costa de ser esclavos de una empresa sin tener tiempo de vivir; Veo creyentes que pisotean a los pobres y que señalan de malos individuos a los ateos que se preocupan por ayudar al necesitado solo por el hecho de no ser parte de una comunidad creyente. Pero sin duda, lo que más temor me causa, es ver una sociedad que se queja sin mirar lo que en su rol como ciudadano, profesionista y ser humano aporta a la humanidad.

El capitalismo nos ha sometido, desde su surgimiento, al trabajo, al dinero, a la posesión de bienes, al consumismo. Ese sistema en el que cada ser humano no somos más que un número dentro de una sociedad, en el que aquellos que sirven para producir el material del consumismo, son los que más valen y aportan a la sociedad. Pero aquellos que, dentro de nuestro pensar se encuentra el generar pensamiento, generar ideas, liberar al individuo de su ignorancia, de su mentalidad deshumana en que se ha convertido, aquellos que valoramos más el trato directo entre individuos más que el trato entre individuo y máquina, todos nosotros quienes vemos como la  humanidad es esclava del trabajo, vive y sobrevive para el trabajo que a su vez lo necesita para vivir, aquellos que criticamos el mal gobierno, la falta de ética y profesionalismo en la medicina, la corrupción con la que el periodismo dentro de los medios de comunicación ha dañado una nación entera, quienes criticamos ser pertenecientes de una instituciones dirigidas por pertenecientes a los gremios políticos, todos nosotros, somos los que valemos menos, los que vivimos día a día los prejuicios de la sociedad, los que soportamos ser excluidos del uno o del otro grupo social, somos los que no dejamos avanzar al país, somos los que no le sirven a las empresas y por ende, somos el número más incómodo para el sistema capitalista.

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