Dolor Crónico En El Anciano
Enviado por karenmilet7 • 15 de Mayo de 2014 • 3.235 Palabras (13 Páginas) • 297 Visitas
Introducción
El dolor es una experiencia multidimensional (psicofísica – sociocultural) multifactorial, atemporal (se puede padecer en cualquier momento de la evolución humana: neonatos, recién nacidos, adultos, ancianos) e indiscriminante (no respeta sexo, raza, ni religión, ni condición social), es inasible, comunicable pero intransferible. Es desagradable, no deseado, pero biológicamente necesario. Es filogenéticamente constitutivo y ontogenéticamente inductivo.
Se pueden distinguir, diferentes tipos de dolor crónico, según se haya producido, o no, una lesión más o menos importante en la integridad del sistema sensorial. Así, se puede considerar en primer lugar la existencia d un tipo de dolor provocado por incremento en la intensidad de la estimulación a nivel de nociceptores sin que exista inicialmente ningún compromiso en la estructura nerviosa que constituye el soporte de la conducción y procesamiento de la información nociceptiva. Es el tipo de dolor crónico más frecuente observado en la práctica clínica diaria. Cualquiera que sea la causa desencadenante, se produce una reacción inflamatoria tisular con los cuatro signos clásicos: rubor, calor, dolor y edema.
Otro tipo de dolor es el denominado neurogénico, que es aquel que se presenta como consecuencia de una lesión definida más o menos completa de un nervio periférico, de un par craneal o de estructuras del sistema nervioso central implicadas en la conducción de la información nociceptiva.
La manera en que cada persona percibe el dolor depende del grado de atención, el estado psicológico (ansiedad, sugestión, depresión, etc.), las experiencias previas y el aprendizaje adquirido, las motivaciones, tipo de valores y creencias de cada individuo van a explicar las diferencias con que es percibido el dolor.
El dolor
El ser humano puede considerarse un sistema complejo, que a lo largo de su vida pasa por una serie de procesos o etapas que forman parte de su desarrollo y crecimiento, pasa por la niñez, la pubertad, la adolescencia, la adultez y en algún momento único de cada persona empieza el envejecimiento llegando así a la ancianidad. Ahora bien, cuando se habla de envejecimiento se tiene en cuenta que este es un proceso donde la persona comienza un conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo, que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes lesivos que inciden en el individuo.
El anciano posee ciertas características generales que son propias de su edad como la perdida de la capacidad visual, hipoacusia, perdida de elasticidad de la piel, de la fuerza muscular, entre muchas otras, siempre teniendo en cuenta que dichas características varían para cada individuo; también es importante resaltar que además algunos ancianos suelen cursar con patologías crónicas que suelen manifestar ciertos signos y síntomas. Un síntoma común entre las personas de edad avanzada es el denominado dolor crónico, que puede ser causado a lo largo del tiempo por el mismo proceso de envejecimiento o por la presencia de enfermedades crónicas.
El dolor puede ser abarcado de diferentes formas como una respuesta nerviosa, una alteración celular, una señal de daño real o potencial, un problema para quien lo manifiesta (Tapia, 1999). Es decir, el dolor es una
experiencia sensorial y emocional desagradable que actúa como alarma ante una lesión que se esté produciendo o que ya se encuentre establecida. Ahora bien, cuando se trata de dolor crónico se hace referencia a que tiene una larga durabilidad en el tiempo, la mayoría de los autores hablan de más de 3 ó 6 meses, incluso años; además de suele ser un dolor que no responde de forma efectiva de terapias convencionales para su control y por lo tanto hay que recurrir a medidas más complejas para su tratamiento como cirugías, largo periodos de reposo, fisioterapia y multifarmacia.
Para la persona anciana cuando el dolor se prolonga excesivamente en el tiempo deja de cumplir su función adaptativa y se transforma en un problema de salud a nivel personal y social. En algunas ocasiones, el dolor permanece después del momento final del proceso de enfermedad o la curación de la herida y en otras, puede que no se haya producido ninguna herida, o que no se conozcan las causas objetivas responsables del dolor. En estos casos, el dolor persiste durante meses o incluso años, convirtiéndose en una fuente de sufrimiento continuo que condiciona la vida del paciente y de quienes se encuentran a su alrededor. En otras palabras el dolor crónico conlleva cambios importantes en la vida del individuo que afectan el estado físico, emocional, cognitivo y social del mismo.
Etiología
El dolor es un síntoma (no un signo) complejo y multidimensional, determinado no sólo por el daño tisular, la nocicepción, sino también por las creencias personales, las experiencias dolorosas previas, la personalidad psicológica previa, el afecto, las motivaciones, el medio ambiente, y los conflictos. No existen medidas objetivas para mensurar el dolor. Sólo existen supuestos, algunos más acertados que otros. El dolor es una experiencia subjetiva. Sin embargo posee múltiples causas que generan dolor entre ellas:
• Dolor facetario articular
• Polimialgia reumática
• Enfermedad de Paget (destrucción y regeneración anormal del hueso, causando deformidad)
• Neuropatías
• Patología vascular periférica y coronaria
• Enfermedades oncológicas
• Estenosis espinal
• Osteoporosis
• Artritis
• Hernias discales
• Traumatismos (caídas que cursan con fuertes golpes y fracturas)
• Dolor isquémico (enfermedad vascular)
• Dolor neuropático
• Problemas de espalda
• Migraña
• Enfermedades crónicas
• Procedimientos quirúrgicos
• Somatización de estados emocionales
• Deterioro de articulaciones, discos vertebrales, ligamentos, tendones, integridad muscular
Hallazgos de la historia de salud
La entrevista y la valoración clínica del anciano deben hacerse siempre desde el punto de vista biológico, psicológico y social; haciendo énfasis en cada uno de estos aspectos porque no se pueden desligar uno del otro, teniendo en cuenta que al estar perjudicado uno de ellos los demás también se verán afectados.
Antecedentes: familiares y personales de patologías y de experiencias ante el dolor, ya que se trata de encontrar
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