Dulce De Quimbembe
Enviado por pastoritam • 25 de Abril de 2014 • 1.176 Palabras (5 Páginas) • 1.044 Visitas
Hablar de patrimonio cultural y tradiciones lleva a remontarse a los orígenes y ver cómo ha sido la mezcla acumulada del saber, el hacer y del saber-hacer de los grupos humanos, cosa que infunde en cuerpo y espíritu el sentido de identidad.
La cultura hoy, es fuente indiscutible de desarrollo y bienestar para los pueblos, que viven una realidad en que la humanidad está en busca de nuevos paradigmas que la aparten de la banal globalización y que la preserven de la destrucción, situación que ha estado provocada por agotamiento de modelos existentes, que ni consolidan los valores espirituales ni garantizan la vida digna y justa para todos, en cualquier parte del planeta.
Es así como todas las sociedades tienen su cultura, ya sean naciones grandes o pequeñas. Es su patrimonio que eleva a grados de dignidad a los más pobres, borrando los complejos que pueden existir, frente a países que basan su orgullo en la fuerza de su poderío y la riqueza material, donados por su herencia de miles de años.
Por eso es indispensable conocer las tradiciones y tomar conciencia de ellas, saber para qué sirve la herencia recibida. En estos tiempos de circunstancias complejas, las tradiciones, con sus valores universales y eternos, funcionan como palanca prodigiosa que permite salir del estancamiento.
En este mismo orden de ideas La actividad gastronómica en el estado Lara ha venido creciendo significativamente durante los últimos años, particularmente en lo que se refiere a diversidad y calidad de sus productos y servicios. Para comprobarlo, basta referir el número cada vez mayor de pequeños productores agrícolas dedicados a rubros de consumo exclusivo en prestigiosos restaurantes y mercados “étnicos”, como el antes citado mercado chino que se establece cada sábado en la calle 31 de Barquisimeto. Entre sus especialidades destacan berros, tomates cherry, lechugas variadas, semerucos, hierbas diversas.
Por esta razón La gastronomía larense, como todos los elementos constitutivos de la nacionalidad venezolana, se remonta en sus orígenes al momento crucial del encuentro entre los indígenas habitantes ancestrales de estos territorios y los españoles y otros europeos acompañantes que llegan desde mediados del siglo XVI en plan de conquista, sustentados en su mayor poderío tecnológico y militar. Poco tiempo después, arribarán por efecto de la infamante trata negrera, algunos contingentes de esclavos africanos que se incorporarán al crisol étnico, que fue el mestizaje durante el período colonial.
Asimismo autores tan respetados como el historiador y gastrónomo Lovera, (2011), han afirmado que es en Lara donde hay que buscar los “orígenes gastronómicos” de Venezuela. Profundizando en el sentido de su afirmación se confirma que no es gratuita, pues si bien en otras partes del territorio nacional, como Margarita y Coro, se había ensayado antes con relativo éxito el cultivo de algunos rubros europeos y se habían logrado asentar algunos grupos de españoles, forzados a interactuar con la naturaleza circundante y las culturas locales, en ningún otro lugar antes que en Lara la colonización tuvo una posibilidad tan propicia para su desarrollo próspero y estable.
Entre los dulces de la gastronomía larense aquí se nombran algunos: conserva de buche, buche en almíbar, conserva de tapatapa, conserva de nueza, meleco o quimbembe, dulce de lechosa, semerucos en almíbar y dulce de leche de cabra, endulzados con papelón preferentemente, cabe destacar que muchos de los antes mencionados ya no son tan conocidos, por no estimar la tradición.
El problema radica en que los miembros de cada sociedad no sepan valorar lo que tienen y que no adquieran conciencia de que su patrimonio arquitectónico, canciones,
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