EBC EN MEXICO Y SU FUTURO
Enviado por gcamachoa • 19 de Julio de 2013 • 2.718 Palabras (11 Páginas) • 356 Visitas
EDUCACIÓN BASADA EN COMPETENCIAS EN MÉXICO
Desde un punto de visa muy particular, el profesionista de larga trayectoria habiéndose capacitado en su desempeño magisterial podrá agregar y enriquecer su labor como ahora de docente, permitiéndole utilizar sus estrategias y desarrollo de virtudes en las innovaciones de la EBC; Ya que se ha visto que son más importantes aquéllos que solo se han desempeñado en el ámbito académico Desde otro ángulo, pareciera que las instituciones educativas dan prioridad en sus políticas a la eficiencia. La prioridad es la de reducir costos, sin importar gran cosa la utilidad de los productos (los alumnos).No suelen recoger por otra parte, las evidencias que existan acerca del valor de las aportaciones de sus egresados a las necesidades del entorno, únicamente se indaga sobre el costo por alumno y sobre las medidas para abatirlo. (Revista Electronica de Investigacion Educativa Vol. 5 No. 1, 2003).
Existe una idea de que no puede haber buena docencia si no hay paralelamente buena Investigación en la misma institución, sin embargo, la experiencia muestra que así como hay buenas escuelas profesionales que no tienen áreas de investigación, hay excelentes centros de investigación sin programas de docencia. Pero si profundizamos se observa, con matices importantes según las áreas del conocimiento de que se trate, que docencia superior e Investigación deben desarrollarse de manera relativamente paralela.
Ciertamente cualquier programa de enseñanza de nivel superior que pretenda ofrecer una buena formación a sus alumnos deberá basarse, en última instancia, en los avances realizados por la investigación en los campos básicos y aplicados.
El desarrollo científico y tecnológico es una tarea compleja, que requiere, sin duda, de un monto de recursos mayor pero, además, de estrategias adecuadas, a falta de las cuales los recursos no llegarán. Pero por otra parte, parece ser, que siempre sucede, que ha habido esfuerzos mal planeados, en los que el impulso se ha reducido a destinar recursos para la adquisición de equipo sin formar a los investigadores, o bien para enviar a prepararse a algunas personas o docentes sin un propósito preciso y sin pertenecer al desarrollo de un plan; el resultado es que, para justificar el gasto, a su regreso, se les ubica en otra área institucional. Revista Electrónica de Investigación Educativa Vol. 5, No. 1, 2003.
Aunado a esto, es posible que existan grupos que, con pocos recursos, logren llevar adelante líneas de investigación con calidad y con aportaciones importante para el desarrollo del conocimiento.
Es de todos conocidos que en el sistema americano, reclutan para sus más altos funcionarios de la Universidades de entre directivos exitosos de empresas de otro tipo, en la industria. Las IES necesitan siempre buenos Directivos, en los diversos niveles de gestión. No sólo debe pensarse en el nivel más alto: además de buenos rectores se necesita que haya buenos titulares tanto de las áreas académicas de facultades, divisiones o departamentos como de las diversas áreas de apoyo: vicerrectores, secretarios o directores de docencia, posgrado, investigación, planeación, finanzas, vinculación, intercambio académico, bibliotecas, servicios de cómputo, control escolar, etc.
Cita Martínez Rizo en su libro, al rector Keith Briscoe dando el siguiente consejo a sus colegas: Deja que los profesores se encarguen de las decisiones cotidianas en el aula; deja que los decanos se encarguen de alcanzar los objetivos del año en curso y que los vice-rectores se preocupen por prepararlos del año siguiente. La tarea del rector es pensar en el futuro. Existen para ello programas formativos para directivos universitarios, como son los del programa de Educación Continua de la ANUIES; los del Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario (IGLU) de la Organización Universitaria Interamericana; los de la Universidad de Harvard, ofrecidos por la Universidad de Monterrey. Por ellos dice ANUIES, han pasado, unos centenares de personas. Y también dice que la cifra resulta insuficiente al ver la creciente aparición de nuevas instituciones además, si se tiene en cuenta la rotación de personas en los puestos directivos, la brevedad de los cursos, no se puede esperar una preparación suficiente a quienes los llevan; y por último que muchos de los participantes son personas interesadas pero que ocupan puestos de nivel inferior, o bien académicos que no tienen funciones directivas, en tanto que quienes necesitan de la formación directiva no aprovechan las oportunidades, por falta de tiempo. Es necesario, en este Reto, un gran esfuerzo para desarrollar una mayor conciencia de la necesidad de profesionalizar las funciones directivas, elevar el nivel de preparación de los Directivos, en lo referente y específicamente al ejercicio de su función directiva, deberán buscar activamente las IES, formas novedosas de lograrlo con mecanismos propios. También se hace necesaria al inicio de una nueva gestión la organización de estrategias para dar una formación básica, al inicio de su gestión a los nuevos equipos directivos institucionales, inmediatamente después de que ocurren los cambios de autoridades.
Haciendo referencia a un punto muy importante el cual se encuentra adherido a la sociedad global el cual es. El aprender a aprender este se sitúa en el ámbito del saber hacer, pero todavía no se dispone de un corpus de conocimiento organizado y sistemático sobre cómo aprender a aprender, aunque se le da notable importancia a la motivación por aprender, a la metacognición entendida como conciencia el propio aprendizaje para reflexionar y accionar en mejores condiciones, y centralmente a aprender, cómo acceder a la información y al conocimiento desde el nuevo mundo de las tecnologías de la información y la comunicación, es uno de los retos actuales en la sociedad global del conocimiento. (Navio Gamez, 2005)
El criterio a sumir en la educación en cualquier nivel de que se trate es que los alumnos aprendan por ellos mismos, es decir que asuman su propia responsabilidad de aprender y ello es tarea central de los profesores que deben cambiar su actuación de tradicional expositiva a estratégica meta cognitiva, constructiva y participativa.
Así, se está de acuerdo en que las competencias se integran en tres grandes vertientes: laboral, profesional y desde la óptica del cambio.
Desde el punto de vista laboral, la competencia se asocia más a la capacidad productiva de un individuo que se define y mide en términos de desempeño real, demostrado en determinado contexto de trabajo y que no resulta sólo de la instrucción, sino que, se incluye la experiencia en situaciones concretas de ejercicio ocupacional.
Desde el punto de vista profesional, la competencia se asocia a la capacidad de articular
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