EL CURRICULUM

La educación pública en México tiene su fundamento en principios filosóficos que orientan y le brindan ejes rectores: como la gratuidad que protege el acceso de todos los mexicanos a recibir instrucción, en atención a los valores de igualdad y equidad del nuevo Estado mexicano; el laicismo que no solo la mantiene ajena a cualquier doctrina religiosa, también favorece la libertad de creencias y de pensamiento, la obligatoriedad que implica la responsabilidad de todo ciudadano mexicano a enviar a sus hijos o pupilos a las instituciones formadoras. De igual forma la educación representa el detonante para el desarrollo nacional, motivo por el cual el artículo tercero constitucional faculta al Estado para que determine los planes y programas de estudio en el nivel básico y en las instituciones formadoras de docentes, condición que se cumple tanto en instituciones públicas como en privadas.

Dicho control se materializa por medio del establecimiento del currículum que según Grundy (Gimeno, 1988) “no es un concepto es una construcción cultural… se trata de un concepto abstracto que tenga algún tipo de existencia fuera y previamente a la experiencia humana. Más bien es un modo de organizar una serie de prácticas educativas”, se reconoce como un plan organizado de prácticas de enseñanza, que pueden prever resultados de aprendizaje, y se integra a partir del contexto y realidad social.

Para Gimeno, José (1988) el curriculum se define como la descripción del quehacer escolar, con las particularidades del momento histórico y social, para un nivel específico en el entramado institucional; los currículums varían de acuerdo a las características de los niveles de formación y objetivos de cada uno, pues sus a funciones son diferentes, se adapta a la práctica cotidiana y cada docente e institución lo aplica a su realidad, no lo reduce a un proyecto intención o resultado esperado escrito en un proyecto institucional.

Otra concepción es la propuesta por Stenhouse (1991) “el curriculum es el medio por el que el profesor puede aprender su arte… puede adquirir conocimiento y aprender sobre la naturaleza de la educación” se pondera el papel del docente como responsable del proceso, como el sujeto que materializa y lleva a cabo lo plasmado en un plan, con la posibilidad clara de imprimir su personalidad e ideas ya en la práctica; susceptible de ser perfeccionada tomando como base la experiencia y vivencias diarias, con la opción de utilizar la investigación como medio para generar innovaciones significativas.

De cada acepción se rescatan aspectos que integran la amplitud de componentes curriculares, el curriculum es entendida como la concepción de la intención educativa plasmada en un plan que determina contenidos, una estructura escolarizada por niveles, que uniforma criterios y perfiles de egreso, se aplica por el docente que tiene la posibilidad de adaptarlo a su ideal pedagógico, sus experiencias le permiten enriquecerlo con aportaciones personales. Las aportaciones deben ser producto de una investigación organizada para superar retos y obstáculos reconocidos en su labor diaria.

De acuerdo con Gvirtz, Silvina y Palamidessi, Mariano (2000), el currículum es una acepción que ha sido utilizada desde hace muy poco tiempo en los países de América Latina, en los últimos veinticinco o treinta años, y aseguran que fuera del ámbito educativo no es aplicado, salvo en el caso del currículum vitae, entendido como “ las experiencias y capacidades que

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