EL DOCENTE Y LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA

“El docente y la mediación pedagógica”

En la profesión docente existen algunos temas que aunque no pertenecen exclusivamente a nuestro ejercicio docente, son de vital importancia para el desarrollo de un buen proceso cognitivo. Uno de ellos es la mediación pedagógica.

Se entiende por mediación el proceso en el que se soluciona el conflicto presentado por dos o más personas y en el cual intervienen una o varias personas llamadas mediadoras por medio de habilidades, técnicas y estrategias que permiten llegar a un acuerdo donde ambas partes resulten ganadoras y donde se busca que se restablezca y permanezca la buena relación entre ellas.

La mediación pedagógica es aquella que posiciona al docente como el encargado de asegurarse que la información disponible o que se pretende transmitir sea adquirida y asimilada por el estudiante de la mejor manera posible. Este proceso no es excluyente ya que toda la comunidad escolar en determinado momento funge como mediador, los padres, directivos y personal de apoyo, incluso los alumnos son mediadores al compartir sus aprendizajes con otros alumnos.

Para la realización de una mediación educativa efectiva, el profesor diseña actividades como planificación de clases, donde se establece qué se va a enseñar y con cuales estrategias, tiempos y objetivos. Así también de gestión donde se busque la mejora permanente del proceso educativo en todos sus ámbitos, ya sea de infraestructura o meramente curricular. Sobretodo y quizás la más importante de ellas, la evaluación del aprendizaje, donde se hace evidente si se logro una mejora en el proceso enseñanza-aprendizaje, si no evaluamos nuestra mejora es muy difícil que podamos corregir nuestros errores o notemos nuestros aciertos ya que no se tiene un punto de partida. Además, la evaluación del aprendizaje sirve como motivador e incentivo para continuar en esta difícil labor.

El docente también participa en la identificación, organización, dosificación del conocimiento y las experiencias de aprendizaje. Es decir, busca los aprendizajes esenciales y más adecuados para sus aprendices, los organiza de tal manera que este conocimiento sea presentado y asimilado de la mejor manera, así como los lapsos de tiempo y cantidad para ello. Procura también que las experiencias de aprendizajes sean siempre positivas y favorecedoras haciendo al alumno el protagonista y de cierta manera, el héroe de la historia.

De igual manera, el docente orienta a los alumnos en todos los procesos que involucran el recopilar y facilitar adecuar el aprendizaje a sus necesidades e intereses así como alcanzar los objetivos educativos que se requieran para ese estudiante en especial.

Es también el encargado de crear el ambiente propicio para el aprendizaje, ofreciéndoles los recursos didácticos y de todo tipo que desarrollen en los niños y jóvenes el interés y necesidad de seguir preparándose y sobre todo por aprender a aprender, encontrar técnicas y estrategias que desarrollen en el estudiante todo su potencial.

Otra función muy importante es la de mantener la debida comunicación con todos los actores pedagógicos; padres de familia, organismos e instituciones que de uno u otra manera ayudan al aprendizaje de nuestros estudiantes.

Finalmente, la más importante de todas nuestras funciones, según mi criterio es ser un puente entre el conocimiento y los alumnos, asegurarnos en el conocimiento llegue a ellos de la mejor manera posible. Adecuando nuestra enseñanza a su aprendizaje, a su modo de pensar, reflexionar, etc. Personalizar nuestra enseñanza a cada uno de los alumnos ya que ninguno de ellos es igual.

Es nuestro deber seguir creando nuevas formas de mejorar la calidad educativa, mantener una actitud democrática y transmitirla a nuestros alumnos. Una actitud abierta al cambio pero más que eso, a la transformación de todos los procesos educativos que así lo requieran. Aún más que a los procesos, a nosotros mismos como el principal agente educador, es obligación del docente seguir preparándose tanto en el ámbito pedagógico en el personal, estar siempre en un constante desarrollo profesional partiendo en sus aprendizajes previos para construir nuevos y poco a poco adquirir e implementar nuevas y mejores estrategias y técnicas de enseñanza.

Mayra Rodríguez, et. al (1998) expresa que los profesores debemos tener la capacidad de construir y reconstruir el currículo, es decir conocerlo de tal manera que sepamos identificar las áreas de oportunidades donde podamos ejercer nuestra profesión desde distintos ángulos y perspectivas pero siempre en la mejora de la educación de nuestros niños. Además ser identificar como aplicar el currículo educativo, seleccionando el contenido, dosificándolo y planteándolo de la mejor manera posible dependiendo de la situación presentada y de las características de los alumnos cambiando la necesidad social por necesidad educativa y produciendo un todo en ello en un resultado educativo positivo.

El profesor en su papel como mediador pedagógico, es vital desarrollar habilidades de enseñanza pero principalmente conocimientos para aprender a estudiar, aprender a aprender, salir victorioso en los retos que día a día presenta la educación. Aprender las estrategias y técnicas de estudio permanente que le permitan reflejar todos sus conocimientos aplicándolos al servicio siempre de los estudiantes, reflexionando sobre sus conocimientos para convertirlos en aprendizaje para sus pupilos.

Todo lo anterior significa que aunque los profesores seamos poseedores de conocimientos sólidos y actitudes positivas respecto a la educación, es de vital importancia permanecer en constante desarrollo profesional. Mantenerse siempre en la búsqueda de la mejora didáctica y pedagógica profesional que nos permita sobrellevar los desafíos que los días se presentan en nuestra labor docente. Al vivir en una sociedad cambiante, donde los acontecimientos tecnológicos y científicos modifican las necesidades

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