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EL ORIGEN DE LA NECESIDAD DE VIVIR EN COMPAÑÍA


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2015  •  Apuntes  •  3.211 Palabras (13 Páginas)  •  147 Visitas

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EL ORIGEN DE LA NECESIDAD DE VIVIR EN COMPAÑÍA

Al comienzo de la vida en el planeta, la tierra no era como ahora la conocemos, no había oxígeno y la temperatura era tan elevada que ninguno de los seres que ahora existimos hubiéramos podido sobrevivir en ella.  La vida en la tierra surgió hace aproximadamente 3.500 millones de años en una gran sopa sulfurosa en la que una combinación de moléculas y su replicación  dio lugar a los primeros organismos vivos, las bacterias. Con ellas comenzó el largo viaje evolutivo, un periplo cargado de avatares a través de los cuales la vida se ha ido abriendo paso hasta nuestros días. Desde que comenzaron los primeros seres vivos hasta la actualidad, ha habido muchos cambios y transformaciones, no son las mismas formas de vida las de entonces que las de ahora, ni tampoco es la misma atmósfera, la tierra y todo en ella ha ido evolucionando y trasformándose.

Si pensáramos en ésta como si fuese una persona, con entidad propia, podríamos decir que desde su nacimiento, ha ido mudando de piel y de espacios, se ha ido vistiendo con el traje de las distintas especies para evolucionar hasta el presente. Desde esta perspectiva, ya no son éstas las protagonistas, sino la vida en sí y la forma que va tomando a lo largo de la historia para perpetuarse.

En los últimos años se han publicado distintos libros que explican el impulso de la vida desde su carácter egoísta, desde la exigencia de una competitividad necesaria donde la cooperación entre seres vivos no es más que un acto de circunstancial conveniencia. Documentos en los que se desmitifica la existencia de un impulso generoso y altruista en la evolución biológica, como se explica en “El gen egoísta” de Richard Dawkins, o “El viaje al amor” de Punset. Sin embargo, en este texto, queremos poner el acento en esos aspectos reguladores y posibilitadotes de la existencia más allá de los impulsos de dominación que puedan estar de fondo, en la necesaria alianza con el otro como medida que garantiza la supervivencia y en el importante papel que la cooperación tiene para que la vida salga adelante.

La vida funciona como una noria que da vueltas en la que su ciclo de arranque, desarrollo y muerte se repite una y otra vez sin variación alguna y en ese constante girar sobre sí, van cambiando los seres que habitan en ella y son la fuente del impulso de esa noria. Para que la vida vaya tomando  forma en esa infinidad de especies animales y vegetales que hoy podemos contemplar ha sido imprescindible un proceso constante de interacción, cooperación e intercambio que ha promovido la evolución desde las formas más simples hasta las más complejas, como la sociedad humana.

La cooperación – es la ayuda mutua para conseguir un fin común. La interacción – es la acción de conectar y participar con el otro. El intercambio – es la transacción de informaciones, alimentos, ayuda a otro  a cambio de informaciones, alimentos, ayuda.

Estos tres conceptos son acciones reguladoras y posibilitadotas de que la vida sea posible. Todos los seres que habitan en el planeta tierra tienen estas funciones y para desarrollarlas se necesita al otro, a otro ser vivo con el que interactuar, cooperar e intercambiar. La vida entonces se hace posible porque al menos dos seres se relacionan entre sí, requiere de un estar juntos, de un entremezclarse para seguir avanzando. El origen de nuestra necesidad de estar con otros, de estar en pareja, de buscar estar acompañados no es más que un principio básico de ser y estar vivos que garantiza nuestra supervivencia.

Si recordamos aquel mapa sobre ecosistemas que estudiamos en las llamadas ciencias naturales, se mostraba gráficamente como las plantas se alimentaban de la tierra y la luz, los animales herbívoros lo hacían de ellas, los carnívoros de éstos y al fallecer tienen una nueva función, la nutrición de la tierra. En aquel mapa, todos los seres participaban en una interacción, en un intercambio  logrando así el equilibrio y la continuidad. Este encadenamiento de cooperación de unas especies con otras en comunión con la luz del sol y la tierra, podría compararse con una enorme fábrica dedicada al mantenimiento de la vida, donde sus distintos departamentos, cooperan entre sí para alcanzar un objetivo, el equilibrio en la subsistencia de la vida.

Ese vistoso cartel que colgaba de la pared de la clase ilustraba la función de las especies, de la atmósfera, del sol y la tierra, para que con su interacción el ciclo de la  vida se diera en equilibrio. Si nos adentrásemos en cada uno de esos departamentos compuestos por sujetos de una misma especie, comprobaríamos también que se rigen por los mismos principios de interacción, intercambio y cooperación. Un ejemplo, puede ser el bonito espectáculo de una bandada de pájaros compartiendo el vuelo como un ejercito en marcha militar con forma de punta de lanza ¿Por qué lo hacen así?, ¿lo han acordado antes de emprender el vuelo?. Las aves vuelan juntas para vencer la resistencia del aire y haciéndolo en grupo lo consiguen. Es todavía más sorprendente saber que durante el vuelo las aves van rotando en sus posiciones para evitar el desgaste de las que vuelan a los lados. Ocurre lo mismo cuando vemos en la televisión documentales sobre pingüinos, escenas en las que corren torpemente unos al lado de otros casi apelotonados. ¿Por qué están juntos? ¿Qué les aporta su proximidad?  Se desplazan de esta forma por dos razones, una, para protegerse del frío y, otra, para protegerse de ser atacados.

Esta cooperación entre miembros de una misma especie tiene un carácter básico e instintivo que parte de  la protección frente a otras especies depredadoras y sirve para la búsqueda de alimento conjunta, la reproducción y el cuidado de los más débiles, las crías. Es un comportamiento instintivo sin un discurso racional elaborado que justifique esa acción basado en un principio esencial, el instinto de conservación.

Estar juntos y acompañados nos ayuda en la supervivencia como individuos y como grupo es, por tanto, una necesidad vital.

Las especies vegetales tienen unas condiciones distintas y se han organizado de otra manera, su sujeción al suelo y su imposibilidad de desplazamiento, les ha hecho servirse de sí mismas o de otros distintos a ellas. Las plantas también viven de forma gregaria, en comunidades, unas se sirven del viento,  de los insectos, etc., para su multiplicación y expansión, otras, sin embargo, han generado su propio sistema de reproducción y no necesitan la relación con el viento o los insectos para multiplicarse y expandirse.

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