EL ROL DEL DOCENTE TUTOR Y EL CONTEXTO DE LA ÉTICA
Enviado por Alesky2 • 5 de Junio de 2020 • Ensayo • 1.112 Palabras (5 Páginas) • 259 Visitas
ENSAYO:
EL ROL DEL DOCENTE TUTOR Y EL CONTEXTO DE LA ÉTICA
Si nos detenemos un poco y miramos al pasado nos daremos cuenta que la palabra ética tiene sus orígenes en el término griego “ethos”, el cual a lo largo de la historia ha generado infinidad de significados, los cuales aluden a refugio o resguardo, lo que es lo mismo, espacio vital seguro; ahora bien, la parte de la filosofía referente a la reflexión ética fue concebida por Aristóteles, cuyos planteamientos éticos una connotación de carácter sistemático como forma de entender los hechos; conforme a este abordaje filosófico, el horizonte educativo del docente tutor no depende únicamente de su nivel de experiencia referente al dominio teórico-práctico o de su autonomía para la toma de decisiones, sino también de algo tan fundamental como lo es la vocación de servicio, sustentado en valores, principios y normas que rigen su ejercicio profesional y grado de responsabilidad asumida, sin lugar a dudas que el profesional de la docencia ha venido luchando por tener un verdadero status profesional, haciendo hincapié en el importante rol que desempeña, el reconocimiento de su autonomía y participación profesional. De este modo, la ética del profesor en su rol de tutor se basa en fundamentos que responden a sus actitudes frente al medio donde se desenvuelve, respetando la escala de valores, regida por normas y principios, al cual está obligado a dar cumplimiento, pues como bien es sabido esta loable profesión presta sus servicios en beneficio del colectivo estudiantil, en consonancia el comportamiento ético le genera satisfacciones que lo motivan y lo hacen sentir orgulloso de su actuación en el campo educativo. Por ende, debe ser capaz de perseverar el bien sobre todas las cosas, al igual que la honestidad y algo tan importante como lo es la comunicación, con predominio de la sencillez y de ese compartir con el tutoriado en disposición de ofrecer las orientaciones requeridas en su debido momento, en lugar de objetar o crear confusiones; el tutor tiene que ser en lo posible un modelo de referencia, repercutiendo de gran manera con sus discípulos no sólo por lo que argumenta, sino sobre todo por su forma o manera de ser y actuar frente a la realidad que lo circunda y ante las adversidades que giran en torno a ella, actuando en forma razonada, sin imposiciones o prepotencias, con disposición de escuchar y de brindar las orientaciones necesarias, tolerante y respetuoso a las ideas, poniendo de manifiesto esa sensibilidad estética de que es poseedor; poniendo de manifiesto la valoración de la persona más allá del altruismo y de la eficacia, en este mismo orden de ideas, debe ser una persona que aprecie y tenga conciencia del trabajo en equipo tan importante para el logro de la meta trazada, realzando los valores y principios éticos, dando cabida a la formación de un buen investigador, que sientan gran satisfacción por el éxito alcanzado con su trabajo, con predominio de la efectividad y espiritualidad, la solidaridad, la creatividad. Por consiguiente, en el docente tutor debe ser un modelo de referencia durante todo el procedimiento, siendo extremadamente cuidadoso en su forma de ser y actuar, con una gran sensibilidad estética, en el plano social ha de tener presente que el mundo está inmerso en profundas y complejas transformaciones de orden político, económico, comunicacional, cultural y valorativo que invitan al conglomerado del cual no escapa el gremio docente a comprender e interpretar sus efectos sobre los individuos y la sociedad en esa búsqueda de soluciones ajustadas del contexto en el realce de los valores sociales; haciendo gala del trabajo humanizador en consonancia a las actitudes personales, afianzando la cooperación y disposición de ofrecer las orientaciones necesarias de manera oportuna, las cuales han de conllevar a repensar los conocimientos adquiridos, relacionándolo con los conocimientos previos, de tal manera que conlleve al tutoriado a criticar su propia producción, estableciendo una discusión productiva y redactando con sus propias palabras, no obstante, una de las dificultades presentadas la constituye la poca disposición del docente tutor hacia el cumplimiento de su responsabilidad y compromiso con predominio de sus intereses personales y el afán de lucro por encima de sus status profesional, violando lo establecido en el código de ética, lo cual genera una sanción de tipo moral, conllevando al repudio de los demás, conllevando a un gran vacío moral, falta de racionalidad crítica, falta de compromiso y solidaridad con los otros y con la sociedad. Ahora bien, si reflexionamos un poco nos daremos cuenta que urge hacer énfasis en una educación diferente, alternativa, que responda al cambio social, a las nuevas formas de expresión del hombre, a la intolerancia socio-política, de ahí que es evidente la necesidad de una educación humana en la que se valore más la autoridad personal, respetando la autonomía y propiciando un intercambio espontáneo en relación a las diferentes posturas, además de promover el interés por lo que hace así como el fomento del conocimiento y el incremento de la sensibilidad en los estudiantes, conllevándolos a ser capaces de mirar, dialogar, observar, comprender y transformar ese saber innato en cada uno de ellos, generando de esta manera el disfrute y el placer por el trabajo que realiza, evitando de esta manera el desgano y la apatía, lo cual sin darse cuenta puede llevarlo aún sin darse cuenta, a la frustración. En función a este planteamiento, es importante distinguir entre lo que representa un saber teórico y un saber práctico, esto de acuerdo a la ética como reflexión filosófica, hace referencia a un “saber que pretende orientar la acción humana en un sentido racional”; desde esta óptica, González (1996), expresa que la ética actual, se propone encontrar la auténtica dimensión humana del hombre, superar sus desviaciones y buscar su presencia equilibrada consigo mismo y su entorno. De allí que el docente tutor está en el deber y obligación de responder de sus actitudes frente al medio o lugar donde se desenvuelve, respetando la escala de valores en la sociedad, poniendo empeño en mejorar esta escala, sobreentendiéndose en consecuencia la profesión docente como un servicio público al servicio de un colectivo. Desde esta perspectiva, el docente como tutor ha de tener presente la función didáctica que ejerce en el ámbito educativo, afianzando la seguridad y confianza en el tesista, reforzando su valor como persona y mejoramiento de su ética personal y profesional, por consiguiente, el docente en su rol de guía ha de construir y potenciar una relación de diálogo con predominio de paz y armonía y con disposición de ofrecer las orientaciones necesarias, con una actitud abierta, respetuosa y tolerante, promoviendo la puesta en práctica del conocimiento inmerso en realidades sociales, culturales y personales, propiciando un acercamiento
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