EL VALOR DE UN AMIGO

EL VALOR DE UN AMIGO

Cierta vez, un niño llamado Piero salió a pasear por el bosque, de pronto escuchó una voz que decía: ¡Auxilio!, ¡Auxilio! Piero volteó la mirada y vio a un lobo queriendo devorar a un ser muy extraño que no pertenecía a nuestro planeta, logró espantar al animal, luego se acercó al bicho y le pregunto: ¿Cómo te llamas?, éste que era un poco raro, abrió el bolsillo de su casaca y muy asustado miraba a todas partes. Piero nuevamente le pregunto: ¿Te sientes bien?, ¿Necesitas ayuda?, ¡Acabo de perder mi nombre! Respondió con una voz algo gruesa.

No te entiendo dijo Piero, ¿Guardabas tu nombre en el bolsillo? Claro, en mi planeta es así, respondió, si uno pierde su nombre nunca lo recupera por eso lo cuidamos muy bien, pero donde yo vivía era muy injusto y corrupto por eso es que quise escapar y allí fue que perdí mi nombre, pero bueno lo único que quiero es tener amigos aquí, ¿tú crees que sea fácil? Piero un poco sorprendido le dijo: es difícil sobre todo si no tienes nombre, pero si quieres te puedo ayudar, te puedo poner un nombre. Éste aceptó y fue así como se llamó Diego.

Entonces Diego quiso adaptarse a nuestro planeta conociéndolo mejor. Al día siguiente salió a pasear por el campo, cuando de repente observó que un cazador quería matar a un cóndor, él sintió pena y decidió ayudarlo, se acercó a donde ocurrían los hechos, el cazador que nunca había visto un ser así se asustó y se fue, el cóndor le agradeció mucho, levantó sus alas y alzó el vuelo.

Después de un tiempo, Diego se dio cuenta que todos los niños asistían a la escuela, así que, pensó ir él también. Le costó mucho tener amigos sobre todo porque era raro y cometía muchos errores, hacía bromas pesadas, por ello nadie quería ser su amigo. Los niños de la escuela cansados de sus defectos quisieron darle un susto para que regresara a su planeta. Hicieron que Diego suba a la punta de un árbol, y él creyó que después de eso los niños iban a ser sus amigos.

Diego con un poco de miedo subió y subió, hasta que llegó a la punta, al estar allí los niños cortaron el árbol con una motosierra, en ese momento apareció de repente un cóndor, quién con cuidado lo cogió y lo salvó.

 Todos se preguntaban que cómo el cóndor salvó a Diego. Nadie sabía el porqué, solo Diego por que recordaba que en una ocasión salvó al cóndor de la muerte cuando estaba en manos de un cazador.

Esa noche Diego estuvo muy triste por lo sucedido y por un momento pensó regresar a su planeta, pero luego reflexionó, proponiéndose que no se iba sin antes demostrar que puede llegar a ser una buena persona.

Al día siguiente se levantó muy temprano y se dirigió hacia un río que quedaba cerca, en lo único que pensaba Diego era en su familia, en su amigo Piero y el fiel y leal cóndor. De repente pasó algo extraño, una pequeña roca morada y brillante llegó arrastrada por las aguas del río hacia los pies de Diego. Él al recogerla sintió como que algo entraba a su corazón, era un poder.

Luego se dio cuenta que podía cambiar el mundo haciendo cosas buenas, sin aprovecharse de su poder. Diego demostró así que el tener un amigo no es tener un amigo perfecto, porque todos cometemos errores, pero que debemos aprender de ellos, todos tenemos defectos, pero lo más importante, no es eso sino nuestras virtudes, cualidades y lo que llevamos en el corazón, de esta manera todos se dieron cuenta que era la verdad.

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