EN DEFENSA DE LAS CAUSAS PERDIDAS

EN DEFENSA DE LAS CAUSAS PERDIDAS
EDGAR FLORES AMADOR
Cada uno de nosotros es libre de relacionarnos con quien nos plazca, y salvo aquellos curiosos o legítimamente entrometidos, a nadie más debe importarle.
Pero este es otro asunto, cosa aparte. Nos encontramos ante una omisión disfrazada de libertad, a pesar, de que a muchos, les parece el trabajo periodístico del siglo, superando, tal vez, la visita que hiciera el periodista Julio Scherer García a la ‘guarida’ del Mayo Zambada como publicara el semanario Proceso, en portada, en abril de 2010.
No se justifica ni una ni otra, ni de un lado, reconocido escritor y verdadero periodista, ni por el otro, una actriz, cantante o vedette intermediaria como Kate del Castillo.
Quienes han alzado la voz para defender la entrevista y hasta la relación sentimental del capo de capos, cual reporteros de revista del corazón, han argumentado de todo, buscando afanosa e incesantemente inyectar de vida lo que ha nacido muerto.
Lamentable es que en un país lacerado por la corrupción, cuyas instituciones han sido ultrajadas sistemáticamente por quienes se colocan a su cabeza, se considere ‘legitimo’ escuchar para callar, saber para ocultar, asentir para beneficiarse, ¿no es eso precisamente lo que se critica de las autoridades del Estado?, ¿no es acaso lo que nos tiene tan indignados y encolerizados?, dejemos de buscar culpables, héroes y villanos, malos y buenos, que al fin y al cabo ninguna de las partes queda a salvo; el Estado enlodado, convertido en represor, el mismo que igual desaparece estudiantes como asesina indígenas y el narcotráfico y sus líderes que envenenan diariamente a millones de personas, que atemoriza y siembra el terror a lo largo y ancho del país, que cobra derecho de piso, que desmorona familias, nuestras familias. Hay un común denominador entre ambos grupos: delincuentes, puesto que hay delitos que perseguir de ambos lados, de cuello blanco o no, en la comodidad de una oficina sobre el Paseo de la Reforma en Ciudad de México o escondidos en la accidentada geografía de la sierra en el triángulo dorado, da lo mismo, si al final hasta coludidos se encuentran.
Una ciudadanía consciente y profundamente indignada aplaudiría la entrevista, pero dentro del penal, no bajo la sombra de los árboles y la vista paradisiaca que solo es recompensa de la libertad, más aún, si dentro, también se encontraran tantos y tantos funcionarios, políticos y empresarios que se pasean sin necesidad de ocultarse, perdiendo en cada paso todo rastro de vergüenza.

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