ENSAYO FORMA Y DISEÑO.

Todo empieza con una pregunta, el poder de cuestionarse no es una habilidad que todas las personas poseen, afortunado el que decide pensar…

Es conocido por todos que el proceso del conocimiento comienza por la necesidad de dar solución a una interrogante, desde tiempos inmemorables hasta la actualidad el hombre ha ido desarrollando el deseo incesante de adquirir estos saberes; partiendo desde la antigüedad con los filósofos griegos podemos considerar que la formulación de preguntas básicas o lugares comunes (expresión que considero inapropiada para este caso) como el ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? es la mejor manera de empezar a desplegar pequeños atisbos de respuestas a nuestras dudas. De esta manera Louis Kahn en su libro Forma y Diseño nos explica cómo una pregunta puede desencadenar en un sinfín de consideraciones importantes para entender la arquitectura.

La naturaleza de las cosas es capaz de mostrarnos a cada uno las respuestas a lo que nos preguntamos constantemente, afirma kahn en su libro, pero ¿Cómo llegar a descubrirla? La respuesta: experimentando el dolor de la lucidez, ¿cómo afrontarlo?, indudablemente la razón es un elemento indispensable en el momento de adquirir conocimiento, pero no lo es todo, sin duda es un comportamiento que nos ha ido reduciendo la capacidad de pensamiento. A consecuencia de esto, la intuición ha quedado en segundo plano convirtiendo así al ser humano en un elemento reproductor de modelos y experiencias ajenas e infundadas. Entonces, si la naturaleza nos habla por sí sola, ¿Por qué seguimos empeñados en buscar respuestas que difieren completamente de las características inherentes a esta?, el asunto es ese, volver a donde todo comenzó, partiendo de dudas pequeñas pero esenciales sin dejar atrás la emoción y la capacidad de asombro y cuestionamiento… el dejarse ir, el poder de la intuición como el de la decisión juega un papel fundamental en el momento de crear nuestro propios juicios, pienso que tiene más valor un criterio producto de la confrontación entre la ésta y la razón ya que en ese instante estamos entendiendo de cierta manera el origen de todo, al fin y al cabo, no existe una verdad absoluta y todo aquello que está a nuestro alrededor es un artefacto que se adapta a nosotros para llegar al fin deseado.

Me resulta difícil analizar la estructura de la obra, me interesa más el diálogo con el pensamiento de un hombre que plasmo sus ideales de una manera más bien poética, trato de establecer un orden de cada una de sus ideas y encuentro que la estructura de ésta subyace en criterios simples, que se van componiendo progresivamente hasta llegar al inicio otra vez, pero de manera sintética, se conjugan estas dos acciones en una conclusión fuerte y totalmente entendible; el libro tiene esa característica del pensamiento del autor, empieza abordando conceptos generales que nos hacen llegar a una concepción más clara y entendible de ellos, afirmaciones, reflexiones más bien, que han adquirido trascendencia por la manera de ponerlos en la mesa y generar la necesidad de discutirlas… Una más de sus hábiles expresiones, en cada palabra en realidad esta una parte de él.

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