EXPERIENCIAS AFECTIVAS Y SUS SENTIMIENTOS EN EL PROCESO EDUCATIVO
Enviado por marthatrinidad • 30 de Marzo de 2014 • 622 Palabras (3 Páginas) • 373 Visitas
SESIÓN 6 PRODUCTO 8
MARTHA TRINIDAD GARCIA.
EXPERIENCIAS AFECTIVAS Y SUS SENTIMIENTOS EN EL PROCESO EDUCATIVO.
A lo largo de mis 23 años de servicio he vivido diferentes experiencias, en los que se han visto involucradas diferentes emociones y / o sentimientos, estoy convencida que estos tiene gran influencia en los aprendizajes y en la educación.
Los sentimientos son parte de la vida del ser humano y aun que no queramos van estar involucrados donde estemos presentes, y un ejemplo de ello, nuestro trabajo.
Desde el momento que elegí esta carrera entraron en juego mis sentimientos, ya que lo hice porque me llamo la atención y el interés trabajar con niños, conocerlos, convivir, transmitirles mis conocimientos, jugar con ellos. Pero creo que jamás imagine todo lo que involucraba este trabajo, porque ahora me doy cuenta que el trabajo, la convivencia y demás, no solo es con ellos, si no también con los padres de familia y/o tutores y eso, eso es otro trabajo aunado al de los niños.
Durante todos estos años de trabajo he tenido sentimientos y experiencias de todo tipo, el primer día que llegue a trabajar me sentía nerviosa, emocionada y tal vez hasta temerosa, llegue a un Jardín Unitario y ahí la hice de maestra, intendente, tesorera, secretaria y hasta directora entre otras cosas. Pero los padres de familia eran respetuosos, participativos, comprensivos, interesados en todo lo que tenía que ver con sus hijos y la escuela.
Los grupos estaban por niños en edades tres, cuatro y cinco años de edad y en un salón hasta 45 niños, en ese entonces el gobierno construía aulas más grandes y mejor hechas, y claro eran mis primeros años y no importaba tanto la cantidad de alumnos que atendía, mi paciencia era más y mejor.
También he tenido la oportunidad y satisfacción de atender a todo tipo de niños y me refiero aquellos con necesidades especiales con o sin discapacidad alguna.
Recuerdo que tuve una niña cuadripléjica, y aunque no hablaba, transmitía sus ganas de vivir, alegría, y hasta su angustia. Y demostraba que a pesar de sus limitaciones intentaba hacer las cosas y enseñaba a sus compañeros que ella podía hacer otras cosas que ellos no hacían, a su vez sus compañeros la ayudaban, le mostraban su amor, respeto y paciencia.
En otra ocasión atendí a un niño con síndrome de Down, los primeros días se mostro muy inquieto, agresivo, este también fue un gran reto para mí ya que los dos casos eran nuevos, implico más trabajo, adecuaciones en todo, actividades, juegos, y hasta mobiliario, sus padres cooperaron y eso fue de gran ayuda. Y algo que me da gusto es que apenas me lo encontré y él me reconoció fue a verme y medio un abrazo y una gran sonrisa diciéndome Maestra.
Y así por mis 23 años han pasado muchos niños ahora, de los primeros que yo atendí ya hay profesionistas,
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