Educación En Mexico

INTRODUCCIÓN

¿Qué se entiende por Revolución? La perspectiva de una Institución de poder internacional, que rige las explicaciones de conceptos tan complejos como es el de “Revolución” del lat. revolutĭo, -ōnis . La Real academia de la Lengua analiza los diferentes significados del término, desde la tarea ejercida y la secuela de revolver; en donde se menciona la existencia de inquietud, alboroto, sedición y en la última noción que hace referencia la Real academia de la lengua: un cambio rápido y profundo […]-en éste caso- en sentido opuesto, las fases que se mencionarán en éste estudio, nos ubicarán en lo profundo de los pensamientos consecuentes de un periodo Colonial, donde tres siglos de influencias ibéricas, con el deseo y la necesidad de reestructurar las redes de gobierno y de poder entre las clases sociales de la época; hasta recordar la etapa posrevolucionaria de la primera década del siglo veinte con influencia vertiginosa de la ideología que transformó violentamente las instituciones políticas, económicas o sociales de una incipiente nación.

En tan largo trayecto, es menester enfatizar que el presente trabajo tiene la finalidad de dar a conocer las diversas etapas que se presentaron en el transcurso y desarrollo de los conflictos armados, englobados en la Historia Nacional, en relación a las revueltas armadas.

Metodológicamente sustentamos nuestro enfoque con la visión de Fernand Braudel en donde el estudio histórico se analiza en un periodo prolongado, reconocido como de larga duración, en donde se fundamenta el análisis y el registro de la continuidad y discontinuidad de las sociedades violentadas de nuestro país; la uniformidad dada y la diversidad de las sociedades que conformaban el periodo de estudio.

Fases de la Revolución armada

Las raíces más profundas de las sociedades que han confluido y conformado paulatinamente la geografía y el devenir histórico mexicano, no se pueden considerar en los periodos de la línea del tiempo correspondientes a las civilizaciones mesoamericanas y a una parte del periodo colonial puro, donde el dominio hispano estaba en su apogeo.

Tras la llegada de los colonizadores, en las regadas tierras donde los conflictos y las tensiones sociales tensaban a distancia las relaciones políticas, ya sea por disputa de tierras, por diferencias de quienes postulaban los cargos públicos, diferencias entre autoridades locales y coloniales con la metrópoli o al interior de la misma –y aún- Nueva España, no cesaron los conflictos y la violencia en esos territorios; y posteriormente las iniciadas organizaciones de revueltas a partir de 1808 y 1810 agudizaron los problemas entre castas, mestizos, criollos, peninsulares y españoles, dispersas por nuestro territorio.

El siglo XIX es un periodo de guerras liberales, que profundizan los males generados desde el inicio de la Colonia, hasta el logro de la Independencia nacional.

Por lo anterior, en este ensayo se esbozan con mayor puntualidad los conflictos armados de la Independencia de México, Revolución Mexicana y época posrevolucionaria.

Parafraseando a Fernand Braudel las culturas se pueden comprender con mayor precisión enfocándonos en estudiarlas en un tiempo prolongado, una temporalidad de larga duración, para poder notar, contrastar y analizar las recurrencias y cambios de los movimientos armados, vinculados o no, pares o dispares en su conformación y desarrollo. Las civilizaciones sobreviven a las conmociones políticas, sociales, económicas y hasta ideológicas, que, por lo demás, son quienes las determinan insidiosa y hasta poderosamente a veces

¡Armamento, armadas, instrumentos bélicos! Por supuesto nos infiere lógicamente a la existencia de armas, las cuales no debemos perder de vista que también sufrieron un cambio o transformación tanto en su elaboración, como en su uso, dando un giro rotundo en el ganar o perder por número y calidad de estos implementos en revueltas y revoluciones. Y a pesar de no ser el tema central de ésta investigación, considero la importancia de los pertrechos de manera alterna.

Entrando en materia, en el apartado último del periodo Colonial, después de casi tres siglos de dominio español, los novohispanos buscaron en septiembre de 1810 un nuevo rumbo que permitiera a los habitantes de la Nueva España cierta autonomía de la metrópoli, y al no tener opción se lanzaron a la lucha armada, surgiendo un ejército popular, integrado por el pueblo y sobre todo buscando el beneficio del mismo.

Con “El Grito de Independencia”, se da inició a la lucha armada de 1810, encabezada por el Cura de Dolores, Don Miguel Hidalgo, y el Capitán de Dragones, Ignacio Allende, que junto a

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