El Azar Y La Probabilidad
Enviado por Mariana43210 • 17 de Junio de 2013 • 384 Palabras (2 Páginas) • 335 Visitas
La estadística inferencial resulta de aplicar la probabilidad a los estadísticos
que ya conocemos por la estadística descriptiva. Los resultados de esa aplicación
vendrán expresados, pues, en lenguaje probabilístico.
Y esto no ayuda precisamente a sentirse cómodo con la estadística inferencial.
Además de ser matemática, tiene la fea costumbre de no decir sí o no. En lugar de
ello, sus respuestas suenan a veces a excusas, eso sí, muy diplomáticas, como “no hay
suficiente evidencia” o “esa afirmación es altamente improbable”. Pero en lenguaje
matemático. El resultado es quizás extraño, difuso pero preciso; no se decanta pero
nos da cuatro decimales: “a partir de los datos que me ofrece, la probabilidad de que
ocurra eso que usted afirma es 0.2381”1.
Pero aun así nos permite incrementar nuestro conocimiento. Las afirmaciones
anteriores pretenden ilustrar algo fundamental: las afirmaciones que nos permite
hacer la estadística inferencial tienen un riesgo, y quien la usa debe saberlo. No es
difícil, de todas maneras, porque todas estas afirmaciones están formuladas en términos
de riesgo, de seguridad e inseguridad: de probabilidad.
El azar es, por definición, lo impredecible. ¿Cómo es posible entonces utilizar
lo impredecible para obtener información? La clave está en que incluso lo impredecible,
para poder serlo, ha de cumplir algunas normas. El conjunto de esas normas, y
las técnicas para extraer información del azar, es lo que llamamos probabilidad.
No hay nada mágico en el azar; resulta de una sucesión de circunstancias no
controlables que lleva a no poder predecir el resultado. Fijémonos en la moneda de
toda la vida. Lo que hace que lanzarla sea un experimento aleatorio es que es imposible
controlar la fuerza con la que se lanza, los giros que da y los ángulos con que golpea
el suelo una y otra vez hasta detenerse2. Basta situar la moneda de canto en una mesa
y empujarla deliberadamente en una dirección para que desaparezca el azar. Pero si
estando de canto la hacemos girar rápidamente volvemos a disponer de un experimento
aleatorio.
Pero, ¿podemos realmente utilizar esta información para decidir sobre algo real?
Supongamos que lanzamos la moneda al aire. ¿Cuáles son esas normas que po‐
1 Las respuestas que obtendremos serán ligeramente diferentes, pero esa frase sirve para ilustrar el
estilo.
2 Esto no es completamente cierto: hay prestidigitadores que se entrenan hasta controlar el lanzamiento
de las monedas. Controlan la fuerza, los giros y el momento justo de detener el movimiento para
conseguir cierto resultado. El truco consiste, por tanto, en que no hay azar.
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