El Cid Campeador
Enviado por teff3 • 17 de Diciembre de 2011 • 2.495 Palabras (10 Páginas) • 1.179 Visitas
Héroes medievales
( anónimo en versión de Ruth kaufman y franco vaccarini)
El Cid Campeador
Personajes:
El Cid Campeador: Rodrigo Díaz de Vivar, personaje virtuoso, con piedad religiosa y amor por la familia, valeroso e inteligente guerrero. Se nos presenta como un gran héroe que supera su destierro haciendo lo posible y lo imposible por volver a gozar de la confianza del rey, además de reparar la deshonra que sufren sus hijas a manos de los infantes de Carrión y ganar grandes fortunas y tierras. Su principal valor es la búsqueda del honor.
El rey Alfonso: En un principio, destierra al Cid de Castilla, pero a lo largo del relato, se va dando cuenta de que, en realidad, es un buen vasallo, y lo perdona. Él es el rey y, por tanto, la máxima autoridad. Todos los habitantes de su reino deben obedecerlo si no quieren ser expulsados del país. Pero, en definitiva, intenta que siempre se haga justicia.
Doña Jimena: Es la mujer del Cid Campeador. Apoya en todo a su marido porque lo admira.
Doña Elvira y Doña Sol: hijas del Cid y de Doña Jimena.
Ayudantes y seguidores del Cid :
Álvar Fañez Minaya: El “Minaya” es una persona que le ofrece ayuda al Cid. Le ofrece la compañía de amigos y vasallos para que pueda abandonar el reino de Alfonso VI. En sus viajes con el Cid, era el encargado de enviar los mensajes para el Rey.
Martín Antolinez: El “Burgalés” es la persona que le da su pan y su vino antes de la salida del reinado de Alfonso. Les abastece y por la mañana se ofrece a ir con el Cid a la guerra.
Pedro Bermúdez: El “Mudo” lucha junto al Cid frente a Don Fernando (infante de Carrión). Es primo-hermano de las hijas del Cid, Doña Sol y Doña Elvira, y por tanto sobrino del Cid. Era el que siempre llevaba la enseña (insignia, estandarte o bandera militar).
Raquel y Vidas: Eran judíos prestamistas. Martín Antolinez, en secreto, les dijo que el Cid necesitaba guardar 2 arcas llenas de oro y plata, pues no podía llevárselas al destierro. Se creía que el Cid había sido desterrado porque había traicionado al Rey Alfonso quedándose con parte del dinero que le habían enviado a él. Por eso mismo, el Cid no podía llevarse todo ese dinero. Pero en realidad, las arcas estaban llenas de arena y le habían dicho a los prestamistas q en total allí había 600 marcos. Y por eso, los judíos debían pagarle 600 marcos por quedarse momentáneamente con el dinero. Ellos nunca abrieron las arcas porque confiaban en el Cid. Es decir, fueron engañados. Supuestamente, el Cid algún día se los iba a devolver.
Don Sancho: Era el abad (monje principal a cargo del monasterio) que cuidaba de las hijas y la mujer del Cid mientras que él estaba luchando fuera del reino de Alfonso VI.
García Ordóñez: Era un enemigo del Cid Campeador, conocido como el Conde Don García.
Los infantes de Carrión: Diego y Fernando eran parientes de García Ordóñez, quien les había transmitido el odio y la envidia hacia el Cid. Estos jóvenes pensando en enriquecerse rápidamente, pidieron la mano de las jóvenes hijas de Rodrigo Díaz de Vivar, quien aceptó luego de q se lo aconsejara el rey Alfonso. Estos jóvenes evidenciaron su cobardía, sobre todo en la batalla con el nuevo rey de Marruecos, quien fue derrotado por el Cid, convirtiéndose en el hombre más respetado y temido de España. Con esto último, los infantes fueron deshonrados, ya que, además, los caballeros del Cid los burlaban. Por esa razón, planearon su venganza. Le dijeron al Cid q quería regresar con sus esposas en Carrión. El Cid accedió y les regalo grandes riquezas a sus yernos. Estos se van, y deshonran más tarde a Doña Elvira y Doña Sol en el bosque de Corpes ultrajándolas y abandonándolas allí en las peores condiciones.
Los infantes de Navarra y Aragón: Son quienes piden la mano de Doña Elvira y Doña Sol luego de que el Cid derrotara a los infantes de Carrión, devolviéndoles a él y a sus hijas el honor nuevamente.
Otros personajes: El obispo, los moros (amigos y enemigos), los reyes de los distintos territorios.
RESUMEN LARGO:
Despedida y augurios: El Rey Alfonso VI por mentiras de García Ordóñez destierra al Cid. El Cid convoca a sus parientes y vasallos que prometen seguirle en su destierro. El Cid al ver su casa vacía, llora y se marcha. Al salir de Bibar ven a una corneja por la derecha lo que les da un buen augurio, pero al llegar a Burgos, la ven por la izquierda lo que les anuncia uno malo.
Llegada a Burgos: Al llegar a Burgos las gentes salen a verle, pero nadie les hospeda. Una niña le dice que se marche porque el Rey envió una carta, según la cual castigaría a aquel que hospedara o diera alimentos al Cid. Va a la catedral, Santa María, donde reza, y después se marcha a un campo para descansar con sus compañeros.
Martín Antolínez se une al Cid: Martín Antolínez les da alimento, y el Cid y sus vasallos le pagan. Antolínez le dice al Cid que el rey le castigará por ello y que quiere unirse a sus vasallos, el Cid en respuesta de su valentía, acepta su compañía. Después el Cid dice a Antolínez que todos van a llenar dos arcas de arena cubiertas de cuero y clavos para obtener mediante un engaño dinero de los judíos, Raquel y Vidas.
El engaño a los judíos: Antolínez se encarga de la tarea y parte hacia Burgos en busca de los judíos, los encuentra en una tienda haciendo sus cuentas del día. Les pide hablar en privado y que no le descubran a nadie, porque les va a hacer ricos. Les cuenta que el Cid fue acusado por robar mucho oro, el cual esta guardado en dos arcas que contienen 600 marcos, les dice que el Cid quiere dejarlas en sus manos y que estén a buen recaudo durante un año. Van a ver al Cid para coger las arcas y a cambio de este recaudo los judíos deben darle los 600 marcos.
El Cid tiene el dinero: Vuelven a Burgos y le dan a Antolínez los 600 marcos, más 30 marcos como regalo porque gracias a él, el Cid les ha escogido para la guarda de las arcas. Antolínez da el dinero al Cid y piensa en partir hacia San Pedro de Cardeña. El Cid va a la catedral y da gracias a Dios, prometiendo a la Virgen mil misas.
El Cid va a despedirse de su familia: El Cid, sin compañía de sus vasallos, va a ver a su familia para despedirse. Doña Jimena que estaba rezando por él, sale a recibirle junto con sus hijas y monjes. El Cid le da al Abad Sancho 150 marcos para que cuide de su familia y vasallos; en el caso de que este dinero se terminase le dice que por cada marco que gaste del monasterio por ellas, él le dará cuatro. Doña Jimena llora por la marcha del Cid y, éste hace la promesa de que volverá.
Un centenar de castellanos se une al Cid: Antolínez, que había marchado
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