El Papel Del Docente Ante Los Factores De Riesgo En La Educación, Actualmente
Enviado por funo • 20 de Septiembre de 2012 • 2.040 Palabras (9 Páginas) • 1.066 Visitas
Mucho se ha hablado de la importancia de la educación como vía del desarrollo no sólo individual, sino del país. ¿Entonces la educación no debería ser efectiva y real para toda la población?
¿Por qué niños y jóvenes se ven privados directa o indirectamente de este fundamental derecho por encontrarse en un contexto desfavorecedor? Porque si bien la familia y la escuela son la médula del desarrollo del alumno, este no está exento en ningún momento de la influencia del contexto; y si este resulta desfavorecedor, indudablemente tendrá un impacto negativo en la vida del niño y/o adolescente y los colocará en una situación de riesgo.
Así que, ante esta innegable realidad, ¿cuál es el papel del maestro de educación básica?
Conocer a fondo el tema, sensibilizarnos con la situación y analizar el rol que jugamos en este problema social son los móviles de la elaboración de este ensayo.
Así, factor de riesgo es la "posibilidad de que un proceso patológico (o su complicación) ocurra o exista" (Martí, 1987, pág.166), entendiendo como "proceso patológico" la materialización de problemas de comportamiento o de comportamientos problemáticos. Además, añadimos para dar mayor amplitud a este ámbito definitorio, los factores de riesgo que muestran mayor especificidad pueden dar lugar a dificultades de conductas distintas y diferenciadas según los distintos contextos y los distintos momentos del proceso de evolución personal.
Según los expertos existen 5 clasificaciones de factores de riesgo:
Factores de riesgo individual e interpersonal: baja auto-estima, búsqueda de sensación, agresividad, problemas de conducta, timidez, rebeldía, enajenamiento etc.
Compañeros de grupo factores: amigos que consumen alcohol, tabaco o drogas, asociación a pandillas.
Factores de riesgo familiares: padres alcohólicos, falta de o inconsistente disciplina paternal; patrones de conducta negativa; conflicto; poco acercamiento; muerte, divorcio, o bajos ingresos; falta de una familia extensa o sistemas de apoyo; padres emocionalmente afectados; problemas entre los padres; falta de habilidad para capear problemas familiares; rechazo por parte de padres (por ejemplo, el hijo no deseado); abuso físico y/o sexual; y abuso de sustancias por parte de padres o familiares.
Factores de riesgo en la escuela: falta de apoyo hacia los valores y actitudes positivas en la escuela; disfunción escolar, altas tazas en las normas de abuso y pro-abuso de sustancias. Miembros de pandillas usando drogas; baja moral en profesores y estudiantes. Clima en la escuela que provee poco estímulo y apoyo, percepción de los estudiantes que los profesores no se preocupan de ellos, falta de apreciación para los procesos educacionales escolares. Fracaso académico, falta de envolvimiento en la escuela debido a la discriminación.
Factores de riesgo comunitarios: alta taza en el crimen, alta densidad en la población, deterioración física, disponibilidad, normas apoyando el alcohol y otras drogas, actitud ambivalente en los valores de la comunidad con una actitud hacia el pro-abuso de sustancias.
Todas estas situaciones son una realidad palpable, no sólo en el país o en nuestro estado, sino en nuestra ciudad. Si bien, no son exclusivas de algún sector social; ciertamente algunas estarán más expuestas, debido a la situación económica que predomine entre los habitantes o la localización geográfica.
En Durango, así como en el resto del país, las zonas más propensas son aquellas de bajos recursos económicos como la periferia de la ciudad y las zonas urbano-marginales donde la delincuencia, las pandillas y las adicciones merman la integridad familiar y la formación de valores inculcados en la familia y en la escuela.
La crisis económica y las desigualdades sociales se han venido a posicionar como la principal razón del alarmante incremento de las cifras de delitos ejecutados por pandillas de jóvenes y del aumento del ingreso de nuestros jóvenes y niños a las filas de la delincuencia organizada.
Cada año las cifras de deserción, reprobación y repetición y los niveles en general de fracaso y rezago escolar, aún con los esfuerzos del gobierno federal y estatal y de las autoridades educativas permanecen prácticamente iguales. En el 2010 el porcentaje de eficiencia terminal de la educación básica en Durango fue apenas del 80%, cifra que no es muy superior a la de hace 5 años, en el 2005, que era de 78.2%
Son múltiples los factores que propician este fenómeno; las carencias económicas que imposibilitan a las familias poder ofrecerles escolaridad orillan a los niños y jóvenes de nuestra ciudad, y de nuestro país a salirse de la escuela y buscar un trabajo para ayudar al sustento de sus familias. Pero esto es poco factible cuando no cuentan siquiera con la educación básica terminada, en Durango, por citar una estadística, el promedio de escolaridad es de 8.5 años; que no llegan a cubrir los ahora 12 años que contemplan la educación básica en México.
Desgraciadamente, ante este panorama la actitud de los docentes es de total insensibilidad, los maestros se restringen únicamente a impartir una educación tradicionalista de carácter unidimensional, la comunicación solo se da maestro-alumno y las inquietudes, necesidades, dudas pasan a ser irrelevantes en la dinámica escolar diaria.
Es desmotivador como el maestro en lugar de buscar alternativas, motivar a sus alumnos y brindarles una educación que realmente signifique una oportunidad de progresar y mejorar su nivel de vida; creen solucionar el problema reprobando a sus alumnos o incuso excluyéndolos del sistema educativo.
Hemos sido testigos en múltiples ocasiones de como los maestros catalogan a sus alumnos como incapaces de salir adelante.
Analizando la nula intervención de los maestros ante esta situación es inevitable pensar que el docente mismo ha dejado al alumno en las calles y paradójicamente ha sido partícipe indirecto del fracaso escolar que generan los múltiples factores de riesgo que aquejan a nuestra sociedad.
Así la escuela, en lugar de ser la tabla de salvación, un escape del poco favorecedor entorno, se vuelve uno de los factores que hoy en día, mantiene a los niños y jóvenes en las calles, en la delincuencia, pandillas y adicciones.
La reforma curricular del 2011 está enfocada en una educación bajo competencias, dirigida a formar alumnos competentes para la vida en sociedad, esto supone la adquisición de valores que permitan las interrelaciones
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