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El discurso de postgrado


Enviado por   •  21 de Octubre de 2012  •  Informe  •  373 Palabras (2 Páginas)  •  482 Visitas

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Muy buenas noches a todos los aquí presentes.

Hoy es un día como cualquier otro: fresco, prometedor, inocente. Hoy, nos ponemos estas togas e invitamos a los familiares para entonces inventar esta bandera en el supuesto final del trayecto. Hace tiempo ya que cruzamos la meta. Pero lo cierto es que no había bandera ni signo alguno que nos indicara nuestro final. Para eso nos reunimos hoy. Para este “¡Qué bien lo has hecho!”, para el “¡Estoy orgulloso de ti!”, para las lágrimas, los abrazos, los recuerdos; y sobre todo para este niño dentro de cada uno de nosotros, que siempre soñó con esas miradas que dicen “¡Lo lograste, te quiero!”.

Pero en realidad, yo y mis compañeros comenzamos a graduarnos hace tiempo.

Hace unos años, algunos comenzamos a bañarnos en una asombrosa confianza en nosotros mismos. Empezamos a sentirnos seguros de lo que hacíamos, seguros de lo que vendría, y seguros de que era eso lo que queríamos hacer. Comenzamos a buscar y a sentir la verdad. Llegamos a ser, como muchos lo llaman, “maduros”; cuando en realidad llegamos a ser. Pues más bien es un estado de conciencia que carece de adjetivos y sobrenombres; es ser, y nada más.

Para mí, ésa es la graduación. Y siento que quien la celebra es la vida, dándome oportunidad para verlo todo de una manera distinta; para verme entre ustedes, compañeros, como un conjunto de árboles que por la proximidad entre uno y otro, vencen huracanes y catástrofes naturales. La vida nos da la oportunidad de ser. Para mí, ésa es la graduación, y todo se lo debo a ustedes, mi numerosa familia de amigos; y sobre todo al Colegio oea.

Preguntaran como describo yo el colegio oea: es un espacio el cual aprendimos a ser mejores compañeros, compartir, sonreir, llorar, jugar, aprender.

oea, entonces, soy yo; yo y ustedes.

Pronuncio la frase en tiempo presente, porque oea no fue, ni será; oea es. Siempre que pueda pensar en la frase, seguirá siendo así: soy oeista

Por eso quiero que el día de hoy sea como cualquier otro: fresco, prometedor, inocente. Inocente como el niño que está aquí frente a ustedes. Este niño que no quiere crecer, que se niega a ser adulto. Este niño que los quiere a todos: OEA. ¡GRACIAS!

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