El proceso civilizatorio

Esta reflexión trata algunos de los puntos que el sociólogo alemán de ascendencia judía Norbert Elias trata sobre “El proceso de la Civilización” en su libro homónimo. Estas reflexiones se centran en la cotidianeidad de mi vida mientras descubro mi ser moderno y/o contemporáneo. Un primer punto que llamó mi atención es la apreciación del autocontrol consciente usando una barrera de miedos (p. 452). Estos miedos son respuesta a la maraña de comportamientos que adquirimos para encajar en el medio en el que nos encontramos. Como educadora, puesto que soy Licenciada en Filología – Inglés, entiendo que el primer espacio en el que se me inculcaron estos miedos es la escuela. Allí se me enseñó el miedo a hablar en voz alta y a expresar mi opinión abiertamente. De hecho, leer la explicación de coacción y autocoacción que hace Elias me recordó a la exclamación de docente “¡Compórtese!”. Esta no es mas que la réplica de cientos de años del proceso que nos enseña a auto-regularnos como individuos. Ahora bien, entiendo cuando Elias explica que la violencia que nos enseña a auto-regularnos pasa de ser física a tener otras formas de coacción (p.454). En el curso que tomé de Introducción a la Sociología se mostró el concepto de violencia simbólica de Bourdieu, me pregunto si la mirada autoritaria de un profesor pidiendo “buen” comportamiento podría ser un ejemplo de esas otras formas de violencia y se puede comparar con el concepto de violencia simbólica.

Elias comenta que “los adultos enseñan los modos de comportamiento adecuado a los niños parcialmente de modo automático y parcialmente de modo consciente, por medio de sus propias formas de comportamiento” (p. 458). Ello me lleva a pensar que yo repito la frase “los niños son un reflejo de la casa” y concluyo que todos terminamos siendo un reflejo de los adultos con quienes convivimos, que a su vez fueron el reflejo de otros adultos, y así sucesivamente. Nuestro comportamiento no es ni será original, sino el producto de una réplica de autocontrol.

Me surge una pregunta sobre el proceso civilizatorio ante la afirmación que hace Elias cuando dice que la aparición de los hábitos del adulto suponen el fin del proceso civilizatorio individual (p. 462). Ahora bien, si ello es cierto, cómo podríamos categorizar a un niño. ¿Sería éste in-civilizado? ¿Bestia en proceso de civilización?

Logro relacionarme con la idea de previsión a largo plazo en relación con el prestigio. En especial porque soy estudiante de doble titulación que ha terminado materias de su primera carrera y ahora planea constantemente el futuro como respuesta al miedo “frente a la disminución de prestigio a los ojos de los demás” (p. 469). Esta pérdida de prestigio la entiendo como fracaso, sin embargo, no encuentro dónde aprendí la idea de fracaso. Asumo que hace parte de los comportamientos repetidos de los adultos y estoy de acuerdo con Elias cuando propone que para evitar la disminución de prestigio yo regulo mis instintos y planeo constantemente. Me autocontrolo y decido no irme a viajar por el mundo como mochilera porque quiero el prestigio de mi círculo social cuando me ven continuando en el sistema educativo. Incluso, me doy cuenta que si unos de los factores que da lugar al proceso civilizatorio se da cuando hay previsión a largo plazo, yo ya tengo comportamientos “civilizados” puesto

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