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El territorio como influencia para la producción de Uvas


Enviado por   •  27 de Enero de 2016  •  Resumen  •  1.982 Palabras (8 Páginas)  •  266 Visitas

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EL TERRITORIO

Si una misma clase de la vid se planta en zonas geográficas distintas, puede producir vinos muy diferentes en sí, tanto en su estructura como en sus aromas.

En este caso de habla en efecto de terruño, este se puede definir como un espacio limitado donde las condiciones físicas y químicas del suelo, la situación geográfica y el clima permiten obtener productos específicos e identificables, el terruño lo designa, por tanto, la interacción entre varios factores como el suelo, orientación, clima, clases de vid, y viticultor, que dan carácter determinado al vino.

La calidad de un suelo depende de varios factores. Su base es el material original geológico que se descompone poco a poco. Las características de los materiales que forman el suelo como por ejemplo: granito, pizarra, caliza de la era secundaria o de la terciaria, influyen de una forma determinada en su calidad, además hay ciertos procesos biológicos, físicos y químicos que desempeñan también un papel importante en esta descomposición.

Los microorganismos son los trabajadores más aplicados en el origen de los suelos, es decir que se le denomina “formación”. En una tierra viva hay hongos, algas y bacterias; según sea cual su situación geográfica el micro flora puede variar y esto se relaciona con el ciclo del crecimiento y el intercambio entre la tierra y las raíces.

El micro fauna representa: por gusanos, crustáceos, ácaros e insectos, trabaja también de forma activa y contribuye de manera  decisiva a la aireación y al ablandamiento del suelo.

El carácter del terruño se manifiesta en la evolución de la cepa y de las uvas a través de la influencia de su entorno y del medio ambiente de la tierra con vida que ofrece a la planta los elementos necesarios para su crecimiento y la maduración de las bayas. Además, las sustancias nutritivas minerales de las piedras se disuelven y van parar al suelo. La cepa absorberá dichos nutrientes con el agua. Mediante una fertilización orgánica y mineral que se completa artificialmente el suministro natural de sustancias nutritivas. Amén de nitrógeno, fosforo, potasio, calcio y magnesio, son necesarios también los micronutrientes de primera necesidad.

Abajo a la izquierda la naturaleza del suelo influye de gran medida en el carácter del vino. Los suelos pizarrosos están considerados idóneos para la uva riesling tanto para del Mosela como para la de banyuls del sur de Francia.

Abajo a la derecha los microorganismos del suelo de viral importancia ya que sin su acción la cepa sería incapaz de absorber las sustancias nutrientes y con ellas el carácter de un determinado terruño.

[pic 1]                [pic 2]

Sin embargo, si para lograr un aumento productivo considerable se utiliza un exceso de abonos minerales, se pierde por completo el carácter del terruño. Por lo tanto, en el caso de la vid, la fertilización no debe dirigirse solo a la planta, como es el caso habitual, sino también, y sobre todo, al suelo y microorganismos que este alberga.

 La fertilización con materia orgánica en forma de abono artificial compuesto cumple con esta función múltiple: mientras abastece al suelo de nutrientes y elementos necesarios para la planta, estimula la actividad de los organismos vivos que habitan en él.

Algunos especialistas opinan que cada terreno, suponiendo que se trate de un activo, comprende una flora propia y especifica de bacterias y de sedimentos. Estos blastomicetos y bacterias, que entran en acción cuando se abonan, se encuentran también en la piel de las uvas. Desde este punto de vista, la expresión ideal del terruño se lograría dejando actuar a dichos microorganismos para que lleven a cabo el proceso de fermentación sin ninguna afluencia ajena, es decir, sin que sea necesario mezclar las bacterias y los blastomicetos propios con  otros extraños.

TOPOGRAFIA Y EL CLIMA

También la topografía marca el carácter que el terruño que le da al vino.

Las características de un terruño determinaran junto a las condiciones climáticas, el desarrollo de las vides a causa de factores como la cantidad de agua y la orientación de las cepas. El hecho de que un terreno este situado en una región continental o en una mediterránea, influye entre otros aspectos, en la duración en la fase activa de crecimiento de las viñas. Por esta razón, es de vital importancia que las cepas utilizadas sean las adecuadas para el clima correspondiente.

En las regiones frías, por ejemplo: se prefieren cepas con una maduración más temprana. Por otro lado, en un clima montañoso moderado hay que tener en cuenta, entre otros factores decisivos, la altitud, la presencia de corriente de agua o de bosques, el desnivel y orientación del terruño.

En este caso, las viñas plantadas en zonas elevadas, al contrario que el de las zonas bajas o situadas en terrenos llanos, deben ser más resistentes a las heladas de primavera.

En las regiones mediterráneas, las uvas suelen tener un exceso de azúcar y carencia de acidez., sin embargo cuando estos terrenos se hayan situados a cierta altitud producen uvas de contenido equilibrado.

 Así pues la combinación de topografía y clima influyen de diversas formas en el carácter de las uvas y por tanto del vino. En definitiva un microclima determina una infinidad de circunstancias como son la temperatura, la acción del sol o la humedad de un lugar concreto, que van afectar al organismo de las plantas. Sin embargo, estas condiciones pueden ser también modificadas o controladas mediante la densidad del marco de plantación y los diferentes métodos de cultivo.

Por eso se puede afirmar que el concepto de terruño es un término muy amplio que incluye mucho de los factores que pueden influir en la calidad y tipología de cada vino. En los países del nuevo mundo que producen y exportan vino, el marketing concede una gran importancia a la variedad de uva mientras en Europa se consideran más determinantes las características de los terruños, conocidos y clasificados desde hace tiempo. Hoy se intenta conservar estos terruños y evitar su estandarización, ya que para ser lo que son, se ha necesitado la experiencia de generaciones de viticultores que han ido constatando que una parcela determinada producía con regularidad un vino especial. El respeto por un terruño específico es parte de la historia cultural a la que contribuye el viticultor. Su manera de cultivar el viñedo, la valoración del tipo de suelo a la hora de elegir la variedad de vid más adecuada y los métodos de vinicultura con los que elabora sus uvas en la bodega influirá en el carácter del vino, pero además subrayaran la expresión del terruño del que provienen. Si un viticultor atento y con conocimiento de causa, incluso el mejor terruño carecería de una expresión convincente

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