Entrevista Sobre Iluminación

Su incursión en el mundo de la luz comenzó a través de traducciones sobre el tema mientras estudiaba la Universidad, hoy casi 20 años después Marco Góngora lidera uno de los talleres de diseño de iluminación más reconocidos del País, que ha participado en la luminaria de proyectos tales como la Catedral de Morelia, la Estela de Luz, la Plaza Manuel Tolsá, la Torre de Rectoría de la UNAM, entre otros.

“Comencé realizando traducciones sobre iluminación, luego me invitaron a coordinar Target Technologies, una compañía que representaba marcas de iluminación. En ese entonces tenía 24 años y era la oportunidad de dirigir y sacar adelante una empresa. Estuve al frente por dos años, hasta que por falta de compatibilidad en el proyecto, salimos y decidimos formar Avantgarde Lighting Design.”

Desde sus inicios, el sello particular que ha distinguido a Avantgarde Lighting Design es el análisis de las necesidades de uso para cada proyecto de iluminación, utilizando, para ello a un equipo multidisciplinario, conformado por arquitectos, diseñadores industriales, ingenieros, así como restauradores y museógrafos.

Tras casi dos décadas de su fundación, Marco Góngora recuerda que los inicios fueron “una lucha constante, teníamos que hacerles entender a los arquitectos que la iluminación es un material más de la arquitectura, que es como la cuarta dimensión que puede cambiar los ambientes.

En los inicios tuvimos que explicar paso a paso e, incluso, llegamos a no cobrar por un proyecto con tal de mostrarles el producto y vieran cómo funcionaba. Eso nos llevó, poco a poco, a ser considerados para tomar proyectos de mayor envergadura, gracias a que la gente se fue dando cuenta que la iluminación te transforma.”

Para fines de exhibición de los productos, Marco Góngora, de la manos de sus socios, abrieron una show room en Aguascalientes, pero manteniendo las operaciones de oficina en el Distrito Federal.

“Cuando abrimos la tienda de Aguascalientes, la idea era que las personas que nos visitaran conocieran el concepto; con tal de que nos compraran la luminaria les ofrecíamos diseñarles su proyecto. Fue en ese ejercicio donde nos dimos cuenta que había que estudiar, que había que entender que la luz lejos de mantener un espacio agradable, genera sensaciones.

Nos dimos cuenta que debíamos entender que la luz es una forma de vida, que debíamos tener el compromiso de transformar espacios que la gente haga totalmente suyos.”

Multidisciplinas integradas

Tal ha sido el entendimiento de Marco Góngora respecto al manejo de la luz que ha logrado, a lo largo de los años, integrar un equipo multidisciplinario, mismo que ha permitido abrir los caminos de manera exitosa en cada proyecto que participan.

“Desde que iniciamos este camino, tuvimos la humildad de entender que no íbamos a ser capaces de resolver todo y que requeríamos gente capacitada para cada necesidad de cada proyecto. Recuerdo cuando Conaculta nos invitó a concursar en el diseño de los interiores de la Catedral Metropolitana; cuando entramos al recinto nos dimos cuenta de que seríamos muy irrespetuosos en pensar que solos podíamos hacer un proyecto de esa magnitud. Necesitabas restauradores y museólogos, además de conocer más sobre la ceremonia para entender que sucedía y cuál era la necesidad real.

Entonces, este escenario tomaba muchas características y lo primero que hicimos fue mapear a todos los especialistas que requeríamos para poder acercarnos a las obras sin dañarlas. Un punto que nos ayudó es

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