Escuelas Bolivarianas
Enviado por crisangela • 14 de Septiembre de 2013 • 6.065 Palabras (25 Páginas) • 259 Visitas
EDUCACIÓN INICIAL.
SIMONCITO.
PROPÓSITOS.
A partir de la consideración de que la Educación Inicial se sustenta en los procesos de desarrollo y aprendizaje infantil, en concordancia con los fundamentos pedagógicos, se puede establecer que el subsistema de Educación Inicial Bolivariana persigue como propósito la formación integral de los niños y las niñas, en cuanto a hábitos, habilidades, destrezas, actitudes y valores basados en la identidad local, regional y nacional, mediante el desarrollo de sus potencialidades y el pleno ejercicio de sus derechos como persona en formación, atendiendo a la diversidad e interculturalidad.
Para alcanzar dicho cometido, se apela a un conjunto de elementos de orden teórico, organizacional y funcional, en los cuales se sustenta la construcción curricular de este subsistema del Sistema Educativo Bolivariano (SEB); elementos que se explican en el presente documento y que, además de darle coherencia, profundizan en la comprensión de la diversidad y complejidad del desarrollo humano.
En tal sentido, esta construcción curricular, fundamentada en una visión humanista social, parte de una concepción del desarrollo como un proceso que se produce a lo largo de toda la vida y que se origina por la combinación de estructuras biológicas (lo genético) y las condiciones sociales y culturales (ambiente); de manera que, pueda afirmarse que el desarrollo social de la persona (relación herencia - ambiente) determina la condición humana. En consecuencia, las particularidades del individuo en un ambiente que le provea de actividades, experiencias de vida humana y de aprendizajes, dan lugar al desarrollo.
Este planteamiento, conlleva una caracterización del proceso de aprendizaje según la cual, éste se desarrolla en espacios y tiempos favorables para cada sujeto, adecuados a las diferentes potencialidades, intereses, aspiraciones, edades, ritmo, temperamento y género de cada niño y niña; proceso que debe partir de los conocimientos previos que poseen éstos y éstas.
Por otra parte, desde la perspectiva asumida en la propuesta curricular del subsistema de Educación Inicial Bolivariana, el proceso de aprendizaje debe tener continuidad, a fin de favorecer un adecuado desarrollo de los niños y las niñas; tarea para la cual se requiere del empleo de diversos recursos lúdicos didácticos, métodos y estrategias que permitan propiciar dicho desarrollo en espacios de interacción entre niños, niñas, familias, maestros y maestras, en el marco de la interculturalidad como principio de convivencia.
Ello, supone la necesidad de promover experiencias de aprendizaje que permitan formar al nuevo ciudadano y la nueva ciudadana desde las primeras edades, con principios, actitudes, virtudes y valores de libertad, cooperación, solidaridad y convivencia; a un ser humano relacionado con su contexto histórico-cultural, atendiendo al carácter multiétnico, pluricultural, plurilingüe e intercultural de la sociedad venezolana, tal y como lo establece el Currículo Nacional Bolivariano, marco filosófico, sociológico, epistemológico y pedagógico que orienta a la Educación Bolivariana, entendida como un proceso político y socializador que se genera de las relaciones entre escuela, familia y comunidad; sustentado en la interculturalidad, la práctica del trabajo liberador y el contexto histórico-social.
FASES
Para el logro de sus propósitos, la Educación Inicial Bolivariana, recurre a la articulación de los aprendizajes y los elementos afectividad, inteligencia y lúdico, los cuales guardan plena correspondencia con los pilares fundamentales de la Educación Bolivariana: Aprender a Crear, Aprender a Convivir y Participar, Aprender a Reflexionar y Aprender a Valorar.
La afectividad tiene como fin potenciar el desarrollo social, emocional, moral, cognitivo y del lenguaje del niño y la niña de 0 a 6 años; razón por la cual resulta esencial que esté presente en todas las actividades y momentos que se planifiquen en la práctica educativa, incluyendo las orientaciones que se brinden a la familia, maestros y maestras, para que los niños y las niñas avancen en sus aprendizajes y desarrollo integral.
Además, la afectividad, articulada con las experiencias de aprendizaje de carácter lúdico, promueve en los niños y las niñas el aprendizaje, en la medida en que favorecen la posibilidad de aprender con los demás, acordar y cumplir normas sociales.
El juego, brinda a éstos y éstas la posibilidad de aprender con los otros niños y las otras niñas, de utilizar las propias estrategias de resolución de problemas desde puntos de vista diferentes, encontrando soluciones comunes, convirtiendo a los conocimientos en un desafío que contribuya a fomentar la confianza y la alegría, porque abre nuevas interrogantes que favorecen el desarrollo de nuevas capacidades.
Por su parte, el elemento inteligencia se orienta a desarrollar las potencialidades físicas, psicológicas e intelectuales que trae el niño y la niña al nacer y que los y las vinculan con el mundo físico, cultural y social.
Por ello, es importante que la educación del niño y la niña en los primeros años de vida ofrezca oportunidades que favorezcan el fortalecimiento de los sentidos, las emociones, el lenguaje, la afectividad, las relaciones, en cantidad y calidad, que les permitan desarrollar al máximo sus potencialidades. De manera que, mientras más sistemáticos sean éstos y mientras más temprano se inicien, mejores resultados se obtendrán.
CURRÍCULO
El Currículo de Educación Inicial, se sustenta en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que define la educación como un derecho humano y un deber social para el desarrollo de la persona, desde una perspectiva de transformación social-humanista orientada a la formación de una cultura ciudadana, dentro de las pautas de diversidad y participación.
En la concepción de la educación como elemento fundamental para el desarrollo de la persona, se propone un currículo participativo, flexible y contextualizado que atienda la diversidad social y cultural en una sociedad democrática, participativa, multiétnica y pluricultural. En este marco el currículo se define desde una perspectiva de construcción cultural (Grundy, 1998), el cual enfatiza la experiencia humana como punto de partida para organizar la práctica educativa, dándole concreción al hecho pedagógico como praxis social. Asimismo, como elemento para la transformación social (Kenmis, 1996), el currículo en un paradigma educativo que valora la participación y acción de las personas de una comunidad, de una localidad, de una entidad federal y de la nación, destacando la producción social de significados culturales.
En este sentido, el currículo de Educación
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