Eutanasia

LA EUTANASIA

Tras el correr del tiempo y de los cambios que se han presentado en la sociedad de la que hacemos parte, se ha hablado del término EUTANASIA, un término que ha propiciado un sin número de controversias y debates entre las distintas posturas que se pueden presentar alrededor de este concepto fundamental y muy importante a la hora de definir y además de ello de decidir, en el caso es que se presente este evento en nuestra vida.

En primer lugar, es básico tener clara una definición de este controvertido concepto; pero a la hora de hablar de ello, se puede ver que hay diferencias en cuanto al concepto, es por esto que sería mejor definirlo desde su composición como palabra, bajo la orientación que hacen los griegos para dividirla y así poder tener una luz de lo que significa. En el griego se define: eu, que significa bueno y thanatos, que significa muerte; esto nos traduce que el fondo de esta palabra o su significado es ‘buena muerte’; y pues a medida que avanza el tiempo, la mayoría de las definiciones coinciden en que la eutanasia se aplica para darle a una persona desahuciada una muerte digna, para pararle su sufrimiento y que en un momento dado se determine la muerte como algo inevitable.

Como podemos observar, este concepto ha trascendido desde los inicios de la humanidad, claro que de una manera diferente a través del tiempo, pero siempre ha tenido determinada existencia en el pensamiento y culturas de la humanidad.

Elementalmente se han reconocido tres fases de la eutanasia, a lo largo de su desarrollo y del mismo desarrollo científico e intelectual del ser humano; estas fases son: la eutanasia ritualizada, que surgió en los inicios de la humanidad, cuando existía en cierto modo un temor por la misma muerte entonces se le daba a este suceso una importancia muy grande, las antiguas civilizaciones creían que la muerte era la etapa más sublime y donde el cuerpo dejaba atrás todos sus males y por tal motivo el momento como tal de partir de este mundo merecía unos actos o rituales ya que se acababa el sufrimiento corpóreo y se pasaba a otra etapa mejor. Otra fase de la eutanasia que surge es la eutanasia medicalizada, la cual surge entre los siglos XIII y XX, pero ésta en cierto modo es la aplicación más atípica de este método para morir ya que se utilizaba, si se puede decir, para exterminar o acabar con la vida de aquellas personas que tenían alguna discapacidad física o mental; por ultimo surge la eutanasia autonomizada, la cual es la decisión que toma cada persona voluntariamente acerca de cómo desea que surja ese momento, es decir, cada ser humano manifiesta a nombre propio y libremente que desea se le aplique este medio para llevar a cabo una muerte digna y un fin de su vida sin tanto dolor y sufrimiento.

Además de estas etapas que pudimos ver, se surte la necesidad de enfrentar dos maneras de aplicar la eutanasia: la activa y la pasiva; la primera nos da noción de que es la manera como se le proporciona la muerte a un paciente en forma directa y con su consentimiento para poner fin a su padecimiento. En cuanto a la segunda, es la manera también de ponerle fin a la vida, pero dejando de asistir a un paciente con mecanismos artificiales que lo mantienen atado a este mundo y además de ello el paciente no posee la conciencia de estar de acuerdo o no con ello. Ambas concepciones son susceptibles de reproche y de aprobación, pero es propio de cada quien dar su decisión o pensamiento.

A pesar de los muchos intentos para apoyar esta ‘muerte digna’, es inevitable encontrar una posición unánime de lo que está bien o está mal en este concepto; hay quienes dicen que es el derecho de otorgarle a una persona que está sufriendo una grave enfermedad, una muerte digna; como hay quienes opinan que esta práctica es quizás un método egoísta de deshacerse de una responsabilidad con alguien que se encuentra en un estado lamentable de indefensión, o también de ser cómplices de un suicidio asistido.

¿QUE DICE LA JURISPRUDENCIA?

Una de las manifestaciones que se puede observar, es aquella que expresa la jurisprudencia y los estudiosos del derecho y aquellos sobre los que recae en cierta manera la posibilidad de aprobar o no, estas determinadas actuaciones que afectan o dan por terminados derechos fundamentales como lo es el derecho a la vida; en Colombia la jurisprudencia de pronuncio por última vez el 15 de mayo de 1997, cuando en la sentencia C-239, manifestó que despenalizaba el homicidio por piedad, que es indirectamente una manera de llamar a la misma eutanasia, ya que las personas que rodean a aquel que se encuentra en deplorable estado de salud, deciden si prefieren que cese ese sufrimiento y ocasionan la terminación de su vida, ya sea desconectándolo de mecanismos artificiales que lo mantienen con vida o proporcionándole algún medicamento para acabar con la misma.

Claro que esta decisión tomada por la corte constitucional tuvo ciertos opositores que manifestaban inequívocamente que bien lo dice el artículo 11 de nuestra constitución política, donde se expresa taxativamente que el derecho a la vida es fundamental e inviolable; por otro lado se discutía que otro derecho fundamental es la libertad, pero que vivir sin libertad era una condición lamentable, es por esto que en un último momento se decidió sobre qué casos se podría otorgar la eutanasia, para que sus efectos no violaran ningún derecho fundamental, y debidamente se estableció que es aplicable cuando el paciente este es estado terminal de su enfermedad y que además este consiente de su condición.

Así como la jurisprudencia hace mención a lo que se debe hacer o no en caso de efectuar este hecho, también la iglesia ha hecho mención, como es de saber mucho más crítica y en contra de esta determinación tan importante.

¿QUE DICE LA IGLESIA?

La iglesia se basa en que hay un ser supremo llamado Dios, que es quien no otorgó el milagro de la vida, y que nos la ha confiado para que la administremos, pero que no poseemos la decisión de terminar con ella cuando creamos que sea o no conveniente, independientemente de las circunstancias es las que se base nuestra decisión. Es decir, si el ser humano sufre al final de su vida, es porque es necesario que lo haga para que quede liberado de los pecados que cometió y de los cuales no tuvo derecho a arrepentirse, a este concepto se le otorga un nombre y es el de acrisolar sus pecados para que cuando muera se haya limpiado y su vida después de la muerte le garantice eternidad y paz junto con el Padre Creador.

Por otro lado es imperativo destacar las implicaciones que tiene la eutanasia en las familias sobre las cuales recae esta situación en un momento dado debido a que en la mayoría de los ordenamientos jurídicos reconocen el derecho de los familiares más cercanos a decidir

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