FUNDAMENTOS DE LA ESTRATEGIA
Enviado por Mayparrra • 7 de Mayo de 2020 • Resumen • 35.401 Palabras (142 Páginas) • 385 Visitas
FUNDAMENTOS DE LA ESTRATEGIA
Concebir una estrategia y ponerla en marcha con el fin de lograr los objetivos deseados no es tan fácil como parece, por lo que, como en todo, si queremos tener éxito, resultará necesario conocer todas las bases y los elementos que conforman, en este caso, la estrategia empresarial, con el fin de lograr que nuestra empresas tenga éxito de manera permanente en sus acciones, y no de manera puntual, fruto de la suerte o la casualidad. Así, en este primer tema, vamos a hablar sobre qué es la estrategia empresarial, presentando toda una serie de definiciones aportadas por los autores más relevantes en esta materia. Además, presentaremos todas sus funciones y características, y halaremos sobre las tres tipologías de análisis que nos ayudarán a percibir mejor las dimensiones de la propia estrategia, tratando de este modo el análisis estratégico, el análisis interno y el análisis externo. Además de los aspectos de carácter técnico, si queremos obtener un éxito permanente, será muy importante no dejar nunca de lado los aspectos humano y cultural de la organización.
LA ESTRATEGIA En la actualidad, las empresas, independientemente del sector al que se dediquen, conviven en un entorno realmente competitivo, en el que no todas logran sobrevivir, por lo que resulta necesario tener una estrategia ben definida que considere todos los aspectos relativos a la empresa; misión y visión, objetivos, actuaciones, etc. Una de las principales cuestiones que debemos plantearnos en relación a nuestra empresa se refiere a la dirección hacia la que queremos ir, por lo que nuestra tarea aquí será identificar y definir la misión de la empresa, referida al motivo por el que existe dicha empresa, esto es, su razón de ser. Para ello, nos será de gran ayuda responder a las siguientes preguntas:
- ¿Qué hacemos?
- ¿Cuál es nuestro negocio?
- ¿A qué nos dedicamos?
- ¿Cuál es nuestra razón de ser?
- ¿Quiénes son nuestro público objetivo?
- ¿Cuál es nuestro ámbito geográfico de acción?
- ¿Cuál es nuestra ventaja competitiva?
- ¿Qué nos diferencia de nuestros competidores?
Junto con la misión, debemos señalar el concepto de visión, que contempla las metas que nos hemos propuesto conseguir en un futuro. Eso es, se refiere a aquello que queremos lograr con el fin de vernos de una manera determinada. La visión tiene un carácter motivador e inspirador, por lo que todas las metas que sobre ella planteemos deben ser realistas y alcanzables. Por supuesto debemos ser ambiciosos, pero una visión inalcanzable lo único que provocará es desmotivación al ver que no se logra lo deseado. La visión de una empresa nos ayudará a guiar a nuestro equipo hacia una meta determinada, por lo que será una excelente herramienta para la toma de decisiones, ya que si tenemos claro hacia dónde queremos ir, nos resultará más sencillo tomar determinadas decisiones. Sobre la visión, es muy importante que esta guarde relación con los valores corporativos de la empresa, ya que dichos valores definen, en muchos sentidos, la naturaleza de las empresas, sus actuaciones y prioridades y la manera en que estas entienden la actividad comercial. De modo que, aquello que queramos ser en el futuro, deberá guardar coherencia con los valores que nos describen. Para una empresa, los valores son principios éticos, creencias o cualidades sobre las que se asienta la cultura de la misma, permitiéndonos crear pautas de comportamiento. Estos son la personalidad de la empresa, por lo que no pueden convertirse en una expresión de deseos de los dirigentes, sino que deben plasmar la realidad. Además de ello, los valores determinan cómo la empresa se relaciona y actúa con sus clientes, trabajadores, proveedores, colaboradores, competidores, etc.
Para definir nuestros valores, responderemos a las siguientes tres preguntas:
- ¿Cómo somos?
- ¿Cuáles son nuestros principios éticos empresariales?
- ¿En qué creemos?
Volviendo a la visión, y en el momento de definirla, nos resultará de ayuda responder a preguntas tales como:
- ¿Qué quiero lograr?
- ¿Dónde quiero estar en el futuro?
- ¿Qué podría incorporar a la empresa que no esté haciendo?
- ¿Para quién lo haré? - ¿Me dirigiré a otro tipo de clientes?
- ¿Ampliaré mi zona de actuación?
- ¿Qué recursos o cualidades debo tener en el futuro para conseguirlo?
Así, vemos como los primeros componentes a definir en todo proceso estratégico son la misión y las metas a alcanzar, ya que presentan el contexto dentro del cual se definirán las estrategias y los criterios frente a los que se valoran las estrategias emergentes. En relación al concepto de estrategia, y en lo que se refiere a su origen, este puede situarse en la terminología que era utilizada en los campos militares. Dicho término aparece en el terreno económico y académico a raíz de la teoría de los juegos de Von Neumann y Morgenstern en 1944. En ambos casos, este hace referencia a la competición; una acción ante el adversario con el fin de conseguir unos objetivos previamente establecidos. En cierto modo, se trataba de una especie de lucha, en la que ganaba el más fuerte. El concepto de estrategia se introduce en el campo empresarial a través de las teorías de Chandler (1962), Andrews (1962) y Ansoff (1976) que definen la estrategia como la capacidad de determinar de manera conjunta los objetivos establecidos por parte de la empresa y las líneas de acción que se desarrollarán con el objetivo de alcanzarlo. De este modo, podemos afirmar que se basa en el ideal futuro de la empresa. A partir de esta definición, podemos entender la estrategia como un procedimiento adaptativo, encaminado a la consecución de una meta o un propósito, como vehículo mediador entre las intenciones y los resultados a través de la interacción con el entorno y el despliegue de sus recursos y esfuerzos para conseguir tales metas.
Por su parte, la estrategia empresarial se refiere al conjunto de acciones que nos conducirán al logro de las metas establecidas y a la consecución de una ventaja competitiva que permanezca en el tiempo. Toda estrategia empresarial deberá ser planteada acorde con los objetivos y necesidades de los diferentes grupos participantes en la empresa, tanto internos como externos, por lo que, uno de los primeros pasos para definir nuestra estrategia deberá ser la realización de un análisis del entorno, considerando así el entorno interno de la empresa y el entorno externo, analizando el mercado en general, los competidores y nuestro target. En el contexto actual, la sociedad de la información hace que los cambios requieran ser inminentes en todos los ámbitos, por lo que toda empresa deberá desarrollar las capacidades necesarias para adaptarse de manera idónea a estos cambios, valiéndose de la anticipación y la capacidad de generar e impulsar ideas innovadoras. Esto implica ejercer una forma de dirección de carácter estratégico proactivo, intentando que la empresa subsista con éxito. En definitiva, la estrategia empresarial debe ser percibida como el motor e impulsor de toda acción llevada a cabo por parte de la empresa, una búsqueda de diferentes planes de acción fundamentales, acorde con medios actuales y potenciales de la compañía, con el principal objetivo de conseguir una inclusión óptima en el medio socioeconómico en el que opera. De este modo, la estrategia se presenta como una forma creativa y efectiva de lograr las metas planificadas. La identificación de las estrategias es un paso analítico que permite poner en marcha los medios. Es decir, se refiere a toda acción concreta que permite materializar los objetivos predefinidos.
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