Harry Pettas
Enviado por yalemon • 6 de Octubre de 2011 • 11.152 Palabras (45 Páginas) • 779 Visitas
Harry Petas y la china descomunal
Tabla de contenidos
o 1.1 Harry Petas Y La China Descomunal:El Libro
1.1.1 Capitulo I: Harry se interna en Joguarts
1.1.2 Capitulo II: Joguarts
1.1.3 Capitulo III: Espiando en el Lago
1.1.4 Capitulo IV: Quiddith
1.1.5 Capitulo V: La Fiesta de Navidad
1.1.6 Capitulo VI:El viaje Hasta casa de los Whyski
1.1.7 Capitulo VII:Navidad, Navidad, porros y champán
1.1.8 Continuará
Harry Petas Y La China Descomunal:El Libro
Capitulo I: Harry se interna en Joguarts
Era el último día del Verano. Harry estaba tirado en el sofá de la casa de sus tíos druggles al lado de una cajita que hacía un momento estaba llena de pirulas. El sabía que pillaría una buena sobredosis si se las tomaba todas, pero le daba igual, ya que la semana pasada le había dejado su chica y le apetecía suicidarse un rato. Cuando llegaron sus tios no se lo pensaron dos veces (sus tios druggles odiaban a los yonkis, ya que no podían experimentar las sensaiones que ellos experimentaban gracias a las drogas), le echaron de casa. Harry, al verse en la calle se dijo: joder que le den a mi ex; voy a ir a desintoxicarme a Joguarts. Entonces se fue al barrio yonki de Londres a pedir; pues el billete de tren hasta Joguarts no era gratis. Un día, mientras Harry estaba pidiendo vió que la tienda de enfrente a donde estaba el era una pajarería. Se levanto un momento y fue a mirar que pajarillos había; entonces vió una lechuza toda blanca, como el hachis y se dijo que al margen de ahorrar para el tren de Joguarts tenía que comprarla. La llamó Hachig y según el dueño de la pajarería , que estaba bastante traspuesto por los petas (el humo se olía nada mas entrar) Hachig estaba entrenada para buscar droga y entregarsela a su dueño.
Días mas tarde, cuando ahorró lo suficiente se fue al andén 9 y 3/4 (solo los yonkis lo pueden ver) y pidió un billete hacia Joguarts. El tren estaba abarrotado y Harry subió al último vagón. Entró en un compartimento y vió que había un rubio de bote y otros dos mongolos rechonchos.
• ¿Puedo sentarme?- dijo Harry
• Que te den imbecil- le respondió el rubio, que mas tarde sabría que era Draco Malfollado su peor enemigo.
Entonces se fue a otro compartimento; aquí había un chaval pelirrojo intentando esnifar un peta y una chica que no se cortaba de estar en ropa interior en medio del tren.
• ¿Puedo sentarme?
• Claro- le dijo el chaval pelirrojo al que debían faltarle un par de veranos- me llamo Ron Whyski y esta es Ermión Granger, la ninfó...
Ermón le pegó un tortazo- ¿tu tambien vienes a desintoxicarte a Joguarts?
• Sí, por cierto, me llamo Harry Petas- Harry se sentía muy orgulloso de su nombre
• ¡Joder!- exclamó Ron- ¿tu eres aquel que se ha atrevido a robarle droga a Quien-no-debe-ser-nombrado-o-se-llevara-todas-las-chinas?
• El mismo- dijo harry, orgulloso de si mismo- mató a mis padres pero me lleve un buen alijo de coca, con lo cual me la sopla que los matara
La conversación continuó hasta volver a tocar el tema de la ninfomanía de Ermión, la que le aseguró a Harry que nada mas llegar le echaría un buen polvo de bienvenida. Entre tanto ya estaban llegando a la estación de Drugsmeade, el pueblo mas cercano a Joguarts. Cuando bajaron del tren, compraron unos cuantos condones y algo de maría al vendedor local.
• ¿No estamos aqui para desintoxicarnos?- dijo Ermión indignada
• Mmmm... sí pero no- dijo Harry- si dejo los petas el mono me mataría, asi que prefiero no pasar sin droga
• Eso- afirmó Ron, que se estaba metiendo un dedo en la nariz. Las drogas habían hecho mella en el en sus cortos años de vida
Se dirigieron hacia el Centro de Desintoxicación de Joguarts, un enorme castillo que se situaba en la cima de una colina y a un lado tenía el famoso lago del alcohol que habían formado siglos y siglos de empleados tirando por los váteres del castillo las botellas de Whisky entre otras cosas de los yonkis, que iban a parar a ese sitio. Harry estaba ya deseando bañarse allí, pero mas tarde les dijeron que estaba prohibido; Harry se sintió decepcionado.
Capitulo II: Joguarts
Nada mas llegar al castillo, les invitaron a una cena de bienvenida sin ningun tipo de droga ni sustancia alucinógena. Harry ya estaba que se subía por las paredes por el mono, pero un chico, tambien con la inteligencia mermada por las drogas llamado Neville Longbottom (culogrande en cristiano) que había llegado hacía unos meses le dijo que luego en su cuarto podría meterse todo lo que quisiese, con lo que Harry se sintió bastante mejor. Luego, tras la cena, colocaron el sombrero seleccionado a todos los novatos; como Harry Ron y Ermión son mayormente porretas los mandaron a Yonkidor; en cambio a Malfollado le enviaron a eslaizerim, que es la casa de los que se meten de todo. Nada mas seleccionar a cada novato se le fue entregando el chándal Adadas con el simbolo de su casa para que no se perdieran cuando estuvieran colocados. Mas tarde, cuando terminaron todas las ceremonias tipicas, se fueron a sus nuevas habitaciones. Cada casa tenía una sala común, dedicada mayormente a hacer botellón y a traficar; la de Yonkidor era bastante cálida y acogedora, y cuando llegaron, unos chavales que no habían visto antes estaban haciendo allí un submarino.
• Harry, te presento a mis hermanos Fred y George; llevan aqui ya unos años- dijo ron
• Eh, Harry, cuando te quedes sin droga ya sabes donde estamos- dijeron los gemelos a la vez
• Vale tios ya os avisaré. Por cierto, Ermión quiero ver ese polvo que me dijiste en el tren- Ermión ya estaba poniendose cachonda perdida
Harry y Ermión subieron a la habitación de los chicos (en efecto, los alumnos vivían hacinados en habitaciones comunes) y se tumbaron en una cama; Ermión se quitó su tanga rojo y se puso a cuatro patas, a lo que Harry respondió metiendosela hasta atras. Cuando cansó de darle por delante, Harry hizo que Ermión se la chupara un rato. Cuando bajaron, Ron dijo que si había pasado algo, porque se habían oido gritos y otros ruidos. Todos lo ignoraron y el volvió a lo que estaba haciendo: jugar al pokémon de la game boy. Esa noche casi nadie durmió entre las pirulas que habían repartido Fred y George y la música a todo volumen. La mañana siguiente Harry se levantó con una resaca del quince- estupendo -se dijo- hoy tengo alcohólicos anónimos y yo con resaca. Voy a tomarme unas aspirinas a ver si se me pasa. Cogió el tarro de las aspirinas (Fred lo había cambiado por éxtasis) y lo vació en su boca. Al ir a alcohólicos anónimos tenía 5 veces mas dolor de
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