Hematopoyesis

El sistema hematopoyético está compuesto por diferentes tipos celulares que derivan de la diferenciación y expansión de progenitores inmaduros. Su funcionamiento correcto asegura la producción de las células responsables del transporte de oxígeno, la coagulación sanguínea y la inmunidad.

Este también puede ser definido como un conjunto de órganos y tejidos encargados de destruir y formar a las diferentes células sanguíneas. Este sistema incluye a estos órganos y tejidos: medula ósea, hígado, bazo, timo, ganglios linfáticos y sistema mononuclear fagocítico. Si bien es cierto que todos los órganos y tejidos mencionados tienen una misión hematopeyica, su grado de importancia varia con el tiempo, de tal forma que en algunas épocas de la vida son más importantes algunos que otros.

Se organiza como una jerarquía en la que las relaciones entre los diferentes tipos celulares se basan en la capacidad de proliferación y de diferenciación celular. El funcionamiento normal de la hematopoyesis resulta de la interacción entre mecanismos intracelulares y la influencia del microambiente donde se desarrollan las células hematopoyéticas.

Las células hematopoyéticas generalmente son independientes, de tal manera que la alteración de un tipo celular puede estar asociada a alteraciones de otras células pertenecientes a este sistema o de otro sistema del individuo.

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