Huesos de lagartija, es un libro de Federico Navarrete
Enviado por Elvis Escamilla • 31 de Mayo de 2017 • Apuntes • 1.545 Palabras (7 Páginas) • 977 Visitas
Huesos de lagartija, es un libro de Federico Navarrete donde narra la vida de Cuetzpalómitl, un mexica que vivió la conquista cuando era un niño; nos habla de las costumbres, comida, ritos y ceremonias, sociedad y forma de vida, todo esto antes de la llegada de los españoles, y como se fue dando la guerra en Tenochtitlan contra estos poderosos enemigos.
Cuando el nieto de Cuetzpalómitl se va a casar durante la época de la Nueva España él comienza a recordar su vida de niño y se las narra a sus nietos quienes con mucho entusiasmo lo escuchan y le preguntan cómo era la vida cuando él era joven, antes de la llegada de los españoles, con mucha tristeza empieza a narrar y hacer comparaciones con las bodas antiguas, en particular la de su hermano Cuahuitlícac a quien él admiraba y estimaba mucho.
Nos cuenta como se celebraban las bodas antes, eran en la casa del novio, la novia llegaba acompañada de toda su familia formando un cortejo muy vistoso entrando por la calle, sus padre iban al frente, luego las ancianas queridas y veneradas por el pueblo y al final la novia con plumas rojas adornando y cubriendo sus brazos y la cara pintada de amarillo, la boda se hacía en el patio enfrente de la cocina pues se preparaba en festín donde servían tamales, tortillas de maíz, mole con carne de guajolote, atole de chía, chocolate el cual era lo que más disfrutaban todos, y pulque, y como la unión de la nueva pareja era comiendo entre los dos un tamal y luego se encerraban en un cuarto durante cuatro días donde los dos guardaban penitencia para cerrar la unión, mientras las familias celebraban haciendo música, bailando y comiendo.
Cuetzpalómitl estaba muy orgulloso de pertenecer a los mexicas, admiraba la fuerza de su pueblo y todos los grandes logros que habían tenido y hasta donde habían llegado, el conocía todas dificultades que habían tenido que pasar sus ancestros que viajaron desde Aztlan para poder llegar ahí guiados por su dios y protector Huitzilopochtli, supo que iniciaron siendo la cultura más pobre, a la que nadie quería y todo el trayecto que anduvieron hasta llegar a asentarse y establecerse en México, (Tenochtitlan y Tlatelolco).
Cuetzpalómitl era un Tlamacaztoton (pequeño sacerdote), el ayudaba y aprendía de los Tlamacazque (sacerdotes cuyo deber era alimentar, dar ofrendas y cuidar de los dioses), asistía al Calmecac, una escuela para crear sacerdotes, donde les enseñaban cómo servir a los diferentes dioses que tenían, las fechas, rituales, ofrendas y sacrificios que debían hacer para cada uno y como mantenerlos contentos para que ellos los protegieran y les brindaran alimento, agua, fuerza, agradeciendo todo lo que tenían. Su deber era barrer templos, acarrear madera de los bosques por las noches para los braseros que alumbraban toda las noches, guardar penitencia ayunando y velando durante días. Durante su vida los hacían duros para soportar todo, e instruían para que algunos fueran sacerdotes de los templos, algunos comandantes de guerra, y otros ayudarían al emperador a gobernar. La vida en el Calmecac no era fácil pero la recompensa al final hacia que valiera la pena tanto sacrificio.
Antes de la llegada de los españoles celebraban fiestas a sus dioses, una de ellas era al Señor de Xipe, el dios que año con año mudaba de piel nueva y así renacía, su piel nueva cubría de verde los cerros y campos, Cuetzpalómitl como pequeño sacerdote sabía que los cerros estaban llenos de agua y que debían brindar ofrendas para que los Tlaloque, dueños del agua que vivían en los cerros, permitieran que el agua saliera como nubes para que la lluvia hiciera posible las cosechas de sus alimentos (maíz, frijol, calabaza, chile, etc.). Su ofrenda era ir a los cerros y velar toda noche picándose con una espina de maguey y quemando su sangre con tiras de papel en los braseros, de esta forma Cuetzpalómitl alimentaba a los dioses.
El día de la fiesta al Señor de Xipe se hacían sacrificios humanos en el templo de Huitzilopochtli, estos eran hechos con los prisioneros de guerra (se hacían guerras contra otros pueblos como los Tlaxcaltecas para capturar prisioneros para estos sacrificios), Cuahuitlícac, el hermano de Cuetzpalómitl, había capturado a dos prisioneros llevando mucho orgullo a su familia, él los llevo para el sacrificio, los sacerdotes tomaban a los cautivos en lo alto de la pirámide y les sacaban el corazón que era ofrenda para su dios y el cuerpo lo arrojaban del templo hasta llegar al suelo pues era para los hombres, ahí les quitaban la piel que le daban a los pobres para representar que así su Señor de Xipe cambiaria de piel, y la carne era para la familia del guerrero que había capturado a los enemigos para la ofrenda, quienes hacían un festín con ella para celebrar la valentía del guerrero. Pasada está fiesta las lluvias descendían de los cerros y la tierra florecía de nuevo haciendo crecer los cultivos. Los Tlamacazque les decían que gracias a sus sacrificios y valentía su Señor de Xipe había cambiado de piel, y por eso debían siempre atender sus deberes con los dioses para que ellos los protegieran y dieron alimento.
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