Impacto Social De La Evaluación En Los Adolescentes
Enviado por profemire • 26 de Diciembre de 2014 • 2.173 Palabras (9 Páginas) • 200 Visitas
Ensayo: Impacto social de la evaluación en los adolescentes
Mtra. Mirena Oliva Velas
COBACH, plantel 046 Socoltenango
Abstract
La evaluación en la Educación Media Superior, a raíz de la Reforma Integral de la Educación, está en un proceso de cambio, y por lo mismo, existe resistencia de los alumnos a las nuevas formas de evaluación, como son el que se les indiquen criterios de evaluación por cada actividad de aprendizaje, que las actividades realizadas estén ponderadas, esto implica que al alumno se le exija más, que se comprometa más con su propio proceso de aprendizaje, que sea responsable no con el docente, sino con su propio futuro como trabajador o estudiante universitario, se requiere de ellos para lograr los desempeños y competencias exigidas por la reforma, de autonomía en su proceso de aprender, pero a siete años de implementada la RIEMS, aún es teoría porque en la practica el docente tiene que enfrentar la resistencia de los alumnos, padres de familia, dirección de los planteles, que hacen voces a las estudiantes que sienten que se les exige demasiado, y es hasta cierto punto comprensible, ya vienen y venimos de un sistema tradicional o acomodaticio que no le pide a los alumnos más que su presencia en las aulas. Que haya protesta y voces contrarias es indicio de que algo está moviéndose, cambiando, buscando romper con inercias pero que requiere de tiempo, voluntad, capacitación, para que empiece a modificarse primero la mentalidad de los trabajadores de la educación y en segundo lugar lograr motivar a nuestros alumnos a este cambio que es inaplazable, ya que es la sociedad quien lo exige en estos tiempos de globalización, desarrollo tecnológico.
Introducción:
Quiero iniciar, este ensayo, comentando la decisión de un profesor universitario llamado Camilo Jiménez, quien escribió en su blog, que renunciaba a su puesto de catedrático en la universidad Javeriana de Colombia, porque sus alumnos de tercer semestre de la carrera de comunicación, dejaron en él la frustración de que de 30 alumnos sólo 5 hicieron un esfuerzo, no exitoso, pero lo hicieron, durante la resolución de un examen donde se les solicitó que elaborarán un párrafo, los criterios de la evaluación eran que atendieran a lo más básico del idioma escrito, que son ortografía, sintaxis y cuidaran las mínimas normas de cortesía que quien escribe debe tener con su lector: claridad, economía, pertinencia. La condición era escribir un resumen en un párrafo sin errores vistosos. Y no pudieron”. Este profesor, es una persona joven, editor y redactor de varios periódicos de su país (Jiménez, Camilo. 2011).
Claro está que este prueba, tuvo un impacto en los alumnos, la respuesta a esta renuncia pública del profesor tuvo respuestas de parte de algunos alumnos que decían que si un profesor no tiene estudiantes con un espíritu curioso y crítico, es porque los profesores no siembren en ellos la duda y las ganas de saber, que ellos pagan y la obligación es del profesor lograr que ellos aprendan y los motive, y cualquier parecido con nuestra realidad cotidiana no es coincidencia, ya que esta situación es una constante en toda américa latina y el medio rural de nuestro estado de Chiapas no escapa a esta problemática.
Desarrollo:
La profesores, vivimos cada día en las aulas, el dilema de saber que estamos con un pie, en la reforma integral de la educación, que debemos buscar estrategias y mecanismo que lleven a nuestros alumnos a transitar hacia la formación de personas competentes, acordes con aquellas habilidades, destrezas y valores que requieren las sociedades globalizadas y por otro lado, el otro pie, lo tenemos puesto una realidad sociocultural donde el alumno le deja toda la responsabilidad de su aprendizaje al docente, que el docente busque la información, estructure antologías, que diseñe las actividades acordes a los desempeños a lograr, sin embargo esto trae aparejado muchos conflictos para el docente por la gran resistencia que se encuentra por parte de un porcentaje de los alumnos (que son los menos), quienes exigen a través de las voces de la dirección del plantel, de asesores de grupo, de los padres de familia que el profesor sea quien vuelva a asumir el papel protagónico, pues a quien le pagan es al maestro y no al alumno.
Es decir, que a pesar de que el docente comprenda que en un modelo educativo basado en competencias, que la evaluación es un proceso de recogida de evidencias (a través de actividades de aprendizaje) y de formulación de valoraciones sobre la medida y la naturaleza del progreso del estudiante, según unos resultados de aprendizaje esperados. No se logra sin resistencias, el profesor tiene constantemente que estar buscando estrategias que lo lleven de una u otra manera a que el alumno logre al menos las competencias básicas (Cariola H. Leonor y Quiroz M. Ana María, 1997).
Otro de los factores que se implican en el impacto social negativo de la educación es que, no se ha logrado (por qué además en un plantel, no todos trabajamos bajo la misma metodología), que los estudiantes comprendan, que hagan suya la idea, de que tienen que poner de su voluntad para formarse como ciudadanos con propósitos de vida, para construir bajo la guianza de sus docentes sus propios conocimientos o aprendizajes, que vea la realidad del mercado laboral y las competencias que este exige de él, o los saberes previos que debe manejar para poder ingresar y desenvolverse en el ámbito universitario. Mientras no se logren estas condiciones, el alumno seguirá viendo a la semana de exámenes como un castigo, a la que es sometidos, durante estas pruebas, él no lo ve como el medio para comprobar lo que ha aprendido, no ve a este proceso como una etapa más del aprendizaje, sino como un obstáculo. El temor de presentarse ante sus padres con materias reprobadas, los lleva a asumir actitudes de autojustificación y culpar al profesor, a la escuela, a sus padres, pero no a asumir sus responsabilidades educativas, porque no es consciente de ellas (González Pérez; 1991)
Es necesario pues, no desmayar y continuamente estarnos reinventando, leyendo, analizando, implementando nuevas estrategias que nos permitan ayudar a los alumnos en su proceso de educación.
He estado analizado y reflexionado mucho acerca de por qué no logramos romper este impacto social que tiene la educación y sobre todo de la evaluación, y veo, que mientras al docente se le ha capacitado para entender y comprender la necesidad del cambio de modelo educativo, no ha sucedido lo mismo con los jóvenes estudiantes, desde el aula no capacitamos al muchacho para formular una visión de totalidad que le permita encontrar
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