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Indagando La Influencia De Las Vanguardias Europeas En Argentina


Enviado por   •  15 de Octubre de 2012  •  3.546 Palabras (15 Páginas)  •  1.051 Visitas

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Este ensayo consiste en indagar de qué modo las vanguardias europeas influyeron en Argentina a través del análisis de un artista plástico argentino. En esta ocasión se analizará la obra del artista Roberto Aizenberg, haciendo hincapié en las relaciones que surgen entre el Surrealismo y la pintura metafísica, a través de los artistas Max Ernst y Giorgio De Chirico.

Para poder establecer relaciones e influencias es menester mencionar en que consistió el movimiento Surrealista, que significa la Pintura Metafísica, realizando una breve mención biográfica de los artistas europeos y el modo de recepción de esas vanguardias en Argentina para luego plantear una temática en común con el artista argentino a través de sus obras.

El surrealismo

Fue el último movimiento de las vanguardias, se inició de manera oficial en París en 1924 con la publicación del primer manifiesto escrito por Bretón, a pesar de ello se venía gestando con el trabajo de los dadaístas tres años antes. El surrealismo fue capaz de plasmar la rebelión destructiva dadaísta en una propuesta artísticamente constructiva y productiva. Su pensamiento está regido por dos ejes; el socialismo de Marx como teórico de la libertad social y el psicoanálisis de Freud como teórico de la libertad individual. A pesar de que varios de los miembros del movimiento estaban afiliados al partido comunista, fue a través de las teorías psicoanalíticas donde se evidenció aportes concretos al arte surrealista, ya que ésta vanguardia se elabora a partir de la premisa de encontrar vías para la liberación del hombre.

La pintura surrealista se manifiesta a través de dos modos, uno es el automatismo y el otro el onirismo. O según la crítica Rosalind Krauss coexisten dos corrientes en el surrealismo: el polo automatista y el polo ilusionista, discrepando de este modo por el líder del movimiento André Bretón que propuso que el surrealismo consistía en automatismo psíquico puro. La vía onírica o el polo ilusionista es el que más ha trascendido en el surrealismo, de este modo los artistas plasman imágenes oníricas inspiradas en los sueños, ya que según las teorías freudianas mientras se mantiene un estado de vigilia se manifiesta lo que permanece reprimido, lo que implica un estado de liberación del inconsciente. La estética del sueño es carente de lógica y racionalidad. La figuración surrealista viola las leyes del orden natural y social, acercando términos de la realidad que parecen irreconciliables activando en el espectador la imaginación y la fantasía.

Es en el polo automatista donde realmente el surrealismo encuentra un estilo nuevo. Los surrealistas emprendieron la realización de obras a través de la escritura y el dibujo automáticos, inducidos a veces a través de la hipnosis y por el uso de alucinógenos. Además desarrollaron diversas técnicas basadas en el azar de la producción de textos, dibujos y pinturas. Con un lenguaje basado en el automatismo, los artistas buscaban que los elementos del cuadro surgieran de su inconsciente o de las intervenciones del azar, dando como resultado pinturas con un grado máximo de libertad con pretensión de ser la exposición directa del inconsciente. En el método surrealista sobrevive una determinación psicológica que ofrece sugestiones y que guía las elecciones del artista. Otro procedimiento automático era la asociación libre de palabras e imágenes.

En suma, los surrealistas proclamaron la importancia de la mente inconsciente, de la alucinación y el sueño y de los estados de intoxicación y éxtasis que ellos mismos afirmaban que eran tan reales como las experiencias de la vida consciente. La misión de los surrealistas fue sacar a la luz los sentimientos e imágenes reprimidos para así visualizar toda la existencia humana, incluyendo sus absurdas contradicciones, sus terrores y el humor subyacente no teniendo en cuenta los tabúes sociales.

Max Ernst (1891-1976)

Ernst es el representante alemán más importante del surrealismo, basándose en sus experimentos dadaístas descubrió nuevos métodos para inducir el proceso del automatismo psíquico del que hablaba Bretón, a través de distintas técnicas donde el azar controlado se introducía en el proceso creativo. Siguiendo el enfoque del collage cubista y teniendo en cuenta el encuentro poético de Lautremont entre una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección, Ernst yuxtapuso elementos dispares visuales, ajenos entre ellos en un nuevo y raro contexto. Sus primeros collages ofrecen una imagen que a diferencia del arte tradicional, no se asienta en la imitación mecánica del mundo sensible, sino en la disimilitud, en la oposición de dos realidades lo más distantes posibles. Después del collage, llegó el frottage, que era una técnica basada en un descubrimiento casual del artista cuando se encontraba en una habitación de un hotel, que al observar las vetas de la madera colocó una hoja de papel en el suelo y frotó encima de ellas con un lápiz blando. Los dibujos que resultaron evocaban olas en el mar, y al poner la hoja sobre el disco de un fonógrafo y frotando de nuevo, sus estrías se convertían en el sol naciente en el horizonte. Con esta técnica creó sorprendentes configuraciones que se transformaban en objetos o fenómenos naturales, ya que le permitía reproducir en el ámbito visual el mecanismo de la escritura automática, introduciendo el azar en el proceso creativo de la obra. El grattage es una variación de la técnica consistente en obtener texturas rascando la superficie pictórica, además ideó el método de la calcomanía que consistía en presionar una superficie cubierta de pintura húmeda sobre la superficie del cuadro y después se separaba de ella, donde dejaba dibujos fantásticos y sinuosos que evocaban paisajes de musgo, agua, rocas y arrecifes de coral. Estos dibujos provocaban una reacción en cadena de ideas creativas en la mente del artista. Usando estas técnicas, Ernst creó un ambiguo mundo de imágenes, misteriosas o alegres, soñadoramente románticas o mágicamente grotescas en que objetos de la más diversa naturaleza se mezclaban sin transición alguna: lo humano con lo animal, lo animal con lo vegetal, lo orgánico con lo inorgánico. La fantasmagoría del artista es realista en los detalles, pero totalmente irreal en la combinación de sus elementos dispares. En su obra no hay nada parecido a un desarrollo o progreso de una fase a otra. Su invención superó a cualquier otro artista surrealista. La renuncia a las fuentes tradicionales de la inspiración artística, la representación objetiva y la fantasía se combinan de forma única en las obras del artista, incluso en las obras que a simplemente parecen ser reales.

La Pintura Metafísica

La pintura metafísica fue creada en 1917 por Giorgio De Chirico en Italia

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