Intervencion en el centro

INTERVENCIÓN EN EL CENTRO

1.INTERVENCIÓN EN LA ACOGIDA

El ingreso del menor en un centro puede ser por urgencia, por un déficit continuado en el cuidado del menor, por derivación de otros servicios, falta de personas que ejerzan la guarda…

A cualquier menor en el momento del ingreso se aplica el protocolo de acogida.

¿Qué es el protocolo de acogida?, es la manera de actuar por parte del equipo multidisciplinario ante la llegada de un nuevo usuario al centro de atención y su adaptación a un nuevo estilo de vida. Suele durar unos tres meses.

Las educadoras/es, que ya conocerán la situación del menor, le recibirán procurando suavizar su traumática situación y prestar atención a sus necesidades.

Hay que tener en cuenta que el protocolo de acogida tiene en cuenta las necesidades físicas y psicoemocionales.

Este protocolo supone la activación de:

• Protocolo de observación: documento en el que se recogen las primeras observaciones: aspectos físicos, primeras atenciones, comportamiento inicial, estado emocional, etc.

• Revisión médica: tiene que pasar una revisión médica que permitirá determinar su estado de salud, a partir de la cual se harán las derivaciones a los profesionales que requiera su estado de salud.

Es importante que, los menores internados, hay un gran % de anomalías odontológicas, dermatológicas, oftalmológicas y otras médicas en general.

• Asignación de un educador tutor: el menor tendrá asignada una persona, su educador/a, que será su referente y estará en el momento de llegada y le enseñará su nueva casa, su habitación, le explicará las normas de convivencia, horarios,etc, además de enseñarle el centro y presentarle a sus compañeros/as.

Esta persona atenderá al menor en todos sus aspectos (evolución escolar, salud…), es decir, velará por su bienestar.

• Adaptación al centro y normalización de su situación: al ingresar el menor en el centro, se buscará una escuela o se le proporcionan los recursos para que se incorpore al mundo laboral.

El centro tiene como objetivo dar la máxima formación y proporcionarle todos los recursos para que al cumplir los 18 años el menor, pueda sobrevivir en las mejores condiciones.

El ingreso en un centro supone para el menor una situación estresante y traumática y puede producirles efectos negativos, aunque también positivos en muchos casos, pues la situación de maltrato que sufría podía afectar seriamente a su desarrollo próximo.

2.INTERVENCIÓN EN LA INFANCIA

En cuanto el menor ingresa en el centro y partiendo de las primeras observaciones se elaborará una programación educativa especializada, que es denominado PIA.

Este es el documento que planifica la intervención educativa de cada menor, en él se incluyen las estrategias y actuaciones destinadas a su atención integral y personalizada.

Para redactarlo se parte de la información del menor. El tutor/a de este es el responsable de elaborar el PIA de acuerdo con el equipo educativo.

Los ámbitos de intervención del PIA dependerán de cada CC.AA y centro, incluyendo diferentes aspectos:

• Ámbito físico: desarrollo físico del menor y estado de salud.

• Ámbito de la vida diaria: alimentación, higiene, orden, sueño.

• Ámbito social: relación con su entorno, personas que lo rodean, etc.

• Ámbito escolar: nivel cognitivo, evolución escolar, dificultades de aprendizaje, etc.

• Ámbito familiar: relación del menor con su familia, visitas, etc.

En cada uno de estos ámbitos se planificarán los objetivos que se pretenden conseguir, estrategias desarrolladas y el tiempo de la intervención.

El PIA tiene que ser un instrumento flexible, ya que su función principal es encaminar la atención individualizada, adaptándose a las necesidades y progresos del menor, por ello se revisa y actualiza en función de lo anterior.

■ APLICACIÓN DEL PROYECTO

La intervención durante la estancia supone la aplicación de las intenciones establecidas en el plan por parte del equipo educativo, siguiendo unos principios metodológicos, que son los siguientes:

• Importancia de la acción tutorial: esta orienta su comportamiento y decisiones encaminando su desarrollo personal y social.

• Afecto y autoestima: debido a la importancia de la relación afectiva en el desarrollo infantil y adolescente, se tiene que fomentar el vínculo afectivo principalmente, para que se sientan apreciados y aceptados.

• Normalización de la vida cotidiana: se debe procurar que la vivencia de los menores en el centro se establezca mediante dinámicas de funcionamiento, lo más parecidas a un entorno familiar.

• Individualización: se deben tener en cuenta las particularidades de cada persona, lo que supone también el respeto a la diversidad.

• Participación: se debe procurar

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