LA ARGUMENTACIÓN FALAZ

LA ARGUMENTACIÓN FALAZ

Santo Tomas de Aquino realiza una comparación entre actos de la naturaleza y actos de la razón, dentro de el ultimo se encuentran los actos necesarios, actos probables y actos que dan lugar a razonamientos falaces (sofismas).

Las falacias son argumentos que en apariencia son correctos, no obstante, estos son incorrectos, por lo cual son argumentos engañosos que pretenden ser convincentes y persuasivos. Un factor importante que influye en la formación de la falacia es el orden lingüístico, en donde la mala utilización de una palabra puede distorsionar el sentido, produciendo así que se engaña a otros y también se produzca un engaño a uno mismo.

Con las falacias se vulnera alguna regla lógica, es así que las falacias lógicas se clasifican en falacias formales, que se dan cuando el razonamiento que se realiza no es válido, pero se percibe como válida debido a su similitud con las formas válidas de la inferencia, y falacias no formales, se da cuando las premisas no justifican la conclusión a la que llega, es decir que se carece de buenas razones.

1. Falacias Formales

1.  Falacia de la afirmación del consecuente: consiste en partir de un condicional, si p, entonces q, en donde si se afirma “q” se concluye “p”.

Ejemplo: Si hace frio, me coloco una chompa; me coloco una chompa, entonces, hace frio.

Nótese que al realizarse la segunda afirmación esta es falsa, por lo que al utilizarlo dentro de la argumentación jurídica podría llegarse a afirmar absurdos, en cuanto se establezca que si bien hay una relación causa-efecto, no se pude argumentar, en este caso, que el efecto siempre se produzca por una sola causa.

1. Falacia de la negación del antecedente:  en este caso se parte de un condicional “si p, entonces q” y si se niega “p” se concluye en negación “q”.

Ejemplo: Si hace frio me coloco una chompa, no hace frio, no me coloco una chompa.

En esta clase de falacia se condiciona a la conclusión como negativa si la premisa también lo es, no obstante, no es correcto ya que la relación causa-efecto no implica que la no concurrencia de la causa lleve, necesariamente, a la no concurrencia del efecto. Por lo que al igual que en el caso anterior se puede llegar a afirmaciones absurdas que se limiten a premisas que no tienen efectos determinantes sobre los efectos.

1. Falacia de los cuatro términos: El error que aquí se comete es que, en vez de tener tres términos, como los silogismos válidos, este presenta cuatro, donde un termino tiene un doble significado.

Ejemplo: El hombre jugar futbol, la mujer no es un hombre, por lo tanto, la mujer no puede jugar futbol. (Hombre como ser humano y hombre aludiendo a sexo masculino).

En este caso, se confunde el sentido que se da aun termino por lo cual la conclusión es herrada.

1. Falacia de la no universalidad del término medio: es la falta del término medio universal en las premisas.

En este caso lo que se busca es fijar cierta atribución a una afirmación a través de un hecho, que si bien puede ser verdadero pero que por no contar con la universalidad la conclusión a la que se llega es falsa.

1. Falacias No Formales

1. Falacias dependientes del lenguaje o falacias de ambigüedad:

1. Equivoco

Se presenta cuando no se reconoce la existencia de una diversidad de significados de una palabra, es decir que la ambigüedad proviene de confundir los diversos sentidos que puede tener una misma palabra.

Ejemplo: Hay cosas que no es muy natural que las haga una mujer, por ejemplo, no es natural que una mujer llore. Lo que no es natural es antinatural. Por lo tanto, no es natural que la mujer llore. Es así que pude llegar a confundir el término “natural”.

Dentro de la práctica jurídica se debe de utilizar los términos dependiendo del contexto en el que se lo vaya a utilizar de tal forma que no se genere confusión ya que se hará el uso de una palabra con valor polisémico, en donde se repite la palabra, pero en cada aparición su significado es distinto.

1. Anfibología

Cuando la ambigüedad depende del significado confuso de la frase entera o de la ambigüedad de las premisas, es decir se presenta un vicio en el lenguaje.

Ejemplo: Miguel fua a al trabajo de su esposa en su automóvil. ¿En el automóvil de quién?

En la práctica jurídica este uso es peligroso ya que se presta a que se den malas interpretaciones de lo que se dice, llevando de este modo, a que el juez pueda arribar a dos posibles conclusiones que parecen válidas, ya que se puede dar más de una interpretación de lo dicho.

1. Falta de acento o de énfasis

Se presenta cuando la ambigüedad depende del tono, ya sea oral o escrito que se da a una frase o a un término de la misma.

Ejemplo: No debemos robar a nuestros padres.

Sin embargo, si se pone más énfasis a la última parte “nuestros padres” se podría concluir que si se podría robar a las demás personas, por lo que esto es incorrecto. De presentarse esta clase falacia en una decisión judicial, se presta a malas interpretaciones que distorsionan, que saquen de contexto el verdadero sentido de lo que se busca al afirmar una premisa.

1. Falta de división

La ambigüedad surge cuando se supone que lo que conviene al todo (al grupo), conviene también a la parte, (al miembro del grupo), como si lo verdadero, respecto del grupo se dividiera en sentido individual.

Ejemplo: La facultad de Derecho de la UNC ha ganado muchos premios, en el año 2020. Por lo tanto, el profesor Sebastián, de la facultad, es el mejor de todos.

La afirmación anterior no es, necesariamente, cierta, ya que el todo (facultad de derecho de la UNC) puede ser muy buena y reconocida, pero, esto no implica que las partes que lo conforman (profesores, otros) sean todos unos magníficos maestros.

1. Falacia de composición:

Se presenta en sentido contrario a la anterior. La ambigüedad proviene cuando se atribuye al todo (grupo) lo que conviene a la parte (miembro) del grupo, como si lo que conviene a la parte debiera convenir igualmente al todo.

Ejemplo: La facultad de Derecho de la UNC, cuenta con dos reconocidos catedráticos a nivel internacional, que han ganado importantes reconocimientos, por lo tanto, la facultad de Derecho de la UNC es la mejor, sin embargo, esta afirmación no es cierta. Ya que, si bien se cuenta con dos grandes maestros, no implica que todo el conjunto de docentes sea, realmente, bueno, además de considerase a los estudiantes e instalaciones.

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