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LA NUEVA EDUCACION


Enviado por   •  14 de Octubre de 2018  •  Documentos de Investigación  •  17.265 Palabras (70 Páginas)  •  78 Visitas

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Tabla de contenido

INTRODUCCION        3

LA NUEVA EDUCACIÓN        4

ESCUELA Y SOCIEDAD        6

DEMOCRACIA Y EDUCACIÓN        8

EXPERIENCIA Y EDUCACION.        10

MARÍA MONTESSORI Y SU MÉTODO EDUCATIVO        12

FUNDAMENTOS FILOSOFICOS DE LA TEORIA        15

LA MENTE ABSORVENTE DEL NIÑO EL ENFOQUE BIO-PSICOLOGICO DE MONTESORRI        20

EDUCACIÓN Y SOCIEDAD. LA EDUCACIÓN Y SUS PRINCIPALES PROBLEMAS        21

Cultura y Educación        24

TEORÍAS EDUCATIVAS TRADICIONALES Y CONTEMPORANEAS ENFOCADAS A LA EDUCACIÓN ACTUAL.        31

EDUCACIÓN PROGRESISTA        35

TEORÍA EDUCATIVA PERENNIALISTA        40

LA TEORIA EDUCATIVA ESENCIALISTA        43

LA TEORÍA EDUCATIVA RECONSTRUCCIONISTA SOCIAL        45

CONOCIMIENTO EMPÍRICO        49

ESCUELA CONTEMPORANEA        56

TEORIAS EDUCATIVAS CONTEMPORANEAS.        68

PRAGMATISMO        68

MATERIALISMO        69

CONSTRUCTIVISMO        69

ANALISIS DE LA EDUCACION ACTUAL        70

EDUCACION SIGLO XXI        71

CONCLUSION        74

ANEXOS.        74

INTRODUCCION

Durante el desarrollo de esta investigación conoceremos a diferentes pedagogos que han tenido influencia en los modelos educativos, entre los cuales destacan: Dewey y María Montessori.

         Así mismo valoraremos cada una de los modelos educativos presentados, cayendo en cuenta que todo debe atender a las necesidades del alumno tan es así que María Montessori a los docentes les denomina “guías”

        Por otra parte también conoceremos la relación intrínseca que existe entre la sociedad y la educación, que trae como consecuencia la formación en valores, donde analizaremos el rol del alumno, el papel de los padres de familia y la sociedad, para vertirr de qué manera es la que influye aunado a ello las consecuencias que traen consigo la falta de valores que ha creado un disertación escolar que tienen relación con la inequidad educativa, el factor económico.

LA NUEVA EDUCACIÓN

JOHN DEWEY Y EL PRAGMATISMO EDUCATIVO

John Dewey, nació en Burlington, Vermont, en los Estados Unidos, el 20 de octubre de 1859. Realizó hasta los estudios universitarios en su estado natal. Enseñó en una escuela secundaria durante dos años y en una escuela rural durante otro. En el año de 1884 inició su doctorado en Filosofía en la Universidad Johns Hopkins; al terminar desempeñó el cargo de “instructor” en Filosofía en la Universidad de Michigan en donde se vio influenciado por la Filosofía de Hegel y la Psicología de William James (Fadiman, 1983), que ahí se manejaba ampliamente. Permaneció en dicha universidad como profesor titular hasta 1894, cuando fue nombrado profesor de la Universidad de Chicago.

En ese lugar realizó las experiencias  que le rindieron mayores frutos y que han tenido gran trascendencia en la educación actual. En primer lugar, creó 1985 la “escuela primaria universitaria”   en   donde pudo   experimentar y   comprobar sus   ideas pedagógicas y que puede considerarse el inicio del movimiento llamado “educación nueva”. Debido la discrepancias con el rector de esta Universidad, renunció a su cargo docente y fue nombrado profesor en la Universidad de Columbia (NuevaYork) en donde permaneció hasta su jubilación. Falleció a los 93 años de edad en 1952.

Dewey puede ser   considerado uno  de   los   pocos   pedagogos que  ha   tenido una experiencia de valor extraordinario. Se le ha nombrado como el representante de la Filosofía Pragmática, que él denomina Instrumental, y de la concepción democrática; sus ideas han recorrido de tal forma el mundo, que puede considerarse el pedagogo más influyente de la concepción llamada “escuela activa”. Para este filósofo la educación debe tener como fin aumentar la capacidad vital del alumno; en general, no debe tener fines trascendentales, no sirve para la vida adulta, futura, sino para la vida actual, para que la vaya haciendo más rica y fructífera.

Este autor propone a la escuela como una minicomunidad, lo más propiamente, una comunidad miniatura, en la que el niño vive más que aprende, ya que no prepara para la vida, sino que es la vida misma, solo que se ha seleccionado y depurado. La escuela debe ser capaz de conservar la esencia de la vida en comunidad que el niño tiene fuera de ella y sobre esa vida crear sus métodos. Estos deben ser principalmente activos, emerger del ambiente diario y tener un carácter lo más espontáneo posible. Por medio de las actividades manuales se permite la reproducción por parte de la escuela de las manifestaciones esenciales de los individuos y se logra que las personas se puedan incorporar a la vida social. A pesar de que las materias de enseñanza son el resultado de una evolución social, histórica, no se debe permitir que se alejen de la vida diaria, deben estar animadas por ella. Su materia de conocimiento no debe subordinarse a razones teóricas abstractas, sino que debe estar al servicio de la vida.  

Las obras de Dewey son muy numerosas, las más importantes son: “Mi credo pedagógico” de 1897; “La escuela y la sociedad” de 1900; “La escuela y el niño” de 1906; “Las escuelas del mañana” de 1913; Democracia y educación” de 1917; “La ciencia de la educación de 1929; “Experiencia y educación” de 1932 y “La educación de hoy” de 1949.

ESCUELA Y SOCIEDAD

La escuela, desde un punto de vista individualista, como algo concerniente al maestro y al discípulo o al maestro y al padre. Lo que más nos interesa es, naturalmente, los progresos realizados por los niños individuales  que  conocemos,  su  desenvolvimiento  físico  normal,  sus  avances  en  la  habilidad  para  leer, escribir  y dibujar,  el  aumento  en  sus  conocimientos  geográficos  e  históricos  y  el  mejoramiento  de  sus  maneras,  hábitos  de prontitud, orden y destreza —según tales normas juzgamos habitualmente la labor de la escuela—. Y es un juicio correcto. Sin embargo, el horizonte necesita ser ampliado. Lo que los padres mejores y más discretos necesitan para sus hijos debe ser necesidad común de todos los niños. Todo otro ideal para nuestras escuelas es estrecho y poco amable; insistir en él representaría la destrucción de nuestra democracia. Todo lo que la sociedad ha realizado por sí  misma  se  pone,  merced  a  la  actuación  de  la  escuela,  a disposición  de  sus  miembros  futuros.  Los  mejores pensamientos que acerca de sí misma alienta, aspira a realizar los merced a las nuevas posibilidades que se abren así  a  su  ser  futuro.  Aquí  están  de  acuerdo  el  socialismo  y  el individualismo.  Sólo  siendo  una  realidad  el  pleno desenvolvimiento   de   los   individuos   que   la   forman   puede   la   sociedad   ser   verdad   para   sí   misma.  Y   en   la autoeducación que a sí misma se da, nada representa tanto, la escuela, porque, como dice Horacio Mann, "Donde quiera que algo está creciendo, un formador vale por un millar de reformadores". Siempre  que  enfoquemos  la  discusión  de  un  nuevo  movimiento  educativo,  es  especialmente  necesario  tomar el punto de vista más amplio, social.  En otro caso, los cambios de la institución y de la tradición escolar habrán de ser  mirados  como  la  invención  arbitraria  de  maestros  particulares;  como  sombras  pasajeras,  o,  en  el  mejor  caso, como  simples  mejoras  de  ciertos  detalles  —y  éste  es  el  plano  según  el  cual  se acostumbran  a  considerar  los cambios  escolares—.  Tan  racional  sería  concebir  la  locomotora  o  el  telégrafo  como  servicios  particulares.  Las modificaciones que se introducen en los métodos y programas educativos son tanto el producto de los cambios de la  situación  social  y  el  esfuerzo  para  satisfacer  las  necesidades  de  la  nueva  sociedad  que  está  formando,  como  lo son los cambios introducidos en la industria y comercio. Y siendo esto así, reclamo principalmente vuestra atención y vuestro esfuerzo para concebir lo que toscamente se llama "nueva educación", a la luz de los más amplios cambios sociales. ¿Podemos ligar esta "nueva educación" con  la  marcha  general  de  los  acontecimientos?  Si  lo  conseguimos,  perderá  su  carácter  aislado  y  cesará  de  ser  un asunto  que  pertenezca  solamente  al  ultraingenioso  espíritu  de  pedagogos  que  laboran  con  discípulos  particulares. Aparecerá  como  una  parte  y  parcela  de  toda  la  evolución  social  y,  al  menos  en  sus  rasgos  más  generales,  como inevitable.  Permítasenos  entonces  preguntarnos  por  los  aspectos  principales  del movimiento  social  y,  después, volvamos a la escuela para observar los esfuerzos que realiza para ocupar su puesto. Y puesto que es enteramente imposible  aportar  el  asunto,  nos  confinaremos  a  una  cosa  típica  del  moderno  movimiento escolar,  la  cual  figura con el nombre de trabajo manual, observemos si aparece su relación con los cambios de las condiciones sociales, y entonces nos veremos inclinados por la misma afirmativa, cuando se trate de otras innovaciones pedagógicas.

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